martes, 29 de noviembre de 2011

Encuentro de apostolado seglar en Zamora


Zamora, 29/11/11. El próximo jueves 1 de diciembre tendrá lugar el IV Encuentro de grupos, movimientos y asociaciones de apostolado seglar de la Diócesis de Zamora. Será a las 19 horas en el Seminario San Atilano (sala 2, San José). La actividad está organizada por la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar, que la incluía en su programación pastoral.

Cada grupo, movimiento o asociación presentará una sencilla aportación sacada de la lectura reflexiva de la exhortación apostólica postsinodal de Benedicto XVI Verbum Domini. Como explica la delegada de Apostolado Seglar, Josefa de la Fuente, “es nuestra manera de participar en el objetivo diocesano de este curso y de contribuir a la formación de los seglares”.

Cabe recordar que el objetivo pastoral diocesano para el curso 2011/12 es “La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia”. Como se explica en la presentación del objetivo anual, a la luz del documento pontificio “nuestra diócesis quiere hacer suyo este don del Magisterio de Benedicto XVI e iluminar con él nuestra vida pastoral cotidiana”.

Entre las concreciones que la Diócesis de Zamora ha señalado para llevar a cabo este objetivo, se encuentran fomentar “la fortaleza de la vocación laical, la grandeza de la misión que el cristiano ha recibido de ser testigo y servidor del amor en nuestro mundo concreto” y, por otro lado, alentar “la presencia real y el compromiso creyente en las diferentes realidades de nuestra sociedad”.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Ángel Sastre, de Villaralbo al martirio


Francisco Abad (*)

El 25 de octubre de 1992 tuve la oportunidad de asistir a la Beatificación del hermano Ángel Sastre en Roma. No me movieron en ese momento especiales motivos de devoción. Era una buena excusa para conocer parte de Italia acompañando a un grupo de gente de Villaralbo, lugar de nacimiento del beato. Claro que para la inmensa mayoría de sus habitantes pasó desapercibido aquel acontecimiento. Entonces y ahora la figura del beato es ignorada tanto en su pueblo natal como en su Diócesis de Zamora donde solo resuena su nombre de vez en cuando en las Letanías que se proclaman en las celebraciones solemnes. El ritual así lo exige.

En la Misa de Beatificación concelebraron con el Papa el Obispo de Zamora y el párroco de Villaralbo. A otro sacerdote y a mí nos situó nuestro Obispo en el lugar reservado a los familiares de los nuevos Beatos. El Obispo, sin saberlo, había acertado en el sitio que me correspondía. Mi padre me dijo más tarde que teníamos lazos familiares con el hermano Ángel por parte de mi abuela paterna. Es por mi padre, de la misma edad que él, como me enteré un poco de su vida. Lo que más recordaba era su origen humilde. Me decía: “si nosotros éramos pobres, mucho más pobres eran ellos”. En la pequeña biografía de Ángel Sastre de Vicente Bécares publicada con motivo de su Beatificación no hace otra cosa el autor que señalar lo que mi padre me contaba.

Ángel quedó huérfano de padre muy pronto, murieron dos hermanos, y a los diez años ingresa con otros tres hermanos en el Hospicio de Zamora. Parece ser que su madre, Blasa, sólo podía atender a una hija discapacitada que quedó a su lado. En el orfanato su comportamiento es reconocido como “excelente”, puede que ya vieran en él las profundas raíces cristianas a las que más tarde se mantuvo tan fiel. A los 16 ó 17 años sale y decide hacer el servicio militar. Lo destinan en Melilla. Decide al volver a Villaralbo y, cumplido el servicio militar, ser religioso. Desde Valladolid camina a pie hasta Ciempozuelos, donde solicita ser admitido en la Orden de San Juan de Dios el 12 de marzo de 1936. El 2 de junio toma el hábito de novicio. Todos sabemos que corrían malos tiempos por España en aquellos años. Ángel los iba a vivir con mucha intensidad.

La situación era difícil. Los superiores de Ángel, recibiendo malas noticias de otros lugares, ofrecen la oportunidad a los más jóvenes de buscar refugio fuera del convento. Algunos así lo hacen, pocos. La mayoría responde: “donde estén nuestros hermanos allí estaremos nosotros”. Ángel era uno de ellos. Los sucesos de aquel verano del 36 se sucedieron con rapidez. En agosto detienen a los hermanos, que son asesinados tres meses mas tarde en Paracuellos del Jarama. Ángel dio la vida por su fe en Cristo en la mañana del 28 de noviembre. Este día celebramos su fiesta litúrgica y bien pudiéramos recordarlo entre nosotros un poco más. Si su martirio hubiera sucedido en otra época y en otro lugar sobrarían méritos para honrarle como se merece, pero tuvo la mala suerte de ser en España y en el 36 y todo lo tiene en contra. Parece ser que estos hombres no merecieron ni merecen un pequeño espacio en la multitud de obras cinematográficas sobre aquellos años de nuestros grandes maestros del Cine. Y esto sólo por mencionar algo muy popular. Eso sí, eran solo unos pobres frailes inocentes que servían a los enfermos.

Todos somos responsables de este olvido. Yo mismo no me he atrevido a decir nada sobre él, incluso pienso que este escrito no me atraerá excesivas simpatías. La mayoría de los cristianos no quiere faltar a lo “políticamente correcto” y ni siquiera se pronuncia. Otros, más situados en sus ideologías, rechazan de plano a estos mártires que murieron a manos de los republicanos que supuestamente eran “amigos de los pobres”. Sería como aceptar que los que ellos consideraban “buenos” fueron injustos y asesinos. Para otros, de distinto signo, el hermano Ángel, “pobre de solemnidad”, “le falta clase para ser santo”, “era un pobre desgraciado que no merece ningún interés”. En fin, todo esto explica la falta de reconocimiento en muchos, tanto en su entorno eclesial como social. Un signo tan sólo es ver los que acuden en su pueblo a la Misa de su fiesta.

No existen santos menores y el hermano Ángel es un santo como Dios manda, y nunca mejor dicho en este caso. Su vida y su muerte son testimonio de fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Debiéramos pensar cómo responderíamos cada uno de nosotros en situaciones semejantes. Él decidió ser religioso y consagrar su juventud al servicio de los enfermos y los necesitados. Supo estar con los suyos en momentos de persecución y sobre todo entregó la vida por su fe pudiendo librarse de la muerte (ya que a los más jóvenes se les ofrecía al final apuntarse al combate de la guerra evitando la ejecución). Ángel solo tenía 20 años. Yo me pregunto: ¿un joven que decide ser religioso con honestidad es culpable de algo para ser ejecutado sin contemplaciones? A uno de los testigos de ese final le impresionaba como iban los hermanos: “no se quejan, ni gimen, sólo rezan y cantan, van a la muerte con mucho valor, perdonando, y se despiden unos a otros con el saludo ‘hasta el cielo’ y ‘ánimo, Dios nos espera’”. ¿Cómo es posible que algunos se avergüencen de estos mártires?

Debemos agradecer a Dios este don que nos ha dado en la vida y testimonio del hermano Ángel. Su corta vida estuvo llena de heroísmo, entrega y fe. Tomó a Dios en serio, sirvió a los pobres y fue testigo de la fe hasta dar la vida, ¿qué más se puede pedir? Creo de verdad que a todos nos puede ayudar su testimonio. A tantos jóvenes despistados hoy en día puede ser una luz en medio de un mundo descreído y olvidado de Dios. Es muy difícil llegar a su altura, pero su recuerdo nos puede impulsar a ser fieles a nuestros compromisos cristianos. Según algunos, aunque otros lo consideren exagerado, no estamos lejos de parecidas persecuciones como las vividas por nuestro hermano. Sin olvidar que a día de hoy esa persecución a la fe cristiana es ya real en algunos lugares de nuestro mundo. Muchos cristianos, por el hecho de serlo, son marginados, perseguidos y algunos asesinados. No es algo que sucedió en el pasado. Eso sí, sigue sin ser una preocupación importante y no sale en las primeras noticias del Telediario.

(*) Párroco de San Isidro (Benavente)

Dominical La Opinión-El Correo de Zamora, 27/11/11.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¡Estás y te esperamos!


NARCISO-JESÚS LORENZO

Domingo I de Adviento – Ciclo B

“Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!” (Mc 13, 33-37)

Este domingo comenzamos el Adviento, un tiempo litúrgico de cuatro semanas que nos introduce en la Navidad. También a este tiempo le ha pasado, un poco, como a la Navidad, que ha quedado para muchos reducido a mera estética. El Adviento puede verse limitado, al interior de nuestras comunidades, en el cambio de color, por cierto, morado, expresión de penitencia.

Tampoco hemos conseguido dar a entender suficientemente el verdadero valor de los tiempos litúrgicos. Los fieles se debaten entre el recuerdo y la repetición. Algunos explican a los niños cuando llega la Navidad o la Semana Santa: «¡Mira! Recordamos que Jesús nació en Belén» o «Recordamos que Jesús murió en la cruz» o que «Hoy, Jesús nace» u «Hoy, Jesús muere». La Liturgia de la Iglesia y los tiempos litúrgicos no son ni mera evocación ni repetición de cosas pasadas, sino «memorial», actualización. Ciertamente es algo difícil de explicar, porque tiene que ver con lo que Dios hace. Si para nosotros «lo pasado, pasado está», para Dios «lo pasado presente está». El tiempo en Dios es eternidad y lo que Cristo vivió, lo vivió por nuestra salvación, no sólo como hombre, sino también como Dios; por tanto, los hechos fundamentales de su existencia, que técnicamente llamamos «misterios», tienen la cualidad de la eternidad y la de actualidad. Por tanto en los tiempos litúrgicos se hacen presentes esos hechos de modo que podamos participar en ellos.

Se trata de una experiencia de fe, que necesita ser iluminada por la Palabra de Dios y la teología, y que requiere el verdadero deseo de vivir unidos a Jesús y vivir con él todo aquello. Pero centrémonos en el Adviento, que vendría a ser como el primer tiempo litúrgico, porque en las primeras comunidades existía un anhelo, casi impaciencia, por que el Señor volviese en gloria y majestad. Ellos nos han dejado esta súplica: ¡Marana Tha! ¡Ven, Señor Jesús! Conviene, no obstante, constatar: primero, la ausencia del Señor es sólo relativa, podríamos decir que él tiene un pie en la gloria y otro en la historia. Él se ha comprometido a quedarse entre los suyos pero, a la vez, se manifestará visiblemente, en día y hora que nadie sabe, y «como dice el otro: en la hora que menos esperes» para llevar a plenitud su obra de salvación. En segundo lugar, aunque sea doloroso reconocerlo, algunos sectores ideológicos y en el corazón de algunos cristianos, también, se hace realidad la célebre frase de la Zarzuela: «Ni está, ni se le espera».

Sólo habrá un verdadero Adviento que nos prepare para la Navidad y la Parusía si de verdad esperamos al Señor, si deseamos de corazón que Jesús entre en nuestra vida, y si ponemos los medios de conversión para ello.

La Opinión-El Correo de Zamora, 27/11/11.

La caridad


M.ª BELÉN SÁNCHEZ DE ANTA

La caridad es la dimensión religiosa del mismo amor humano y para el cristiano creyente es un acto de amor a Dios. Como dice el Evangelio, todo lo que se hace por otro ser humano necesitado, por Dios lo hacemos.

Para el creyente, Dios se hace presente donde se vive y se practica el amor, siendo uno de estos ejemplos la caridad hacia el prójimo y, para el no creyente que ama, también se ve que ejerce la caridad al amar a los demás. Una vida sin amor es una vida vacía, por eso también los escépticos, agnósticos, ateos y de otras religiones practican la caridad, porque aman al prójimo. Puede ser que ese amor no se base en la fe de los creyentes cristianos, pero aman y sin saberlo también están practicando el ejercicio de la caridad.

Algunas personas utilizan un lenguaje burlón al hablar de la caridad en el sentido de ridiculizar a muchas personas que hacen de su vida una dedicación plena a los demás; personas que han contraído el compromiso, que nace desde la fe, de ejercer la fraternidad ayudando a los necesitados; también trivializan el concepto de la caridad reduciéndolo a tener lástima por los demás o a dar una limosna solamente para tranquilizar su conciencia; o cuando se confunde con la justicia. Llegar a la justicia plena realmente es dificilísimo, ya que siempre habrá desiguales, pero podría aplicarse el principio jurídico de trato igual a los iguales y desigual a los desiguales. Para practicar la caridad, no sólo uno es justo cuando da al otro lo que le corresponde, sino cuando doy de mí mismo al otro.

Pero ¿cómo podemos ejercitar la caridad? Por supuesto que satisfaciendo las necesidades materiales de los necesitados, eso es lo primero, siendo generosos económicamente y dando ejemplo a nuestros hijos al preocuparnos por los más necesitados; aunque no sólo así. La podemos ejercitar dándonos a nosotros mismos; dedicando parte de nuestro tiempo a los demás; aceptando a las personas como son; comprendiendo sus errores y limitaciones; empatizando -palabra muy usada hoy en día- con los demás, es decir, poniéndonos en el lugar de los otros; perdonando en la discordia y de muchas otras formas que conducen a la universalidad en el amor fraterno, devolviendo a la comunidad parte de lo que hemos recibido de ella con la intención de ayudar a los necesitados.

La madre Teresa de Calcuta dijo que para amar no hacía falta intentar acciones espectaculares, porque amar debe ser tan natural como respirar. Todos tenemos cerca a muchas personas con las que ejercer la caridad y que vemos a diario. ¿Por qué no hacemos algo por ellas?

La Opinión-El Correo de Zamora, 27/11/11.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Días contados y pesados


FRANCISCO GARCÍA MARTÍNEZ

Solemnidad de Cristo Rey – Ciclo A

“Venid, benditos” (Mt 25,31-46)

La tierra no es el cielo, ¡gracias a Dios! Un cielo en la tierra siempre supone la violencia y la insolidaridad de algunos para resguardar su pedacito de felicidad, por otra parte, siempre pasajera. Siempre supone unos extrarradios llenos de miseria que se convierten en tierra infernal para muchos. Pero, ¿cabe esperar desde la tierra un cielo en el cielo? Muchos no lo creen, a la mayor parte nos cuesta creerlo, por eso nos agarramos con uñas y dientes a este mundo como un niño el primer día de colegio se agarra a su madre llorando desconsoladamente porque la tiene que dejar quiera o no. Lo que hoy nos anuncia el evangelio es que un día los días se acabarán. Esto no hace falta creerlo, es tan evidente que de pura evidencia se pierde en los recodos de nuestra memoria y lo olvidamos. Pero es así, los días están contados, sean más o menos, un día terminan. Y el cielo o el infierno de la tierra se acaban. Y entonces ¿qué?

Ahora viene en el evangelio lo que hay que creer y es difícil de creer. Se abrirán los cielos verdaderos y se oirá una voz que diga: «venid, benditos de mi Padre» porque vuestra vida recogió el dolor de los que os rodeaban y sembró amor en pequeños gestos de acogida. Y entonces, cuando la muerte haya parecido acabar con todo y no quede más que la fragilidad de nuestra existencia que no puede sostener ni siquiera lo mejor de sí misma, contemplaremos el poder del amor que tiene su nido en Dios y espera envolvernos como una gallina a sus polluelos. Entonces los que amaron con el mismo amor de Dios sin ni siquiera conocerlo dirán: «bendito sea Dios», y los que lo conocíamos ya, aunque no supiéramos vivirlo del todo, responderemos: «amén, bendito sea». Y conoceremos que los días estaban pesados y que Dios contaba hasta los pelos de nuestra cabeza sin olvidarse de los que estaban en el infierno de la tierra y de los que los visitaban desde los cielos de la tierra. Y podremos cantar: «Aleluya».

Pero, el evangelio nos alerta, en especial en estos tiempos en los que Dios parece haberse vuelto solo un consuelo del alma para muchos de esa parte del mundo donde todavía nos va bien. También la voz continuará hablando: «apartaos de mí, porque os habéis hecho malditos», porque no creísteis en el cielo del cielo, olvidando así a los que estaban en el infierno de la tierra. ¿Cómo vais a disfrutar de mi bendición si no sabéis amar? Sin embargo Dios pronuncia esta palabra hoy, para no tener que hacerlo entonces. Despertemos, pues, y bendigamos a Dios con nuestras obras para que al final sólo Cristo con su amor sea el rey del cielo y de la tierra.

La Opinión-El Correo de Zamora, 20/11/11.

¡Tú puedes ser Nick Vujicic!


JOSÉ ALBERTO SUTIL

La vida siempre te sorprende. Un amigo mío estaba buscando en Internet, en la famosa plataforma de vídeos cortos YouTube, algo sobre motivación o motivadores y se encontró con Al Pacino, Stallone o Guardiola, pero también con una historia sorprendente, la de Nick Vujicic (su apellido se pronuncia «voi-a-chich»). A sus 27 años, Nick se ha convertido posiblemente en el motivador más impactante de todo el mundo gracias a estos ingredientes, tal y como él mismo señala en su libro «Una vida sin límites», ya en las librerías de nuestro país: un poderoso sentido del propio fin, esperanza inquebrantable, fe en Dios y en las posibilidades infinitas, amor y autoaceptación, actitud con altitud, un espíritu valeroso, disposición a cambiar, un corazón confiado, ansia de oportunidades, la habilidad de evaluar riesgos y de reírme de la vida, la misión de servir primero a otros. Su frase es: «Si tienes el deseo y la pasión para hacer algo y si esa es la voluntad de Dios, lo lograrás. Si no puedes obtener un milagro, ¡conviértete en él!». Hijo de una familia de emigrantes yugoslavos profundamente cristianos afincados en Estados Unidos, al nacer Nick, el equipo médico pronunció delante de sus padres una terrible palabra: focomelia. Esto significaba que Nick había nacido con una malformación, sin brazos ni piernas. ¿Cómo se las iba a arreglar? ¿Qué iba a ser de este niño? Cuando tenía 8 años intentó incluso suicidarse ahogándose en la bañera, pero fue el pensamiento recurrente del amor de sus padres lo que impidió el fatal desenlace. A partir de ahí comenzó a tomar las riendas de su vida. Luchar, sufrir, caerse y levantarse para aceptarse y ser aceptado. Un día, dando una charla-testimonio a sus compañeros de instituto, una adolescente se levantó llorando, corrió hace él y abrazándole le dijo: «Nick, acabas de cambiar mi vida, nadie me había dicho jamás que Dios me ama y que soy bella». Desde entonces, Nick se dio cuenta de que tenía que dar algo a los demás. Su discapacidad en el fondo era una bendición, pues a través de él Dios podía tocar el corazón de muchas personas a lo largo y ancho del mundo. Y así está siendo. Pensarás, querido lector, que hay que tener mucha fe para pensar así, pero es que Nick la tiene y la transmite. El cristiano es por definición el hombre del milagro. Te invito a que leas el libro autobiográfico de este hombre excepcional o a que bucees en Internet y veas alguno de sus vídeos. Son bastante mejores que los que hemos tenido que tragar en esta campaña electoral? ¿Saben nuestros políticos realmente de motivación? ¿Conocen ellos a Nick Vujicic?

La Opinión-El Correo de Zamora, 20/11/11.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Clausura de la visita pastoral al arciprestazgo de El Vino


Zamora, 14/11/11. El obispo de la Diócesis, Gregorio Martínez Sacristán, clausuró el pasado sábado 12 su visita pastoral al arciprestazgo de El Vino en la ermita del Cristo de Morales. El prelado presidió allí la eucaristía que concelebraron los sacerdotes del arciprestazgo, entre ellos Antonio Jesús Martín, el nuevo arcipreste de la zona.

Los vecinos de Morales del Vino recibieron con alegría la visita del obispo y además los feligreses recordaron a su anterior párroco, Zacarías García Prieto, fallecido el pasado mes de agosto. Un momento que emocionó a los presentes y en el que se observó también a Martínez Sacristán especialmente conmovido.

Durante su homilía el obispo realizó algunas peticiones a los presentes. Por un lado, puso el acento en el sacramento de la confirmación para atraer a los jóvenes a la fe y acercarlos a la Iglesia. “Les debemos acompañar y no tener miedo al rechazo”, afirmó el obispo en relación al vínculo entre los presbíteros y la juventud. Pero, sobre todo, Martínez Sacristán advirtió de que la Iglesia “está herida de muerte” por la escasez de vocaciones y alentó a los feligreses a que pidieran constantemente al Señor “para que no se olvide de nosotros”. El obispo insistió en que “estamos viviendo momentos difíciles” y por ello hay que esforzarse y trabajar más aún “porque otros verán la recompensa”.

En referencia a las dificultades por las que atraviesa la Iglesia, también se dirigió a sus “hermanos”, los sacerdotes de El Vino: “permaneced unidos y en comunión; otra cosa no podemos hacer, pero no olvidéis nunca reforzar y trabajar la unión”. Mientras que a los laicos les pidió que fueran “testigos del Señor” en esta tierra “recia” donde los fieles tendrán que responder también “reciamente”. Los cristianos deben “estar gozosos de serlo y practicarlo como tal en la Iglesia”, afirmó.

Álbum fotográfico de la clausura en:

https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/ClausuraDeLaVisitaPastoralAElVino

domingo, 13 de noviembre de 2011

Guardar por miedo


AGUSTÍN MONTALVO

Domingo XXXIII del tiempo ordinario – Ciclo A

“Tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra” (Mt 25, 14-30)

Cuántas veces hemos escuchado y nos han comentado la parábola de los talentos que hoy se nos repite de nuevo. Tendría que sorprendernos la dureza de Jesús con el tercero de los criados. ¿Qué había hecho de malo para ser juzgado tan severamente? No había malgastado ni perdido el talento entregado, estaba intacto, tal vez con algo de moho por la humedad de la tierra, pero ¿eso es malo? Sin duda el gran pecado de aquel hombre fue el miedo, la cobardía, aquello que lo llevó a guardar.

Son innumerables las ocasiones en las que en el evangelio se alaban las acciones positivas y se fustigan las omisiones. Recordemos la parábola del buen samaritano, el juicio final, la luz sobre el candelero para alumbrar y no bajo el celemín, «entra mar adentro»… No es un buen seguidor de Jesús quien se contenta con no hacer nada malo. «Yo no robo ni mato ni hago mal a nadie» dicen muchos, creyéndose por ello buenos cristianos. Claro que eso es necesario, pero absolutamente insuficiente.

En el lenguaje piadoso abundan palabras como guardar, conservar, preservar… que no dejan de tener un cierto tufillo a un cristianismo «en conserva». Se habla de conservar la fe, la gracia, la vocación, etc. Pero la fe no se conserva, se vive y nos aviva; la gracia se aumenta; la vocación tampoco se guarda, se realiza en una misión. Dios no sólo concede cualidades, da la fe y con ella una misión que es viva y dinámica, para vivirla con valentía y una buena dosis de riesgo. Cuando las situaciones se tornan difíciles nos entra miedo y tendemos a la involución, a la seguridad, a guardar y conservar, al conservadurismo en definitiva, tentación constante en la Iglesia. De nuevo el Papa nos convoca a una Nueva Evangelización, que requiere «nuevo ardor, nuevos métodos, nuevas expresiones», en palabras de su predecesor. A transmitir la Buena Noticia de siempre, sin rebajas ni adulteraciones, pero de manera adecuada al tiempo presente, y esto requiere audacia.

¿Qué habría sido del cristianismo sin el coraje de Pablo enfrentándose a Santiago y a los judaizantes? ¿No supuso un gran avance para la teología la introducción por santo Tomás de la filosofía pagana griega, con gran escándalo para muchos? ¿De qué serviría hoy esta teología si se hubiera estancado en el siglo XIII y no hubiera recibido nuevas aportaciones de otros grandes teólogos posteriores, entre ellos de Ratzinger?

Esta parábola de los talentos tiene que hacer pensar también a muchos laicos si no están llamados a complicarse la vida en la actividad política para contribuir desde su fe a promover la justicia, la libertad, el respeto a los valores, la honradez… Y a todos a evitar la añoranza estéril y el miedo paralizante. Que no tenga que decirnos el Señor: «Hombres de poca fe, ¿por qué tenéis miedo?». Claro que el coraje y la intrepidez están tan lejos de la temeridad y la insensatez como de la cobardía y la pusilanimidad.

La Opinión-El Correo de Zamora, 13/11/11.

Política y cristianismo


ÁNGEL CARRETERO MARTÍN

El próximo domingo elegimos a nuestros gobernantes. Tal y como está la situación dentro y fuera del país no es extraño que cunda el desánimo y la falta de esperanza en que las cosas vayan a ir mucho mejor después del 20-N. A pesar de los pesares es necesario que recuperemos la confianza en la clase política y en el convencimiento de que es más numeroso el grupo de empeñados con los ciudadanos que el de los aprovechados a su costa. Supongo que algo de esto debe de estar en la mente del episcopado español cuando anima a acudir a las urnas ante las próximas elecciones. La nota que ha publicado no pretende decir a quién tenemos que votar, sino ofrecer unas «consideraciones desde el horizonte de los fundamentos prepolíticos». En este sentido todos estaremos a una al reconocer que no todo lo legalmente establecido por un gobierno, sea del signo que sea, se identifica con lo éticamente aceptable. Unas veces puede que sí, en otras el «no» es rotundo.

Por eso cada vez es más importante, urgente y deseable poder llegar a un común reconocimiento de lo bueno, lo justo y lo verdadero que no esté a merced del poder político de turno: el derecho a la vida de cada persona (desde su concepción hasta su muerte natural), el apoyo a la familia con base en la unión matrimonial de un varón y una mujer, la atención prioritaria a los desfavorecidos y desempleados, la libertad de los padres a la hora de educar religiosa y moralmente a sus hijos sin interferencias del papá estado, la paz y la unidad de la nación dentro de la legítima diversidad, etc.

Los cristianos tratamos de ser los primeros implicados en un mundo más justo y solidario del que hasta ahora han logrado quienes rigen los destinos de los pueblos. Más aún: somos conscientes de que sólo si cada uno de nosotros realiza sacrificios radicales en la manera de vivir hará que, poco a poco, vayamos más allá del cumplimiento de la legalidad en la solución a los graves problemas que se presentan al conjunto de la sociedad. Es como cuando los ecologistas nos recuerdan que la conservación del planeta es cosa de todos, de esfuerzos personales, no sólo de decisiones políticas.

No quiero decir con todo ello que el cristianismo busque suplantar al estado, pero tampoco éste puede pretender tutelar a la Iglesia: «a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César» (Mt 22, 21). Dar un voto de confianza a nuestros políticos no significa que vivamos en el mejor de los mundos ni que la política pueda llegar a gestar la mejor de las sociedades. Sólo quienes nos sabemos ciudadanos de dos mundos, el de la sociedad terrestre y el de la futura ciudad celeste, conocemos el remedio de salvación contra toda crisis: poner a Dios en el lugar que le corresponde. Sin Él, sin sentido y sin valores vamos construyendo un infierno social que no ha hecho más que comenzar.

La Opinión-El Correo de Zamora, 13/11/11.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Semana de formación litúrgica en Zamora


Zamora, 12/11/11. La Delegación Diocesana de Liturgia ha organizado, para la próxima semana, un curso de formación para las personas que llevan a cabo los servicios litúrgicos en las comunidades cristianas. Con el aperitivo que será, esta misma mañana del sábado, el primer Encuentro de Acólitos (a las 11 horas en el Seminario San Atilano), se anticipa lo que será un curso sobre los ministerios más comunes en las parroquias.

Según explica en su carta de convocatoria el delegado de Liturgia, Narciso Jesús Lorenzo, el objetivo de esta semana es “ofrecer un complemento formativo, práctico y espiritual a las personas que generosamente realizan o vayan a realizar diversos servicios litúrgicos en las parroquias”.

La semana de formación litúrgica tendrá lugar del lunes 14 al viernes 18 de noviembre, de 19 a 21 horas en el Seminario San Atilano. Los días 14 y 15 estarán dedicados al oficio de los lectores; los días 16 y 17 darán formación a los ministros extraordinarios de la Comunión; y por último, el viernes 18 será el turno de los animadores del canto.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Nuevos arciprestes para Toro-La Guareña y El Vino


El obispo de Zamora ha nombrado nuevos arciprestes de Toro-La Guareña y El Vino a los sacerdotes Mariano Pérez Diego y Antonio Jesús Martín de Lera, respectivamente.

Zamora, 11/11/11. El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, acaba de hacer público el nombramiento de dos nuevos arciprestes. El párroco de Fuentelapeña, Mariano Pérez Diego, ha sido nombrado responsable del arciprestazgo de Toro-La Guareña, mientras que el párroco de Villaralbo, Antonio Jesús Martín de Lera, es el nuevo arcipreste de El Vino.

Ambos arciprestazgos habían quedado con el puesto de arcipreste vacante desde el pasado verano. Toro-La Guareña, por el traslado de Mario Manso de Vezdemarbán a Morales del Vino; y El Vino, por el fallecimiento de Zacarías García.

Los arciprestazgos son estructuras pastorales intermedias entre la Diócesis y la parroquia, con la finalidad de coordinar la labor pastoral. La Diócesis de Zamora está organizada territorialmente en 7 arciprestazgos, que abarcan las 303 parroquias con las que cuenta.

Al frente de cada arciprestazgo está un sacerdote, designado por el obispo tras oír al clero de la zona, que tiene como misión “fomentar y coordinar la actividad pastoral común en el arciprestazgo” (Código de Derecho Canónico, canon 555), promover la integración de los diversos agentes, impulsar acciones conjuntas entre las parroquias, dirigir las reuniones periódicas, atender las necesidades de los sacerdotes, velar por los libros parroquiales, etc.

Para la elección de los arciprestes se ha seguido, como es habitual, el procedimiento previsto por el Código de Derecho Canónico, según el cual “el arcipreste es nombrado por el Obispo diocesano, después de oír, según su prudente juicio, a los sacerdotes que ejercen el ministerio en el arciprestazgo del que se trata” (canon 553).

La Diócesis de Zamora publica sus cuentas del año 2010


En torno al Día de la Iglesia Diocesana, que se celebra el 13 de noviembre, la Diócesis de Zamora ha hecho público su balance de ingresos y gastos del año 2010, para mostrar con transparencia la situación actual del sostenimiento de la Iglesia y de su labor.

Zamora, 11/11/11. Con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebra en Zamora el próximo domingo 13 de noviembre con el lema “La Iglesia contigo, con todos”, en el folleto distribuido por todas las parroquias se informa a los fieles del balance económico de ingresos y gastos de la Diócesis correspondiente al año 2010.

INGRESOS (Año 2010)

1.- APORTACIONES DE LOS FIELES

Colectas 80.967,85

Suscripciones 25.258,00

2.- ASIGNACIÓN TRIBUTARIA

Fondo Común Interdiocesano 1.929.109,65

3.- INGR. DE PATRIMONIO Y OTRAS ACTIVIDADES

Alquileres Inmuebles 139.013,55

Financieros 125.030,82

4.- OTROS INGRESOS CORRIENTES

Ingresos por Servicios 63.313,97

Subvenciones públicas corrientes 4.700,00

Ingresos de Instituciones Diocesanas 311.935,56

TOTAL INGRESOS ORDINARIOS 2.679.329,40

INGRESOS DE PARROQUIAS 1.979.701,07

TOTAL GENERAL 4.659.030,47


GASTOS (Año 2010)

1.- ACCIONES PASTORALES Y ASISTENCIALES

Actividades pastorales 119.578,28

Ayuda a la Iglesia universal 12.619,56

Entregas a instituciones diocesanas 93.387,65

2.- RETRIBUCIÓN DEL CLERO

Sueldos sacerdotales y religiosos 790.488,45

Seguridad Social y otras prestaciones 156.037,71

3.- RETRIBUCIÓN DE PERSONAL SEGLAR

Salarios 166.728,89

Seguridad Social 53.420,11

4.- CONSERVACIÓN DE EDIFICIOS Y

GASTOS DE FUNCIONAMIENTO 726.193,42

TOTAL GASTOS ORDINARIOS 2.118.454,07

GASTOS DE PARROQUIAS 2.068.284,50

Capacidad de financiación 472.291,90

TOTAL GENERAL 4.659.030,47

En el capítulo de ingresos puede observarse, por un lado, el dinero administrado directamente por el Obispado, que procede de las aportaciones de los fieles (tanto en las colectas como en las suscripciones o cuotas periódicas), del Fondo Común Interdiocesano, de los ingresos por el uso del patrimonio o financieros, y de otros ingresos por servicios. En total, 2.679.329,40 euros. A esto habría que añadir la suma de los ingresos de las parroquias, que ascendió a 1.979.701,07 euros.

En cuanto a los gastos, por orden de cantidad empleada son los siguientes: la retribución del clero, la conservación de edificios y gastos de funcionamiento, las acciones pastorales y asistenciales, y la retribución del personal seglar. En total, los gastos ordinarios del Obispado sumaron 2.118.454,07 euros. Junto a esto hay que poner los gastos de las parroquias, que fueron en de 2.068.284,50 euros.

En la hoja diocesana Iglesia en Zamora, que se distribuirá el domingo 13 en las parroquias, el vicario de asuntos económicos y sociales, Eustaquio Martínez Conde, explica que “servir a Dios en los hombres es considerarlos como hermanos y estar disponible para ellos, colocarse en todo momento a su altura, compartir sus problemas y ayudar a superarlos”. Por eso “la comunidad cristiana sabe que sólo sirve bien a Dios cuando sirve a los hombres con total desinterés y entrega”.

jueves, 10 de noviembre de 2011

La Diócesis de Zamora, una Iglesia comprometida


Con el lema “La Iglesia contigo, con todos”, el domingo 13 se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, una jornada dedicada a mostrar la identidad y la acción de la Diócesis de Zamora, y a concienciar a los fieles católicos de la necesidad de su sostenimiento.

Zamora, 10/11/11. El próximo domingo 13 de noviembre la Diócesis de Zamora celebra –como muchas otras Diócesis españolas– el Día de la Iglesia Diocesana. Con el lema “La Iglesia contigo, con todos”, quiere darse a conocer, una vez más, el ser y el hacer de la comunidad cristiana encarnada en una Iglesia local, en este caso, la de Zamora.

En la publicación Nuestra Iglesia, que se reparte estos días en las parroquias de la Diócesis con motivo de esta jornada, se incluye una carta del obispo Gregorio Martínez Sacristán, que afirma que “todos los cristianos zamoranos debemos y podemos sentirnos orgullosos por ser y formar la Iglesia particular de Zamora. La cual, manteniendo la vinculación a toda la Iglesia universal, procura caminar cada día arraigándose más en el Señor y edificándose desde Él para ser signo vivo de su presencia y obra salvadora”.

En su misiva, el prelado llama al compromiso de los fieles con la Diócesis, ya que “sintiéndola y tomándola como propia, cada creyente se debe interesar y se ha de implicar con generosidad por su crecimiento, vitalidad, extensión y, también, por su sostenimiento”. Por ello, además de la dimensión informativa y de concienciación, el Día de la Iglesia Diocesana es un recordatorio de la necesidad del sostenimiento económico por parte de los fieles. Por eso el domingo 13 se hará una colecta en todas las parroquias, para las necesidades de la Diócesis.

Analizando el lema de la campaña, monseñor Martínez Sacristán explica que, por un lado, la Iglesia diocesana “se hace presente beneficiosamente en el recorrido vital de cada cristiano”, y por otro, “su actuación benefactora llega también al conjunto de la sociedad”. Y así, recuerda que “la comunidad cristiana de Zamora está comprometida a favor de todos los hombres y mujeres de nuestros pueblos y ciudades, por medio de la continuada, diversificada y generosa labor evangelizadora que desarrolla, muchas veces de modo anónimo, paciente y sacrificado, por sus sacerdotes, consagrados y seglares”.

Datos y cifras de la Diócesis de Zamora

La Diócesis de Zamora es una porción de la Iglesia católica que está formada por 303 parroquias organizadas en 7 arciprestazgos (Aliste-Alba, Benavente-Villalpando, El Pan, Toro-La Guareña, Sayago, El Vino y Zamora ciudad). Todo esto en una superficie de 6.984 kilómetros cuadrados, menor que la provincia de Zamora, ya que parte de ésta corresponde eclesiásticamente al Obispado de Astorga. Y con una población aproximada de 164.000 personas. Durante el año 2010 se celebraron en la Diócesis 1.007 bautismos, 702 confirmaciones, 978 primeras comuniones y 348 matrimonios.

En total, hay 181 sacerdotes incardinados en la Diócesis, aunque 20 de ellos residen fuera de la misma. De los que están aquí, 111 están en activo y 50 ya se han jubilado. La edad media del clero es de 68,7 años, estando la cantidad mayor de sacerdotes en las edades comprendidas entre los 70 y 80 años.

En cuanto a la vida consagrada hay 6 congregaciones masculinas de vida activa, con 25 religiosos; los 16 monasterios de clausura albergan a 210 monjas; y son 253 las religiosas de vida activa, distribuidas en 28 casas. Además, hay 6 institutos seculares que reúnen a 40 miembros.

El mundo del laicado es muy amplio y diverso. Es difícil calcular el número de seglares asociados, miembros de las 39 asociaciones o movimientos apostólicos, y que podría superar las 3.000 personas. Además, hay que contar con una realidad tan amplia como son las cofradías y otras asociaciones de fieles, que reúnen en torno a las devociones y a la religiosidad popular a muchos miles de fieles.

Un buen ejemplo de laicos comprometidos con la labor pastoral de la Iglesia lo constituyen los catequistas, en torno a 500, y otras muchas personas que colaboran a nivel de las comunidades tanto en lo organizativo y material como en lo litúrgico, lo caritativo… Así nos encontramos a tantos consejos parroquiales, sacristanes, mayordomos, monaguillos, lectores, coros parroquiales, equipos de liturgia, grupos de Cáritas y un largo etcétera.

Hay un alumno en el Seminario Mayor, que durante el curso reside en Salamanca para estudiar Teología y formarse en la vida comunitaria (actualmente en el Teologado de la Diócesis de Ávila) y 35 alumnos en el Seminario Menor, situado en el edificio del Seminario San Atilano. Otra realidad formativa importante son los otros centros educativos de la Iglesia, regidos por congregaciones religiosas, y que tienen matriculados a alrededor de 5.000 alumnos.

Cáritas Diocesana, la expresión caritativa y social de la Iglesia en Zamora, más activa que nunca en estos tiempos de crisis, acompaña y atiende a miles de personas en sus 12 residencias de ancianos, 6 guarderías infantiles, 3 centros de rehabilitación de drogadictos, un centro de tutela de la infancia y un centro de asistencia a inmigrantes, entre otras iniciativas. Además, la Diócesis cuenta con dos servicios de ayuda coordinados por la Delegación para la Familia y Defensa de la Vida: el Centro de Orientación Familiar y el Centro de Escucha San Camilo para personas en duelo.

No pueden olvidarse la Catedral con su cabildo, los cerca de 200 misioneros zamoranos repartidos por todo el mundo, los celebrantes de la Palabra en las comunidades rurales, la actividad de Manos Unidas, los servicios administrativos del Obispado, el Archivo Histórico Diocesano y el Taller de Restauración, el Centro Teológico “San Ildefonso” o la Librería Diocesana.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Obispo de Zamora: “Santa Bonifacia estuvo llena de Dios”


Zamora, 7/11/11. Ayer, domingo 6 de noviembre el obispo, Gregorio Martínez Sacristán, presidió en la Catedral la eucaristía de acción de gracias por la reciente canonización de la Madre Bonifacia. El primer templo de la Diócesis volvió a abarrotarse para honrar a la fundadora de las Siervas de San José, que desempeñó en Zamora la mayor parte de su obra. Un trabajo que reconoció Martínez Sacristán en su homilía: “una pobre cordonera que estaba llena de Dios, rebosante de Dios”, y así precisamente alcanzó la santidad.

El obispo recordó que la santidad “está el alcance de todos”, pero para llegar a ella hay que estar “lleno de Dios” como le ocurrió a santa Bonifacia, “que colocó al Señor y a Nazaret en el centro de su vida”. A las Siervas de San José, presentes en la misa, también se dirigió el prelado: “no cambiéis esta joya por otras más atractivas, pero también más engañosas y mentirosas porque al final no tienen ningún futuro”.

Alentó a las hermanas de la congregación a que sigan adelante con su labor a pesar “de que la media de edad sea alta”, porque Bonifacia también se fijó en el silencio de Nazaret y allí encontró su camino. “A pesar de lo poco que se habla de Nazaret en el Evangelio, Bonifacia se dejó interpelar por él y en ese silencio vio la compasión”, resaltó el obispo.

La vivencia “profunda” de la compasión ayudó a la santa a “aguantar todo lo que aguantó”, y ese comportamiento ha de ser “un ejemplo a seguir” para todos. Nuestro obispo destacó que “no encontraremos la compasión si no somos capaces de mirar al Señor que dio la vida por nosotros sin decir nada”, al igual que hizo Bonifacia, aguantando las humillaciones por la mujer, a la que ayudó sin condiciones. Ahora hay que seguir el camino que la santa marcó

La eucaristía contó con la presencia del Consejo General de las Siervas de San José, presidido por su coordinadora general, la filipina Lillian Ocenar. Después de la celebración hubo un ágape en el Colegio Divina Providencia, justamente la casa en la que vivió Santa Bonifacia, en la Calle La Reina de la capital.

Álbum fotográfico de la celebración en:

https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/MisaDeAccionDeGraciasPorLaCanonizacionDeSantaBonifacia

Velad, porque no sabéis ni el día, ni la hora


NARCISO-JESÚS LORENZO

Domingo XXXII del tiempo ordinario – Ciclo A

“¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” (Mateo 25, 1-13)

De mi estancia en Italia uno de los recuerdos que estos días me vienen a la memoria es el de los cementerios. En todas las tumbas había una luz encendida, como ocurría antiguamente entre nosotros. ¿Qué quiere expresar esto? Se trata, al menos en su origen, y seguro en la conciencia de muchos creyentes, de hacer realidad lo que hoy hemos escuchado de labios de Jesús: «El Reino de los cielos se parecerá a diez muchachas que en una boda tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio». La parábola es oportuna para ilustrar las luces y las sombras que se ciernen sobre la realidad de la muerte, sobre todo después de la resaca que nos ha dejado Halloween.

Se van generalizando entre la gente, de un modo lúdico y comercial, ideas sobre la muerte que van desde el más puro materialismo (lo único que queda de los seres humanos es un frasco con cenizas) al mundo de la superstición, plagado de adivinos, nigromantes, zombis, vampiros, espíritus perdidos, almas en pena, etc. Lo primero que tenemos que decir son dos cosas: que si fuéramos mera materia, si la muerte fuera solo un hecho natural, lo tendríamos todos asumido ¡de verdad! Pero resulta que nadie se quiere morir, salvo aquellos para quienes su vida es un infierno. Además los cristianos afirmamos, con aceptación o rechazo, que es Jesús el único que pude ofrecer luz sobre la muerte, porque ha muerto, pero ha resucitado.

Conviene que, al menos, los católicos, procuremos que no se nos apague la lámpara de la fe, para saber a dónde «vamos a ir a dar con nuestros huesos», nunca mejor dicho. Lejos de la fe cristiana se sitúan los que piensan que no hay resurrección de los cuerpos, que las almas cambian de identidad reencarnándose, que los muertos vagan «como tontos» asustando a los vivos o mandando «mensajitos». De forma muy sintética recordemos la doctrina cristiana: el hombre es una compleja unidad de cuerpo y alma. La muerte supone la destrucción de este cuerpo y la salida del alma ante el tribunal misericordioso de Dios. Cuando se completen los días de la historia humana y Cristo aparezca en su gloria, será juzgada la historia entera y recuperaremos nuestra condición corporal. Que para los que mueran empeñados en su maldad existe la condenación eterna o «Infierno», que los que mueren acogiendo la salvación de Cristo pero no suficientemente purificados esperan en el «Purgatorio», con la ayuda de nuestras plegarias y de la Eucaristía, a participar de la felicidad de los santos. Que el «Cielo» es el encuentro con el amor inmenso de nuestro Salvador Jesucristo, en una felicidad inimaginable y eterna, con María y todos los salvados, entre los que esperamos encontrar, también a nuestros seres queridos. No permitamos que nos quedemos sin luz.

La Opinión-El Correo de Zamora, 6/11/11.

Un buen plan


JOSÉ ÁLVAREZ

Cuando vienen mal dadas fuerza es recurrir a esa ley que en lo económico y social decimos dependencia, en clave moral, solidaridad. Escribo en la mañana del jueves, la radio a un lado que me traslada los datos del paro. El próximo 11 de noviembre se celebra la fiesta de san Martín. Ya saben, aquel obispo del siglo IV que, montado a caballo y en su etapa de militar, compartió su capa con un pobre. De capa caída andamos nosotros y bueno es que el santo obispo de Tours nos eche una mano. El rocín, que nos ha ido llevando a galope tendido por los campos del progreso y de la prosperidad, renquea ahora y se fatiga. Se impone la dura realidad.

¿Y nosotros, qué podemos compartir? Manos Unidas nos traslada sus «641 recetas para acabar con la pobreza en el mundo» y Zamora se ha sacado de la manga todo un plan, que ha tenido origen en una conversación informal entre el director del Hotel AC y un cura con unas cuantas letras bajo el brazo. «¿También pagáis facturas?». «Pues claro. Hay familias que ya no pueden más, no les llega para el recibo de la luz y, si pagan la luz, no pueden con la hipoteca y, si atienden a la hipoteca, no les alcanza para comer».

Desde un sector de Azehos, siete de sus hoteles: Hotel AC, Rey Don Sancho, Montelarreina, Valbusenda, Hotel NH, Parador de Zamora y Hotel Horus, se han ofrecido a servir la noche del próximo viernes día 11 una «cena solidaria». El mismo menú para todos y lo recaudado (40 euros por cubierto) en su totalidad para Cáritas. Es la fiel lectura del momento y el reconocimiento a un organismo de la Iglesia que está jugando tan importante papel a la hora de paliar los devastadores efectos de la crisis. La Hostelería ofrece esta «cena solidaria» que han ido presentando por sectores hombres y mujeres de a pie y así ha germinado en Hospitales, en Colegios e Institutos, en Cofradías y Colegios Profesionales, en Empresas, en la Administración, en familias y grupos de amigos? Todos han podido hacer, no sin desaires, que este buen plan merezca la pena.

Y ya, al final, el resultado siempre es positivo porque el proyecto suma y no resta y así los colaboradores (Cuestión de Imagen, Cícero Artes Gráficas y Fundación Caja Rural), los proveedores alimentarios, los MCS? han sensibilizado a toda la ciudad. Ya saben lo difícil que resulta abrir brecha en medio de la desconfianza y el escepticismo de la gente. Pero, ¿quién dijo miedo? Se sirve un vino de marca que va a sorprender, madurado en barricas de fe y de solidaridad. Quinientos sesenta comensales esperan que una vez más sean los sirvientes los primeros sorprendidos, como en Caná. En la noche de san Martín, en siete puntos cardinales de Zamora, se comparte la capa, se maquillan penas.

La Opinión-El Correo de Zamora, 6/11/11.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Zamora agradece la canonización de Santa Bonifacia con una Misa solemne en la Catedral


La Catedral de Zamora acogerá el próximo domingo 6 de noviembre a las 17,30 horas una eucaristía solemne presidida por el obispo y en la que toda la Diócesis se unirá a las Siervas de San José para dar gracias a Dios por la reciente canonización de su fundadora, Santa Bonifacia Rodríguez.

Zamora, 2/11/11. Si el pasado 23 de octubre todas las miradas se dirigieron a la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde Benedicto XVI declaró santa a la religiosa Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José, y el 30 de octubre el centro de atención estuvo en la Catedral de Salamanca, donde su Diócesis de origen agradeció la canonización, el tercer momento solemne tendrá lugar en la Catedral de Zamora, donde el próximo domingo 6 de octubre se celebrará una eucaristía solemne de acción de gracias a las 17,30 horas.

La eucaristía será presidida por el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, precisamente en la ciudad donde murió Santa Bonifacia en 1905. A ella están invitados todos los fieles zamoranos, y contará con la presencia del Consejo General de la congregación de las Siervas de San José, encabezado por su recientemente nombrada coordinadora general, la hermana Lillian Ocenar, de nacionalidad filipina.

Cerca de un centenar de zamoranos participaron el pasado 23 de octubre en los actos de la canonización de la Madre Bonifacia, comenzando la víspera con la vigilia de oración en la iglesia romana de San Ignacio y concluyendo con la Misa en la que fue declarada santa junto con los italianos Guido Maria Conforti y Luigi Guanella.

El 27 de marzo de 2010 Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto que reconocía oficialmente el milagro atribuido a la intercesión de la entonces beata Bonifacia Rodríguez de Castro (1837-1905), fundadora de las Siervas de San José, y muy vinculada a la ciudad de Zamora, donde continuó con la congregación religiosa que había iniciado en Salamanca.

La Madre Bonifacia, como se la conoce en Zamora, fue beatificada por Juan Pablo II en Roma el 9 de noviembre de 2003. Fue una mujer que luchó por la educación de la mujer durante los últimos años del siglo XIX y tuvo mucho que ver con la ciudad de Zamora donde vivió entre 1883 y 1905, año en que falleció, siendo enterrada en el Cementerio “San Atilano” de la capital. Sus restos fueron trasladados en 1945 a Salamanca donde reposan, desde 1949, en un mausoleo construido en la capilla del Colegio de la Casa Generalicia de las Siervas de San José.

Actualmente, se encuentran en Zamora dos comunidades de las Siervas de San José: el Centro educativo concertado “Divina Providencia” situado en la Calle de la Reina, 9, en el mismo emplazamiento en el que la Madre Bonifacia tuvo su casa taller, y el Colegio “San José”, ubicado en la Avenida de Requejo, 5.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Seminario Menor San Atilano lanza un vídeo promocional


El Seminario Menor Diocesano de Zamora ha realizado un vídeo como primera fase de una campaña publicitaria con la que pretende darse a conocer en la sociedad zamorana. El vídeo, que muestra las facetas de la vida de un seminarista, ha sido difundido a través de las redes sociales de Internet, y se proyectará en diversas actividades que el Seminario llevará a cabo.

Zamora, 2/11/11. El Seminario Menor “San Atilano” acaba de iniciar una campaña publicitaria para darse a conocer más en la sociedad zamorana. El primer paso ha sido la grabación de un vídeo promocional producido por Interbenavente Multimedia Network. En él, de una forma fresca y actual, aparecen diferentes facetas de la vida del seminarista, como el deporte, la convivencia con los compañeros, el estudio y –lo que es más importante– la presencia de Jesucristo, que abarca y configura todo lo anterior.

También se hace referencia a determinadas dificultades con las que se suelen encontrar los alumnos del Seminario, especialmente a cierta incomprensión por parte de sus amigos del pueblo o del barrio. El vídeo ha sido colgado en YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=hQpnWAjShwM) y está siendo difundido por las redes sociales más empleadas por los adolescentes y jóvenes, Tuenti y Facebook.

Según explica el rector del Seminario diocesano de Zamora, Florentino Pérez, “con este vídeo se pretende mostrar a los chavales de hoy, mediante su difusión en las redes sociales, que ser seminarista no es algo pasado de moda y aburrido, sino que se trata de una auténtica aventura que hace sentir un orgullo sano a quien lo vive”. Por eso, la primera meta que se persigue con esta novedosa iniciativa es, a juicio del rector, “despertar la curiosidad por este estilo de vida y por este centro en los chicos de la generación 2.0”.

El spot, titulado “I go to Seminary”, muestra a los alumnos del Seminario Menor “San Atilano” tanto en el propio centro como en las calles de Zamora, y se articula a través de frases escritas en inglés y traducidas al castellano. Junto a escenas de la vida ordinaria en esta comunidad educativa, se han rodado exteriores en torno a la iglesia románica de San Cipriano de la capital.

Además de su difusión a través de las redes sociales de Internet, será utilizado por el Seminario en diferentes convivencias y encuentros que tiene previstos organizar en parroquias y colegios católicos de Zamora, juntamente con un material, que todavía se encuentra en proceso de elaboración, que permitirá trabajar la vocación sacerdotal en las clases de Religión y en los grupos de catequesis.

La imagen que ilustra la carátula del vídeo ha sido utilizada también en unos carteles que se están difundiendo estos días por toda la Diócesis con el calendario de las Convivencias Samuel, una convocatoria mensual en la que pueden participar chicos entre 10 y 14 años, y que comenzó este curso con el encuentro del 22 y 23 de octubre. La próxima convivencia tendrá lugar el 19 y 20 de noviembre en el Seminario. Porque, como afirma Florentino Pérez, “todo esfuerzo es poco para transmitir a los chavales de hoy la radical novedad de la vocación sacerdotal”.

Para más información:

http://seminariomenorsanatilano.wordpress.com/

Tel. 980 514 998

De la censura a la autocrítica


LUIS SANTAMARÍA DEL RÍO

Domingo XXXI del tiempo ordinario – Ciclo A

“El primero entre vosotros será vuestro servidor” (Mateo 23, 1-12)

Después de haber crecido durante los domingos anteriores, la tensión entre Jesús y las autoridades religiosas de su pueblo llega a lo que escuchamos hoy en el evangelio de la Misa. Ahora les habla a la gente y a sus discípulos, y en un primer momento expone las contradicciones de aquellos pretendidos referentes morales, para pasar después a proponer un estilo de vida alternativo. Estas palabras del Maestro, situadas aquí, quieren referirse a la comunidad cristiana. Porque ya desde sus inicios la Iglesia tuvo la tentación de dejarse llevar por la corriente, calcando unas relaciones que se viven en la sociedad sin problema alguno, pero que no tienen nada que ver con el camino iniciado por Jesús de Nazaret.

Puede haber personas que apliquen las palabras de Jesús a los obispos y sacerdotes. Y no se equivocarán, porque los que formamos parte de la jerarquía de la Iglesia por el ministerio del orden tenemos nuestras infidelidades y traiciones a una misión encomendada por Dios a través de la comunidad. A la luz de las otras lecturas que se proclaman hoy en la eucaristía, será un buen momento de revisión de la propia vida por parte de curas y obispos. Pero eso no puede quedar ahí, ya que las palabras de Jesús se dirigen a sus discípulos, a todos. No se queda en la censura de la hipocresía, la teatralidad y la ostentación de escribas y fariseos, sino que da un paso más, con estas palabras: «vosotros, en cambio…».

Ahí está la clave de este pasaje evangélico. La vida que llevaban aquellos líderes judíos era legítima, por supuesto. Pero Jesús quiere otra cosa de sus seguidores. Otra cosa que se deriva de la paternidad de Dios y del señorío del propio Cristo. La Iglesia entera participa del sacerdocio de Jesús desde el momento del bautismo, y de ahí deriva la igualdad fundamental de todos los fieles, algo que está presente en la Escritura y que recalcó el Concilio Vaticano II para los cristianos de hoy.

La Iglesia entera ha de superar la constante tentación de adaptarse al mundo y a sus relaciones, para pasar a vivir una fraternidad que sea signo de algo más, para llegar a ser el sacramento de la salvación para todos los hombres. Por eso las palabras de Jesús tienen que servirnos no para mirar hacia fuera, sino hacia dentro de las comunidades eclesiales y de cada uno de los que nos consideramos cristianos para preguntarnos por la coherencia y la autenticidad de nuestra vida, y si esa vida es testimonio ante los otros. Una autocrítica que, hecha a la luz de la Palabra de Dios, nos lleva a la conversión.

La Opinión-El Correo de Zamora, 30/10/11.

La firmeza


M.ª BELÉN SÁNCHEZ DE ANTA

En el viaje apostólico de Benedicto XVI a Madrid con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, todos los eventos que se produjeron estuvieron basados en una frase que se cantaba en el himno que se creó para la ocasión: «arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe».

Pero, ¿permanecemos, hoy en día, firmes en nuestras convicciones? Creo que el hombre de hoy se muestra inseguro, indeciso frente a los valores sobre los que debemos forjar nuestra vida, debido a la decadencia de la autoridad moral. Esta autoridad moral debe estar basada en la honradez y en la seguridad de las propias convicciones y valores que se afianzan en nuestro interior; interior que debe contar con Dios, teniéndolo como maestro y siguiendo sus enseñanzas.

Esto significa tener firmeza en nuestra vida; con bases sólidas se puede construir una vida feliz que es lo que todos deseamos alcanzar; con ello somos fieles a nosotros mismos y a los principios que adoptamos llevar a cabo en el ejercicio de nuestra libertad. Pero, ¿dónde la adquirimos? En principio en el seno de la familia y del colegio o escuela, que con la educación de los padres a los hijos y de los profesores a los alumnos enseñan la firmeza en las reglas de conducta y comportamiento que han de establecerse para todos, con lo que crecerán en autoestima sabiendo lo que tienen que hacer en cada momento teniendo en cuenta cada uno su personalidad o carácter. Así potenciamos el carácter firme de la persona potenciando su autoestima; pero ello no quiere decir que hablemos de imposición o autoritarismo, lo importante es el diálogo y llegar a un acuerdo pero con el propio convencimiento de hacer lo que se debe hacer no porque te lo digan, ya que cuando surja algún problema no se va a poder solucionar, sino por propia decisión. ¿Cuándo la ejercitamos? A diario, ya que siempre tenemos que adoptar decisiones desde que nos levantamos hasta que finaliza el día, intentando construir un mundo nuevo de amor, honradez y de autenticidad. Por suerte hay muchas personas que son honradas y se respetan a sí mismas y a los demás, es decir, tienen dignidad, cuestión fundamental para vivir. Para ello todos necesitamos ser fortalecidos en la fe; Necesitamos que el amor de Dios fluya hacia los demás a través de nuestra vida para construir la verdadera vida cristiana diaria.

Para estar firmes en nuestra vida es necesario consagrarnos a Él cada día. ¿Estamos dispuestos a hacer esto para seguir creciendo hasta llegar a la madurez espiritual?

La Opinión-El Correo de Zamora, 30/10/11.