jueves, 30 de septiembre de 2010

La prensa italiana recoge la preparación de la JMJ en Zamora


El diario italiano Avvenire ha recogido, en su edición del pasado 28 de septiembre, cómo se está preparando la Diócesis de Zamora para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011. Su corresponsal en nuestro país ha destacado el casting que se realizó en la ciudad, el sistema previsto de acogida en familias y el paso de la Semana Santa que participará en el Vía Crucis presidido por el Papa.

Zamora, 30/09/10. Muchas personas tienen su vista puesta ya en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Madrid en agosto de 2011. Zamora será una de las Diócesis de acogida que en los días previos a la JMJ tendrá la oportunidad de albergar a peregrinos de todo el mundo. Está previsto que unos 1.500 jóvenes que acudan al encuentro con Benedicto XVI en la capital de España, convivan antes con la realidad de la Diócesis de Zamora.

Con este motivo, el diario italiano Avvenire ha dedicado su columna de esta semana sobre la JMJ (titulada “¡Vamos a España!”) a la preparación de la acogida a los jóvenes en Zamora. El corresponsal de este periódico en nuestro país, Fabrizio Assandri, ha recogido el pasado martes 28 algunos de los datos más significativos y peculiares de la participación de Zamora en este evento festivo internacional.

El artículo se inicia destacando “un casting organizado por la Diócesis para promover la JMJ” y la participación de los zamoranos en la grabación de “un cortometraje low cost rodado entre las plazas y los monumentos, que se lanzará en octubre”. Assandri también recoge que “la pequeña Diócesis –de 165.000 habitantes dispersos en muchos pueblos– dará la bienvenida a jóvenes de Inglaterra, los EE.UU., Portugal, Pakistán y probablemente de Bolzano”, haciendo referencia a esta Diócesis italiana.

La columna del rotativo italiano también alude al patrimonio religioso y cultural zamorano cuando afirma que “todos los peregrinos de la JMJ verán un poco de Zamora, cuyo paso de la Crucifixión ha sido elegido como uno de los más representativos de España para el Vía Crucis con el Papa, que tendrá lugar el viernes por las calles de Madrid”. Y termina recordando que “en noviembre visitarán la Diócesis de Zamora la Cruz y el Icono de María de los jóvenes”.

martes, 28 de septiembre de 2010

Cáritas: lo importante no es lo que damos, sino el amor


El delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Altaba, ha estado en Zamora para tener un encuentro formativo con los voluntarios y empleados de Cáritas Diocesana, y por la tarde ha pronunciado una conferencia pública sobre la crisis actual y la identidad y acción de esta organización de la Iglesia católica.

Zamora, 28/09/10. El objetivo prioritario de la Diócesis de Zamora para el curso pastoral 2010-11 es “El ejercicio de la caridad en la vida de la Iglesia”. Con este motivo ha acudido a la ciudad el sacerdote de la Diócesis de Teruel y Albarracín Vicente Altaba Gargallo, delegado episcopal de Cáritas Española desde 2007.

Esta mañana fue el ponente en un encuentro de formación dirigido a los voluntarios y empleados de Cáritas Diocesana de Zamora, reunidos en la Casa de la Iglesia (Seminario San Atilano), y por la tarde tuvo una conferencia pública en el Paraninfo del Colegio Universitario, titulada “Cáritas ante la crisis. Actitudes y valores a potenciar”.

El ponente fue presentado por Antonio Jesús Martín de Lera, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora. Altaba comenzó su intervención afirmando que “la razón de ser de Cáritas Española está en las Cáritas Diocesanas. Es una organización que las Cáritas Diocesanas se han dado para su servicio. Nuestra razón está en servir a las Cáritas Diocesanas, ésa es nuestra razón de ser”.

En la raíz del ser y el hacer de Cáritas

Vicente Altaba recordó los criterios fundamentales desde donde debe entenderse “el ser y el hacer de Cáritas”. El primero: el hombre es redimido por el amor, se siente salvado cuando se siente amado. “Lo fundamental en Cáritas no es lo que hacemos, no es lo que damos; lo que queremos dar por encima de todo es lo que salva, y lo que salva es el amor. El amor hace que el don no humille, sino que dignifique a quien da y a quien recibe”, señaló el delegado episcopal de Cáritas Española.

Ese amor tiene un fundamento, y “ese fundamento, para los hombres y mujeres de Cáritas, es Dios. Somos gente que hemos experimentado el amor de Dios en nuestras vidas”. Es el segundo criterio fundamental. “Por eso queremos ser para los otros transparencia de ese amor, y el gran sacramento del amor de Dios es Jesucristo, que se expresa sacramentalmente en la eucaristía, que es para nosotros la fuente del amor”.

Cada vez que celebramos la eucaristía, nos unimos a Jesús en la ofrenda por los otros. Por eso invitó a los presentes a vivir así la misa, poniendo en ella la propia vida, algo que es pura novedad cada día, no algo monótono. “Una eucaristía que no lleve implícito el amor a los hermanos es escandalosa”, como ya escribía san Pablo. “Cáritas no es sólo un conjunto de servicios sociales, sino una mística, una manera de entender la vida”. Y esa mística es trinitaria y eucarística.

En tercer lugar, el amor de la comunidad cristiana se visibiliza y se estructura en Cáritas, que es la expresión organizada del amor de la Iglesia. “Cáritas para nosotros no es una simple ONG, porque no ha surgido de un grupo de voluntarios, de gente sensible a las necesidades de los pobres, que se hayan constituido en asociación; Cáritas ha surgido del seno de la Iglesia, de la comunidad cristiana”. Tampoco es una empresa de servicios sociales, aunque tenga una organización similar, ni un grupo de psicólogos o sociólogos, aunque se utilicen estas mediaciones necesarias.

“La razón de ser de Cáritas está en la comunidad cristiana, en su ejercicio del amor”, reiteró. También afirmó que para pertenecer a Cáritas “no hace falta ninguna ficha de inscripción; a Cáritas pertenecemos todos desde el día de nuestro bautismo. No podemos renunciar a nuestra identidad, que incluye el ejercicio de la caridad”.

Otro principio para comprender Cáritas es la promoción del desarrollo integral de la persona y la transformación de la sociedad. “Mucha gente nos conoce por la ropa y los alimentos que damos, pero lo más importante para nosotros no es eso, sino la persona, como un ser que necesita otras cosas más que comer y vestirse: afecto, formación, orientación, acogida... desarrollo en todas las dimensiones de su ser. No queremos ver al otro como un ser necesitado, sino como alguien que tiene que desarrollarse en todas sus dimensiones”.

Por último, Cáritas no se entiende al margen de la misión de la Iglesia: evangelizar. “En el fondo, la misión de Cáritas es evangelizar”, dijo claramente. Según Vicente Altaba, “evangelizar es comunicar a los otros el amor de Dios, y eso es la tarea de Cáritas; cuando ejerce bien su función, está siendo un pregonero del amor de nuestro Dios, llevando a los otros la buena noticia de la salvación: podrán ser olvidados y marginados, pero hay un Dios que no es neutral, y que toma partido por ellos, una opción por los pobres. Por eso es una buena noticia para ellos”.

Datos sobre la crisis

La crisis no es sólo económica, señaló. Su fondo es espiritual, antropológico, moral. Detrás de la crisis económica hay una crisis así de profunda. Ésta es la experiencia de Cáritas y otras organizaciones. “El dios Dinero ha trasladado a la persona del centro de las relaciones sociales, acaparando todos los derechos, y sometiendo y sojuzgando a los demás. Es la crueldad del dios Dinero, del dios Beneficio, de la absolutización del Mercado”.

Altaba leyó con detenimiento una cita de San Pedro Crisólogo sobre el dinero: “manda en los pueblos, decide los reinos, ordena guerras, compra mercenarios, bebe sangre, causa muerte, destruye ciudades, somete pueblos, asedia fortalezas, humilla ciudades, preside tribunales, borra el derecho, confunde lo justo y lo injusto, y firme hasta la muerte, tienta la fe, viola la verdad, consume la fama, disipa la honestidad, disuelve el afecto, roba la inocencia, sepulta la piedad, separa a los parientes, destruye la amistad… esto es el dios Dinero, señor de iniquidad”.

Sometidos al dinero en esta economía del mercado estamos todos. “Pero la maldad del dinero radica en el corazón, en el individualismo egoísta, en la autosuficiencia, la codicia, la avaricia, la mentira, la desconfianza... ésta es la crisis que estamos viviendo”.

El ponente también ofreció algunos datos de cómo se está viviendo la crisis actual en Cáritas. Para eso ha creado, recordó, el Observatorio de Cáritas ante la crisis, que ofrece un informe trimestral. “La crisis ha hecho que la mayoría de nuestras Cáritas hayan visto duplicadas las demandas desde 2007 hasta ahora”. Las ayudas más solicitadas: vivienda y otros temas relacionados con ella. En segundo lugar, demandas de alimentación, se ha vuelto a pedir comida a Cáritas, y se han tenido que abrir o reabrir comedores.

Después, demandas para el empleo y asuntos legales (sobre todo relacionados con la extranjería), y de apoyo psicológico. Porque, según el delegado episcopal de Cáritas Española, “detrás de los datos hay rostros, hay personas que no debemos olvidar. Detrás de cada número hay una persona. Los números no sufren, y aguantan todo, pero las personas sufren, aman, sienten, esperan, están llamando a la puerta... Por eso, porque detrás de los datos hay rostros, y los datos dejan rastros en los rostros, Cáritas tiene que prestar también ayuda psicológica en la actualidad. Lo nuestro es contribuir al desarrollo integral de la persona. Una persona con desequilibrio emocional también es un pobre”.

Los nuevos pobres

¿A quiénes afecta la crisis? Afecta de manera particular a los inmigrantes, familias monoparentales, infancia y mayores, además de otras situaciones sociales y personales. Entre éstas, “un nuevo perfil de gente que llega a Cáritas: personas que tenían trabajo y estaban subidas en el tren del bienestar, creyendo la mentira de que todos éramos ricos, pagando todo con un dinero que no era nuestro, sino del banco. Ahora, el tren del bienestar se nos aleja más cada día”.

Muchas personas de éstas llegan a Cáritas, los llamados “pobres de corbata”. Dentro del nuevo perfil de pobres están también algunos que habían logrado la inserción social y laboral gracias al trabajo de Cáritas, y al encontrarse de nuevo en la cuneta, deben volver a Cáritas porque se han quedado sin trabajo.

800.000 pobres atendidos en 2009

¿Qué respuesta está dando Cáritas ante la crisis? “En líneas generales, podemos decir que estamos respondiendo adecuadamente, las Cáritas Diocesanas están haciendo un esfuerzo extraordinario”. Prueba de ello es que el último año, en plena crisis, Cáritas Española (las 70 Cáritas Diocesanas, las 6.000 Cáritas Parroquiales que están detrás) ha hecho una inversión superior a la del año anterior en 17 millones de euros.

“Cuando hay menos dinero, cuando se recorta la financiación pública, Cáritas aumenta su recaudación y el dinero que invierte en los pobres”, señaló Vicente Altaba. Ha aumentado también el número de voluntarios: 500 más el año pasado. Y el número de personas atendidas: llegaron a ser 800.000 personas en 2009, duplicando prácticamente la cifra.

Pero también la situación de las Cáritas ha sufrido un cambio con la crisis: “ha afectado a nuestra misma manera de actuar, a nuestra organización: la acogida, la relación con la Administración y con entidades privadas... Se ha aumentado el volumen de acogidas, que han saturado los servicios de acogida en algunos lugares, perdiendo calidad y calidez. A veces hemos sido víctimas de la imposibilidad de acompañar mejor a las personas, también por la saturación”.

Por otro lado, “ha habido un aumento considerable de las ayudas en especie, para las necesidades básicas. Este desbordamiento ha producido también en Cáritas un cierto desajuste emocional en los voluntarios y empleados. Nos ha podido llevar a la pérdida de algunos criterios compartidos, cayendo en el activismo, que es un peligro, porque se pierde el sentido de la actividad, la reflexión necesaria, la formación, la interiorización, la oración”.

Ante esto, en Cáritas se constata que “la crisis nos está poniendo delante la necesidad de reorganizar ciertos servicios. Nos llama la atención sobre no caer en el asistencialismo, aunque alguna vez tengamos que hacerlo; a no perder de vista que nuestro objetivo es la promoción integral de la persona”.

Tarea de toda la Iglesia

Altaba subrayó que “lo que hacemos en Cáritas no es sólo tarea nuestra, sino de toda la comunidad cristiana. Ésta se tiene que responsabilizar cada vez más de su Cáritas”. Además, “no estamos para trabajar encerrados, sino al servicio de la sociedad, a la que también tenemos que sensibilizar. Muchas cosas que hacemos son supletorias; el primer responsable de atender a los pobres de cada localidad es su alcalde. Nosotros estamos para atender a quienes quedan olvidados”.

Al final de la conferencia, el delegado episcopal de Cáritas Española resumió algunas actitudes y valores a potenciar en la crisis. La primera actitud es la reflexión constante, una mirada atenta a la sociedad. “Necesitamos ojos, oídos y corazón ante una realidad cambiante. Es en la realidad donde Dios nos habla, y tenemos que escucharlo en lo que les está aconteciendo a los pobres”. Como ha afirmado el papa Benedicto XVI, “Cáritas es un corazón que ve”. El segundo valor es la humildad. Cáritas puede enorgullecerse sin rubor por su gran actividad, “pero no podemos hacerlo todo. Hemos de hacer lo que nos corresponde, y exigir lo demás a quienes tienen que hacerlo, sin culpabilizarnos ni dejarnos culpabilizar”.

La tercera actitud es la compasión, sentir con el otro, “dando cauce a la ternura, a la escucha. Vivir con verdadera pasión lo que estamos haciendo, no llevados simplemente de los sentimientos, sino con un trabajo bien hecho, bien reflexionado, bien organizado, bien programado, mejor que nunca. Y, sobre todo, vivir al paso del otro, caminar con los pobres”.

Otro valor es la ayuda mutua, dejando fuera el individualismo. También hay que potenciar la austeridad. “El problema de este mundo no son los ricos, sino la abundancia de candidatos. No es feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”, recordó el ponente. La sexta actitud es la responsabilidad, en un mundo en el que no hay criterios objetivos. Hay cosas, sin embargo, que no son relativas, y por eso hemos de ser responsables.

Además, hay que potenciar la gratuidad. “Lo importante es la justicia, pero no basta, sino que hace falta pasarla para llegar a la misericordia, a la gratuidad. La caridad no es un sustitutivo de la justicia, sino un complemento”. También hemos de recuperar la utopía, cuando mucha gente está viviendo el desengaño y la frustración. “Nosotros tenemos que reavivar la esperanza, que no está fundada en nosotros mismos, sino en Dios y en su Reino; los cristianos tenemos que vivir con esperanza utópica y paciencia histórica”.

También hoy es necesario superar la disociación que se nos quiere inocular: “Cáritas sí, Iglesia no”. Frente a esto, Vicente Altaba recordó que “Cáritas es la Iglesia. Cuidado con esta disociación que está en la calle y que a veces nos puede traicionar a los que estamos en Cáritas, porque es una trampa con forma de halago o alabanza. Acabamos tirando piedras a nuestro propio tejado, renegando de nuestra Madre”.

La Diócesis de Zamora clausura el Bicentenario del Padre Usera en la Catedral


La Catedral acogerá el próximo jueves 30 de septiembre una eucaristía a las 19,30 horas con la que se clausurará, a nivel diocesano, el bicentenario del nacimiento del fundador de las Hermanas del Amor de Dios, el venerable Jerónimo Usera, sacerdote madrileño que inició esta congregación en la ciudad de Toro en 1864.

Zamora, 28/09/10. El 15 de septiembre de 2009 se inauguraba en Toro, donde tienen su Casa Fundacional las Hermanas del Amor de Dios, el bicentenario del nacimiento de su fundador, el sacerdote Jerónimo Usera, reconocido por la Iglesia católica como “Venerable”, actualmente en proceso de beatificación. Con el lema “Nació para hacer el bien”, la celebración del Bicentenario se ha prolongado hasta el pasado 15 de septiembre, cuando se cumplieron los 200 años del nacimiento del Padre Usera, con una eucaristía en la iglesia madrileña en la que fue bautizado.

La Diócesis de Zamora se sumará a esta celebración con una eucaristía de clausura del Bicentenario en la Catedral, que tendrá lugar el próximo jueves 30 de septiembre a las 19,30 horas. Estará presidida por el vicario general de la Diócesis, Juan Luis Martín Barrios. Organizada por las comunidades que la congregación tiene en Zamora, contará con la presencia de las Hermanas del Amor de Dios de la Diócesis, además de otras venidas de diversos lugares de España. Se sumarán alumnos de sus centros educativos con sus familias, ancianos de su residencia de la capital y muchas personas vinculadas a la congregación.

Según explica el último número de la hoja diocesana Iglesia en Zamora, la misión de las Hermanas del Amor de Dios es “llevar un corazón misionero, heredado de su Fundador. Desde los orígenes la Congregación tiene como opción permanente de evangelización la educación y promoción integral de la persona”. Lo hacen en los colegios “Amor de Dios”; en las Casas-Cuna y Residencias Hogar; en las Residencias Juveniles y Universitarias; con la promoción de la mujer, alfabetización de adultos, Centros de salud en zonas de pobreza, acción social y formación de educadores sociales; y, finalmente, con la expansión del carisma congregacional el apostolado y la animación de comunidades cristianas.

Hoy el Amor de Dios está presente en Angola, Mozambique, Cabo Verde en África. Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Estados Unidos, Guatemala, México, Puerto Rico, Perú, República Dominicana en América. Filipinas en Asia. Alemania, España, Francia, Italia, Portugal en Europa. Cuenta con 116 casas, 849 religiosas, 19 novicias y 24 postulantes.

En la Diócesis de Zamora tienen la presencia más temprana, ya que la congregación fue fundada en 1864 en la ciudad de Toro. Allí tienen su Casa Fundacional y un colegio. Además, están presentes actualmente en Bercianos de Aliste (una comunidad dedicada a la pastoral rural), Alcañices (residencia de ancianos de Cáritas Diocesana) y Zamora capital (tres colegios y una residencia de ancianos).

lunes, 27 de septiembre de 2010

Hallan un relieve y dos esculturas medievales en un sepulcro de la Catedral de Zamora


El lucillo sepulcral de la Catedral de Zamora cuyo interior fue descubierto por una prospección endoscópica el pasado mes de mayo, se abrió el pasado 27 de septiembre, hallando un relieve en piedra dorado y policromado de la Transfiguración del Señor, datado en el primer tercio del siglo XIV, y dos obras exentas también de piedra, un ángel y una ménsula.

Zamora, 27/09/10. Reproducimos a continuación el informe que ha hecho público esta mañana, en una rueda de prensa en la S.I. Catedral de Zamora, el canónigo director del Museo Catedralicio, José Ángel Rivera de las Heras.

INFORME SOBRE LA APERTURA DEL LUCILLO SEPULCRAL DE DON LOPE RODRÍGUEZ DE OLIVARES DE LA S. I. CATEDRAL DE ZAMORA

El día 27 de mayo de 2010 se procedió a la prospección endoscópica de los lucillos sepulcrales cegados desde principios del siglo XVII, situados en las naves septentrional y meridional de la S. I. Catedral de Zamora.

Dada la importancia de los resultados obtenidos mediante la citada prospección, el Cabildo Catedralicio solicitó a la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Zamora, con fecha 15 de julio, la apertura total del lucillo correspondiente al sepulcro del alcaide Don Lope Rodríguez de Olivares (+1402), situado en el muro Sur del primer tramo de la nave meridional.

En la sesión celebrada el día 29 de julio, la Comisión Territorial autorizó dicha apertura, condicionada al compromiso del promotor de que, una vez realizada la intervención, el lucillo quedase restaurado y protegido en las debidas condiciones. La aceptación de dicho compromiso fue comunicada por el Cabildo Catedralicio a la Comisión Territorial el día 19 de agosto.

Así, pues, con los permisos correspondientes, el Cabildo encargó los trabajos de apertura del lucillo a la empresa STRATO, Gabinete de Estudios sobre Patrimonio Histórico y Arqueológico, S.L., con sede en La Cistérniga (Valladolid), que ya había intervenido en el momento de la prospección endoscópica de los lucillos.

El jueves pasado, día 23 de septiembre, con la presencia del arqueólogo Don Miguel Ángel Martín Carbajo, del canónigo director del Museo Catedralicio Don José Ángel Rivera de las Heras, del canónigo fabriquero Don Juan Manuel Hidalgo Manteca, del director de Estudio-Taller Diocesano de Conservación y Restauración Don Bernardo Medina Garduño, y del director del Archivo Histórico Provincial de Zamora, Don Florián Ferrero Ferrero, se procedió a la apertura del lucillo sepulcral del alcaide Don Lope Rodríguez de Olivares.

Hay que advertir que el sepulcro fue labrado en los primeros años del siglo XIV y que Don Lope Rodríguez de Olivares falleció en 1402, por lo que originalmente perteneció a otro personaje, actualmente desconocido, y que posteriormente fue reutilizado para albergar los restos del mencionado alcaide.

Las tareas, que duraron toda la jornada, consistieron en el apeo de cada uno de los sillares que sellaban el nicho, la extracción de todo el material de relleno que ocupaba la zona inferior del lucillo y la eliminación del polvo acumulado en su interior. Según lo previsto, se halló el relieve de la Transfiguración del Señor (1), que ya se conocía en su mitad superior gracias a la prospección endoscópica previa. Sin embargo, las tareas realizadas han permitido conocer la escena representada en su totalidad, así como el descubrimiento de dos obras artísticas exentas en el interior del nicho.

La escena de la Transfiguración del Señor, representada conforme a los relatos evangélicos de Mateo 17, 1-8, Marcos 9, 2-8, Lucas 9, 28-36 y 2 Pedro 1, 16-18, es un relieve escultórico, labrado en piedra, dorado y policromado, que puede datarse en el primer tercio del siglo XIV.

La representación se circunscribe en una mandorla de perfil periforme, dotándola de profundidad. El centro de la composición está ocupado por la figura de Cristo, de pie, rodeado por un haz de rayos dorados, bajo la Dextera Patris o Dextera Dei, representación plástica de la voz de Dios, que habló desde una nube, diciendo: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadle” (cf. Mateo, 17, 5). Va vestido con túnica y manto, bendice con la mano derecha alzada y en su izquierda porta una filacteria, mutilada en la zona inferior, con la inscripción “VISIONEM : QUAM : V[IDISTIS]” (La visión que habéis visto), que alude a las palabras que Jesús dirigió a los apóstoles testigos de hecho: “No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos” (cf. Mateo 17, 9).

A su izquierda aparece la figura de Moisés, representante de la Ley, de pie, vestida con túnica y velada, con la mano izquierda alzada y portando en su derecha una filacteria desplegada con la inscripción “ISTE : AMICUS” (Éste es el amigo), que alude al texto bíblico en que se afirma que “El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo” (cf. Éxodo 33, 11).

A su derecha aparece la figura de Elías, representante de los Profetas, igualmente de pie, vestida con túnica y velada, con la mano derecha alzada y portando en su izquierda una filacteria con el texto “ISTE : VIRGO”. Curiosamente, el término latino “virgo” (virgen) no aparece en las narraciones bíblicas veterotestamentarias que contienen el ciclo del profeta Elías (1 y 2 Libro de los Reyes). Sí aparece, sin embargo, en un texto de Isaías, el otro gran profeta de Israel: “He aquí que la virgen está encinta y da a luz un hijo” (cf. Isaías 7, 14), que posteriormente recogería un texto evangélico (cf. Mateo 1, 23) para demostrar el cumplimiento de la profecía en Cristo. Así pues, a falta de otra explicación convincente, creemos que se trata de un “unicum”, una rareza iconográfica, pues no se conoce otro caso en que se aplique al profeta Elías en la representación de la Transfiguración un texto de otro profeta, concretamente de Isaías. Y no podemos afirmar si es fruto de un equívoco en la aplicación de un texto bíblico a un profeta, si responde a la incorrecta identificación de la figura a quien se asignó dicho texto por parte del pintor-amanuense, o si el que dictó el texto lo hizo conscientemente al no encontrar otro más apropiado para aplicar al profeta Elías.

En el plano inferior de Cristo, Moisés y Elías aparecen los tres apóstoles a quienes el Señor les llevó consigo a la montaña. A la izquierda Santiago el Mayor, barbado, vestido con manto y túnica; reconocible por el sombrero de pico que cae sobre sus espaldas. Arrodillado, tiene la mano izquierda alzada y en su derecha porta una filacteria con la inscripción “S I : Uo : FA”.

En el centro, San Juan Evangelista, imberbe, con la cabellera rubia, vestido con manto y túnica. Como su hermano, aparece arrodillado, tiene la mano izquierda alzada y en la derecha porta la filacteria con el texto “UNUM : D…”.

Finalmente, entre dos árboles, aparece San Pedro, barbado, vestido con manto y túnica. Está tumbado, con la mano derecha en posición vertical, evitando el resplandor que irradia la figura de Cristo, y con la izquierda sostiene una filacteria con una inscripción que resulta ilegible por estar perdida casi en su totalidad.

En el intradós del arco se conservan cuatro pinturas con personajes bíblicos, todos nimbados, que van identificados por sus nombres contenidos en las filacterias que despliegan entre las manos. A la izquierda y de arriba abajo, David (“DAVID :”) e Isaías (“YSAIAS”). A la derecha, Salomón o Samuel (“SA…”) y otro desconocido.

La tapa del sepulcro es totalmente lisa. Su frente está decorado con cuatro escudos ojivales.

En el transcurso de la intervención se descubrió en el interior del nicho, sirviendo de relleno, una escultura pétrea, policromada y dorada, y parcialmente mutilada, que parece representar a un ángel, imberbe y con larga cabellera dorada, vestido con túnica y manto. Se puede datar en los primeros años del siglo XIV, como el grupo escultórico de la Transfiguración, pero se desconoce su ubicación y su función originales. Tras eliminar el polvo superficial que contenía, fue trasladada a la sala de esculturas pétreas del Museo Catedralicio, donde se expone.

Asimismo, se halló lo que parece ser una ménsula pétrea, parcialmente policromada en uno de sus lados, con la representación de un rostro al que, antes de utilizarla como material de relleno, le fueron pintados de blanco ojos, bigote y perilla. Al igual que la pieza anterior, fue trasladada a la sala de esculturas pétreas del Museo Catedralicio, donde se expone.

El Cabildo Catedralicio, cumpliendo el compromiso adquirido con la Comisión Territorial de Patrimonio, tiene previsto encargar en los próximos días la redacción de un proyecto de intervención integral en este destacado monumento funerario, con el fin de ponerlo en valor para la contemplación y el disfrute de todas aquellas personas que visiten nuestra Catedral.

Zamora, 27 de septiembre de 2010

José Ángel Rivera de las Heras. Canónigo Director del Museo Catedralicio

Notas

(1) El tema de la Transfiguración en un contexto funerario medieval, en el ámbito de la comunidad castellano-leonesa, aparece también en el tímpano del sepulcro del rey Ordoño II, labrado a finales del siglo XIII, y situado en la capilla mayor de la Catedral de León. En el caso leonés, la escena resulta más sintética, pues carece del haz de rayos circundando a Cristo, de la Dextera Patris y de los tres apóstoles; sólo contiene las figuras de Cristo, dos acompañantes identificados como Moisés y Elías, y dos ángeles ceroferarios.

domingo, 26 de septiembre de 2010

El obispo inaugura el curso del clero de la Diócesis


El próximo miércoles 29 de septiembre comienza el curso pastoral para los sacerdotes diocesanos de Zamora. Presididos por el obispo, asistirán en el Seminario San Atilano a una conferencia del delegado episcopal de Cáritas Española y tendrán la presentación de los materiales para la Formación Permanente del Clero del curso 2010/11.

Zamora, 27/09/10. La Casa de la Iglesia (Seminario San Atilano) acogerá el próximo miércoles 29 de septiembre la jornada de inicio de la Formación Permanente del Clero zamorano para este curso pastoral 2010-2011.

Dicha jornada vendrá marcada, sobre todo, por la programación que la Diócesis de Zamora tiene para este curso, y que tiene en su centro “El ejercicio de la caridad en la vida de la Iglesia”. Éste será el eje en torno al cual girará la Formación Permanente de los sacerdotes y las personas que colaboran con ellos en la tarea pastoral, y que se desarrolla en forma de reuniones mensuales en cada arciprestazgo.

El acto comenzará a las 11 de la mañana con una oración y el saludo del obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán. A continuación habrá una conferencia del sacerdote turolense Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española, titulada “El ministerio sacerdotal en Cáritas”.

Tras la conferencia, habrá un diálogo con el ponente. Por último, el vicario de pastoral, Fernando Toribio, presentará el objetivo de la programación diocesana para este curso, y los materiales que se usarán en las reuniones de la Formación Permanente.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Compasión


FRANCISCO GARCÍA MARTÍNEZ

Domingo XXVI del tiempo ordinario – Ciclo C

“Tengo cinco hermanos” (Lc 16, 19-31)

Lázaro vivía en el suelo de su portal, cubierto de llagas y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico, pero nadie se lo daba». Jesús cuenta una parábola que empieza como una historia real. Quitemos el como. Bastaría con abrir los ojos, pero estamos tan inmunizados contra los discursos que nos llaman a mirar las realidades que no queremos afrontar, tan vacunados contra las situaciones que nos piden un cambio de corazón y de vida… que preferimos dar un rodeo para no ver, como en aquella otra parábola del samaritano herido. Pero ahí están hombres, mujeres y niños viviendo en el suelo. Sin lo suficiente para tener no solo una vida digna, sino siquiera una vida suficiente. Quizá Jesús acepte que nuestro corazón no quiera ver, pues sabe que está esclavizado por el ensimismamiento, la buena vida y las justificaciones que trae consigo esta sociedad nuestra que nos ofrece tantos beneficios. Sin embargo, lo que no acepta es que no queramos mirar si vamos con él. Nos fuerza con la parábola, es él mismo quien nos dice que si no miramos no estamos a su lado, que si no miramos nos enfrentamos a Dios que sí ve este estado de cosas.

Es inútil la discusión sobre si somos ricos o no, es preferible tomar conciencia de que la sociedad es injusta, de que los bienes y la pobreza, la suerte y la desgracia se reparten sin preguntar habitualmente quien los merece o no. Nosotros nacimos en este lado del mundo ¡con tantas ventajas de antemano!, otros nacieron allí donde no se resiste más que malviviendo.

La pregunta es si vamos a seguir haciéndonos los tontos en medio de tal injusticia, por el simple hecho de que podemos hacerlo o de que si no debiéramos aprender a vivir sobriamente y con generosidad. Pues bien, esto es lo que nos pasa. Cristo parece no tener poder más que para sacar unas migajas de dinero de nuestra cartera y unas migajas de compasión de nuestro interior. Y nos advierte de que estas migajas no fueron suficientes para que el rico participara del amor de Dios. Dios no olvidará a los que son humillados por el poder de la injusticia del mundo. Y hay que decir igualmente que ninguno de los que no quieren cambiar la situación podrá vivir la fraternidad definitiva del cielo. Pero ¿a quién le preocupa el cielo hoy? Jesús nos avisa: cuando el corazón se endurece por la buena vida, la vida verdadera se pierde. Muchos de nosotros entramos en el grupo de los cinco hermanos del rico que seguían viviendo ensimismados. Hoy Cristo resucitado llega a nosotros y nos dice: ¿De verdad que tu corazón es tan duro?, yo lo creé y no lo creo. Conviértete y vive dando vida.

La Opinión-El Correo de Zamora, 26/09/10.

Todavía...


JOSÉ ALBERTO SUTIL LORENZO

El pasado 7 de agosto resultaba sencillamente impresionante la estampa que ofrecía el estadio de San Lázaro, el estadio de los aficionados del «Compos». Más de diez mil jóvenes abarrotábamos las instalaciones deportivas para participar en la vigilia de oración con la que culminaba la PEJ, la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes. Atrás quedaban el sacrificio y el cansancio del camino jacobeo, para abrirnos ahora de lleno a la fiesta de la fe. Una y otra vez, el cardenal Rylko rasgaba el silencio con sus palabras y su acento polaco, que traían a la memoria aquellas otras pronunciadas por su compatriota Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Santiago de Compostela en 1989. Estas palabras se me quedaron grabadas y comentando después con otros me di cuenta de que no fui el único: «nuestros grandes enemigos son la mediocridad, la indiferencia, la superficialidad que no nos hacen tomar en serio la palabra de Dios: "Sed [...] perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial" (Mt 5,48)».

No está de más que al comienzo de un nuevo curso pastoral, con la caridad como hoja de ruta y objetivo diocesano, y ese «hat-trick» de 1) la celebración de la cruz de los jóvenes en noviembre, 2) la acogida de los peregrinos en nuestra diócesis y 3) celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el próximo agosto. No está de más que nosotros que creemos en la Palabra de Dios hecha carne nos fijemos en una palabra muy interesante de nuestra lengua. Porque, en el corazón cristiano, siempre queda espacio para un adverbio, una palabra igual de poderosa que aparentemente inútil: todavía. Con ella somos capaces de conjurar a la niña esperanza para hacernos levantar los ojos a lo alto y esperarlo todo del Dios regalador y sorpresivo, aquel que viene constantemente a nosotros y hace nuevas todas las cosas. ¿No tenemos derecho a ir a por todas? ¿Acaso Dios no nos sueña infinitamente mejor que en nuestros mejores sueños? ¿Por qué no pedirle todo, absolutamente todo lo que necesitamos? Llegado el caso, en su infinita sabiduría, él nos concederá aquello que necesitamos, mucho o poco, pero lo que nunca nos quitará -porque es deseo y sueño suyo- es esa serena alegría de quien sabe que puede volver a ponerse con los brazos en cruz y pronunciar de nuevo y tantas veces como sea necesario esa palabra llena de fe, de amor y de esperanza: Todavía…

Pío XI hizo una vez la siguiente oración: «Demos gracias a Dios por hacernos vivir en tiempos difíciles. Ya no se permite a nadie ser mediocre». Piensa tú, aquí y ahora, en este nuevo curso pastoral: ¿qué voy a hacer? o ¿qué puedo ofrecer? En tu familia, en tu trabajo, en tu comunidad o movimiento o cofradía, en tu parroquia, en tu diócesis, en tu Iglesia. Y no te olvides de que tu acción dependerá de tu oración, y tu hacer de tu ser. Todavía…

La Opinión-El Correo de Zamora, 26/09/10.

El delegado episcopal de Cáritas Española acude a Zamora para hablar sobre la crisis


El próximo martes 28 de septiembre, el delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Altaba, vendrá a Zamora para tener una jornada de formación durante la mañana con los voluntarios y empleados de esta organización en la Diócesis, y dará una conferencia pública sobre la actuación de Cáritas ante la crisis, a las 20 horas en el Colegio Universitario.

Zamora, 25/09/10. Para el curso pastoral 2010/11, la Diócesis de Zamora ha establecido como objetivo prioritario “La caridad en la vida de la Iglesia”. Por ello, como ha destacado estos días en una carta el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora, Antonio Jesús Martín de Lera, “evidentemente esto nos toca y nos implica de lleno, porque se espera que Cáritas sea animadora y motor de muchas de las actividades”.

Por este motivo, los días 28 y 29 de septiembre acudirá a Zamora el delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Altaba, dedicando el primer día a la formación interna de Cáritas y a una conferencia pública, y el segundo a la formación del clero zamorano.

La primera jornada la dedicará, en la mañana, a la formación de los voluntarios y empleados de Cáritas en nuestra Diócesis, con el tema “La animación de la caridad en la comunidad a la luz de Deus Caritas est y Caritas in veritate”. Con esta ponencia, analizará ante el personal de Cáritas las implicaciones prácticas de estas dos encíclicas del papa Benedicto XVI. Será en la Casa de la Iglesia – Seminario San Atilano, de 10,30 a 14 horas.

La tarde del mismo martes 28 Vicente Altaba pronunciará una conferencia pública titulada “Cáritas ante la crisis. Actitudes y valores a potenciar”. Tendrá lugar en el salón de actos del Colegio Universitario a las 20 horas. La entrada será libre hasta completar el aforo.

Datos del ponente

Vicente Altaba Gargallo nació en Mosqueruela (Teruel) en 1944, y fue ordenado sacerdote en 1967. Es licenciado en Teología, y fue misionero en Argentina de 1970 a 1980. A su regreso a España, fue vicario parroquial en Getafe y capellán de un Colegio Mayor en Madrid.

En la Diócesis de Teruel y Albarracín, a la que pertenece, Vicente Altaba ha desempeñado numerosos cargos, como delegado de Pastoral de Juventud o de Apostolado Seglar, profesor de Religión, director del Instituto de Estudios Teológicos y vicario general, además de administrador diocesano en sede vacante.

En 2007 fue nombrado, por la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, como nuevo Delegado Episcopal de Cáritas Española. Es autor de algunos libros y artículos teológicos y pastorales, y de artículos en prensa.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Comunión imposible


AGUSTÍN MONTALVO FERNÁNDEZ

Domingo XXV del tiempo ordinario – Ciclo C

“No podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16, 1-13)

Con frecuencia Jesús utiliza en el evangelio expresiones contundentes y radicales que desconciertan e incluso crean cierto malestar. Son indicadoras del replanteamiento radical de la vida que continuamente ha de hacerse quien de veras acepte el compromiso de seguirlo, en la certeza, siempre oscura, de que es un camino de salvación y de Vida.

No es posible servir a Dios y al dinero por lo mismo que no se puede tener como señores a dos realidades incompatibles. Y no es que Dios sea contrario al dinero en cuanto medio necesario de vida; son incompatibles en cuanto señores que reclaman en exclusiva el corazón y la vida. Dios es el único Señor: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón? y al prójimo como a ti mismo». No debe haber otro.

Los frutos de servir a uno u otro son totalmente diferentes. Quien ama a Dios sobre todo, necesita mostrar en su vida todo aquello que Dios quiere: el servicio, la generosidad, el amor, la justicia, la solidaridad con los necesitados, el perdón? Por el contrario, quien coloca el poseer como el centro de su vida (aunque sus palabras puedan decir otra cosa) evidenciará en su conducta lo que Amós denuncia en la primera lectura de hoy: «exprimís al pobre? aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias». En las causas y en las consecuencias de la crisis económica actual se hace patente una vez más la verdad de la frase de Jesús, también su actualidad. No dejamos de comprobar que «nada hay nuevo bajo el sol». Cambiarán los contenidos formales o las expresiones, pero las actitudes básicas siguen siendo las mismas hoy, hace 2000 años o cuando escribió el profeta Amós en el siglo VIII a.C.

¿Entonces la fe cristiana es enemiga del progreso económico o del crecimiento del nivel de vida? De ningún modo. Sí lo es de que éstos se conviertan en ideología, se absoluticen y se consigan arrasando otros valores mayores, como la justicia, la verdad o la dignidad de las personas.

Muchos pensarán que el cristianismo consiste en una ética. Indudablemente la exige, pero es ante todo tener como único Dios al Padre que quiere el bien para todos los hombres sin exclusión hasta el punto de haber entregado a su Hijo para salvarlos, y saberse acogidos y comprometidos al mismo tiempo en su mismo sistema de valores, tantas veces extraño entre nosotros. Es un don y una tarea.

La Opinión-El Correo de Zamora, 19/09/10.

Fe y ciencia


ÁNGEL CARRETERO MARTÍN

Me pregunto qué mosca le habrá picado últimamente al conocido científico inglés Stephen Hawking para haber querido armar tanto revuelo con su último libro «The Grand Design» (El Gran Diseño). En este ensayo destinado al gran público renuncia a su convencimiento anterior sobre la compatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo. Disculpen si soy mal pensado, pero ya es casual que esta vieja y pretenciosa polémica haya tratado de resucitarla y venderla como rosquillas justo en los días previos a la reciente visita del Papa a Gran Bretaña.

Desde aquí no pretendo desmerecer lo más mínimo su genialidad intuitiva y, sobre todo, su gran capacidad divulgativa. Sólo quiero decir modestamente que, aunque algún día se pudieran demostrar que son ciertas todas sus hipótesis (para las que sí hay que hacer acto de fe, pues todavía no están comprobadas por la comunidad científica), ésas no sustituyen en modo alguno la idea de Dios sino que con ello nos ayuda precisamente a acercarnos más a Él. Alguien con más autoridad que yo, el físico y matemático francés B. Pascal, decía que poca ciencia aleja de Dios y mucha ciencia nos acerca más a Él. De hecho, vaya por dónde que la mayoría de los grandes científicos son creyentes aunque no todos sean católicos. Tal es el caso del científico alemán A. Einstein, uno de los más reconocidos de la época contemporánea, que llegó a hacer afirmaciones de este tipo: «El azar no existe, Dios no juega a los dados»; «El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir»; o aquella otra: «Sólo quiero conocer los pensamientos de Dios, lo demás son minucias».

Por tanto, quede claro que fe y ciencia van de la mano; se necesitan mutuamente. No es del otro día que los textos oficiales de la Iglesia insistan en ello aunque siempre haya quien disfrute condenándola por sus anatematismos pretéritos y por los cuales ya ha pedido perdón hasta la saciedad. Es hora de que los católicos superemos de una vez ese complejo que se pretende alimentar al pensar que los postulados de la ciencia nos alejan de la fe; como si el aumento del conocimiento científico disminuyera el nivel de fe de la persona. Puestos a poner ejemplos no estará de más recordar que fue precisamente un sacerdote católico quien aportó la teoría del Big Bang, la gran explosión en el origen del mundo de la que, por cierto, habla Hawking; pues bien, en aquel momento muchos pensaron que se sustituía la idea de Dios porque ya quedaba todo perfectamente explicado y después el tiempo ha demostrado que nada más lejos de ello.

La Opinión-El Correo de Zamora, 19/09/10.

Cáritas organiza su primer curso de empleo en Benavente


Cáritas Diocesana de Zamora ha organizado, dentro de su Programa de Empleo, un Curso de Ayudante de Cocina dirigido a mujeres con dificultades de inserción laboral o en riesgo de exclusión social. Será el primero que esta institución realice en Benavente, y comenzará el próximo lunes 27 de septiembre.

Benavente, 18/09/10. La organización de la Iglesia católica en Zamora dedicada a la acción social directa, Cáritas Diocesana, ha organizado por primera vez en Benavente un Curso de Ayudante de Cocina, dirigido a un amplio espectro de mujeres que tienen dificultades para la inserción laboral por diversas razones, o que están en riesgo de exclusión social. Tendrá lugar en la sede de Cáritas Interparroquial de Benavente, y su duración está prevista entre los días 27 de septiembre y 30 de noviembre, en horario de 9 a 14 horas.

Entre los objetivos marcados por la organización para este curso, destacan los de conocer y manejar los instrumentos y utensilios básicos de cocina; organizar, planificar y ahorrar en la cocina; preparación y elaboración de alimentos; higiene y prevención de riesgos; trabajo con la autoestima; la creación de un espacio formativo y educativo para conocer las exigencias del mercado de trabajo; la potenciación de las aptitudes que faciliten su incorporación al mercado de trabajo; técnicas de búsqueda de empleo y recursos laborales; y la elaboración de un plan de acción concreto y personalizado de búsqueda activa de empleo.

A través de sesiones teóricas y prácticas, del seguimiento personalizado y de un servicio de información y orientación laboral, las participantes podrán incrementar sus posibilidades de inserción en el mercado de trabajo. El curso está dirigido a mujeres con cargas familiares, sin estudios y escasa experiencia profesional, a las procedentes del paro de larga duración, a las que pertenecen a minorías étnicas, a aquellas cuyas cargas familiares no son compartidas, a las toxicómanas rehabilitadas o en proceso de rehabilitación, las que han desempeñado trabajos sin contrato ni alta en la Seguridad Social, las víctimas de la violencia doméstica y otras en riesgo de exclusión social.

Tal como han dado a conocer los responsables del Programa de Empleo de Cáritas, “en los últimos años han sido muchas las mujeres que han acudido a las dependencias del Programa de Empleo de Cáritas, exponiendo las numerosas dificultades con las que se encuentran a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Y han sido muchas las ofertas de trabajo recibidas del sector de Hostelería”.

Por este motivo, en Cáritas se constató “la necesidad de crear un espacio dedicado exclusivamente a potenciar sus capacidades, aptitudes, actitudes, autoconfianza, aumentar su formación en el sector de hostelería, combinando una serie de sesiones teórico-practicas con el fin de poder acceder con más facilidad al mercado laboral y fomentar la igualdad de oportunidades socio-laborales. Valorando los resultados obtenidos en anteriores acciones formativas, se considera oportuno continuar trabajando en esta línea”.

Según explica la coordinadora del Programa de Empleo de Cáritas Diocesana, Mari Luz Fernández del Campo, “emprendemos este nuevo camino que ponemos a disposición de la población de Benavente con esfuerzo, profesionalidad, y desde luego muchísima ilusión, ampliando desde el programa horizontes e iniciando nuestro trabajo en material laboral en zona rural”.

Este curso formativo está financiado desde la Unión Europea, a través del Fondo Social Europeo, dentro del programa operativo “Lucha contra la discriminación” (años 2008-2013).

Para más información, las interesadas pueden dirigirse a Cáritas Interparroquial de Benavente, situado en la Avda. Federico Silva, 34-Bajo (tel. 980 635 150), o escribir al Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Zamora (empleo@caritaszamora.org).

viernes, 17 de septiembre de 2010

La eucaristía, momento de superación del mal y el sufrimiento


El teólogo toresano Francisco García clausura las Jornadas de Teología con una profunda reflexión sobre la visión cristiana del mal

Zamora, 16/09/10. Las XLIII Jornadas de Teología organizadas por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) en colaboración con el Centro Teológico “San Ildefonso” de la Diócesis de Zamora, terminaron con la ponencia de su coordinador, el sacerdote toresano Francisco García Martínez, titulada “El escollo del mal y la apertura de la cruz en el camino hacia Dios”.

Francisco García (Toro 1967) es sacerdote diocesano de Zamora y director de su Centro Teológico “San Ildefonso”. Doctor en Teología dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma, actualmente es profesor de Cristología en la UPSA, donde también ha impartido las materias de Teología pastoral. Es autor de dos libros y varios artículos especializados. Además, ha elaborado muchos textos para la formación y la oración que pueden encontrarse en su página web Entretiempo de fe (www.entretiempodefe.es).

El mal y el sufrimiento, patrimonio de la humanidad

El ponente comenzó afirmando que “es difícil hablar del mal sin conocerlo y de la cruz sin estar crucificado”. El tema del mal, el sufrimiento y el dolor pertenece a la vida del hombre. Aunque siempre está aquí, produce miedo, y por eso es minimizado cuando no es nuestro propio mal, y cuando lo es, nos parece que es incomprendido por los demás. “Es fácil banalizar sobre él, hablando en esta parte del mundo. El que sufre, sufre. El mal y el sufrimiento es el mayor patrimonio común de la humanidad. Hay que escuchar al que sufre, para que éste ralentice las palabras, hay que sentarse en el suelo, junto a él, y callarse, como hicieron los amigos de Job. Aún así, no estaremos libres de caer en discursos inoportunos”. Los amigos de Job se callaron siete días y siete noches, es decir, durante todos los días de la historia. “Por eso, mi tesis es que sólo se puede hablar del mal desde el octavo día de la Historia”, afirmó García.

El centro del discurso está en el doliente, que precisamente es el que nos deja sin palabras, si somos honrados. ¿Y para qué hablamos? “La fe no habla para explicar el mal, sino que empieza donde falla todo discurso técnico, donde no hay más que decir. Ahí sólo una palabra distinta del mundo puede decir algo. El hombre no define el mal, sino que tiene que definirse a sí mismo con el mal encima, o dentro de él. Tanto el mal como Dios abarcan al hombre, no pueden ser abarcados por él, y por eso hablamos en términos de misterio”.

La propuesta teológica será siempre más una mistagogía, un camino, que una teodicea: aprender qué soy yo delante de Dios. “Los cristianos rezan más que explican, celebran más que justifican. Aunque tenemos tendencias a crear teodiceas de tipo académico o de consejo pastoral, en lugar de encomendar estas situaciones a Dios”, reconoció el ponente.

Explicaciones del mal

La respuesta cristiana al mal es la cruz. De hecho, como recordó Francisco García, “el primer gesto que hace la Iglesia con nosotros es signarnos con una cruz en la frente: nos definen como seres en trance de crucifixión, los que vamos a ser crucificados. Se nos invita a vivir eso que vamos a vivir en una determinada forma, que es la cruz de Cristo. La reflexión cristiana conduce al creyente a no apartarse en su acción del grito que le va a definir, el grito en la tiniebla de la cruz (dando un fuerte grito, expiró). La praxis de Jesús es afrontar la limitación radical del hombre tal como se da en la historia”.

El profesor definió el mal como todo aquello que, remitiéndonos a nuestra finitud existencial, se nos pone una y otra vez delante. “No sólo es algo que nos viene de fuera, sino que se activa en nosotros como pecado, como nuestra destrucción desde nosotros mismos”. Y por eso hay diversas reacciones ante el sufrimiento. “El mal en algunos es una experiencia de distanciamiento de Dios, el abandono de la praxis religiosa, porque el sujeto no sabe cómo integrar a Dios en vista de su aparente indiferencia o sadismo ante el mal en el mundo. Por eso se retira. En esta tipología el hombre no niega a Dios, sino que renuncia a él. Se expresa en cinismo, blasfemia, acusación a los creyentes… esperando que Dios se manifieste de forma diversa”.

La segunda forma de reacción ante el mal es la falsación de la fe. “Algunos que no pueden o no saben creer, se reafirman en esta posibilidad aprovechando la existencia del mal. Desde ahí se habla de la fe como una proyección defensiva ante la realidad trágica del mundo”. Hay otra reacción que se da dentro de la fe, convirtiéndola en ideología: “se dice que Dios provoca ese mal, por lo que en definitiva es un bien, aunque nosotros no lo entendemos. Esto es una ideología, y nos hace separarnos de Dios creyendo que nos mantenemos en relación con él”.

Pero el mal también es un acontecimiento de acercamiento a Dios. “Podemos ver cómo creyentes golpeados por el mal aceptan la presencia de Dios no como quien les ha enviado el mal, sino como quien es la roca firme en la que agarrarse, como el único Salvador. Aparece Dios como una presencia firme, buena, creadora de vida… que terminará respondiendo”. En otras ocasiones la fe aparece introduciendo en la relación entre Dios y el hombre la lamentación, como lo comprobamos en muchos textos del Antiguo Testamento, y también en los escritos de muchos supervivientes del Holocausto. La fe no es sólo cuestión de elección, sino que pertenece también a la libertad de Dios.

La eucaristía, palabra de la fe sobre el mal

Después de esta tipología, Francisco García abordó el discurso cristiano de la cruz en relación con el mal. “Dios siempre se ha revelado en el acontecimiento del sufrimiento, y así aparece en los dos principales acontecimientos reveladores en la historia: la Pascua judía y la cruz de Cristo. Para hablar de Dios, hay que hablar inevitablemente del mal. Pero siempre hay un instinto de silenciar este mal, y por eso es casi invisible en la vida. O lo silenciamos interiormente porque nos asusta, o lo causamos, o no nos queremos hacer cargo de los que lo sufren. Y llegamos al colmo de justificar estos males y sufrimientos”.

Frente a este silenciamiento, “la fe cristiana alza la cruz de Cristo: un hombre justo torturado por los poderes políticos y religiosos. No se puede mirar para otro lado. En la cruz de Cristo, el sufrimiento silencioso de los dolientes toma la palabra y no se puede acallar. Enfrenta al hombre con la responsabilidad humana. Aparece como espacio privilegiado en el discurso sobre Dios y sobre el mal, porque habla desde el sufrimiento”.

Para el ponente, “la palabra radical del cristianismo sobre el mal es la eucaristía”. Y explicó esto desde una determinada concepción del lenguaje humano. En su inicio, la vida humana aparece marcada por una experiencia preconsciente que sitúa al hombre en una protección natural, el seno materno. “Por eso el hombre se siente arrojado al mundo, después de su etapa prenatal, que ha sido vivir el Paraíso sin saberlo, la comunión real. En cuanto nacemos, la realidad es distinta de nosotros, ya no estamos unidos del todo al otro. Este nacimiento de la individualidad se vive como un desgarro. El niño se descubrirá a sí mismo en la limitación, en la falta. La primera palabra humana es un grito inarticulado, un llanto que quiere decir algo, la entrada en la muerte de forma inconsciente, como lamentación y súplica”. Y García añadió: “¿No es ésta también la última palabra del hombre?”.

Por eso, “lamento y súplica se convierten en un movimiento de apropiación del mundo. Llegamos a ser un yo libre, pero necesitamos alcanzar la comunión perfecta con lo distinto, con lo que nos falta. Esto hiere nuestra vida, y prefiguramos esa comunión deseada por medio de la entrega y la confianza, o por medio del dominio. La vida termina siendo un aprender a morir, reconociendo y aceptando nuestra herida mortal. La vida se convierte en una angustia de soledad”.

La vida será acción de gracias cuando vivamos momentos de prefiguración de la comunión, y volverá al lamento y a la súplica en los momentos de fractura. “El grito inarticulado del hombre en la historia aparece también como el grito del que es expulsado de la vida. Está llamado este grito a hacerse palabra de fe, articulando las palabras de queja y de lamento, porque este mundo no es el que deseamos e imaginamos. Todo el lenguaje tiene su fundamento en la búsqueda que tiene el hombre de una plenitud de comunión”.

Es en este contexto donde se entiende la fe: “la fe comienza en esa desesperación. Hay una apertura frustrada del lenguaje, porque nunca alcanzamos a decir lo que queremos decir. Y alcanza su cima en el agradecimiento y la alabanza, que son las formas expresivas de que hemos encontrado la comunión con lo real. Pero nunca permanecen libres de la limitación impuesta por la muerte, por el lastre del tiempo”.

La acción de gracias, culminación del lenguaje humano, sólo aparece como un pequeño paréntesis en la vida, y parece un sueño, no real. ¿Hay algún espacio donde esta acción de gracias se haga con toda la realidad? El hombre retoma el lamento a través del lenguaje apocalíptico, imagina el mundo a través de un lenguaje de comunión, transformando la súplica y el lamento en una denuncia sobre el mundo: habrá un día en el que el mundo será lo que tiene que ser, será juzgado. Es una meta-palabra, la realidad última que nos permite imaginar que si pudiera ser este Dios, cabría la acción de gracias.

“Dios se confirma como verdadero cuando nos hace pronunciar una acción de gracias ante él. Pero Dios está más allá de la historia humana, más allá de sus siete días. Juan afirma que el Hijo es la Palabra, pero ¿qué palabra? En la cruz vemos que Jesús recapitula, se hace cabeza de todas las palabras de lamento y súplica, en un grito inarticulado en búsqueda de sentido frente a la muerte y el asesinato, la falta de comunión. Cristo muere con un fuerte grito, sin palabras. Afronta el trayecto último de toda vida humana, expulsado por los demás”.

Toda súplica y lamento es ante Dios, porque nadie puede responderlos del todo. Cristo es Palabra porque todos pueden unirse a este grito inarticulado de Jesús. “El grito de Jesús en la cruz es la palabra recapituladora de toda la humanidad, que no puede expresar la falta de comunión”.

“¿Qué es lo nuevo que aporta Jesús?”, preguntó Francisco García. Antes de la cruz, Jesús les ha hablado a los discípulos, comiendo con ellos, de un más allá, del Reino de Dios. Es la palabra profética. Para superar el mal y la muerte, la última cena debe contenerlos. “Por eso anticipa su muerte en los signos del pan y el vino, con los que identifica su Cuerpo y su Sangre. Se hace presente su muerte no en el contexto de la lamentación, lo habitual, lo normal en los humanos, sino en el contexto de la bendición y de la acción de gracias a Dios. Ésta es la novedad que cambia el sentido de la historia. El lenguaje del lamento se sustituye, en una muerte, por el lenguaje de acción de gracias a Dios”. Una entrega en acción de gracias.

Porque Cristo descubre que por debajo de la realidad existe un eterno manadero de vida y de plenitud que nunca rompe la distancia. “En la cruz, la acción de Jesús queda suspendida. Es un espacio de interrogación sobre Jesús y sobre toda la vida humana. Dios queda como presencia desnuda, manifestándose como vacío aquí y ahora”. Este lugar es adonde lleva Jesús a los suyos para hacerlos renacer. Es este momento para el que les ha preparado con la cena. En ella se ofrece a sí mismo como espacio donde vivir la vida y la muerte. “Cristo obliga a los discípulos para participar de su muerte para poder llegar a la acción de gracias total”.

En esta mesa “Cristo reta al tiempo y a la muerte. Esta nueva humanidad se convertirá en lugar salvífico. Cristo se hace eucaristía. Cristo, que ha dado gracias, se convierte ya para toda muerte en eucaristía, en el lugar donde encontramos la verdad de la vida. Fuera de esto no hay nada que no sean los siete días de la historia y, por tanto, la limitación absoluta. Estamos obligados a luchar contra el mal, pero nunca lo vamos a vencer en la historia. La superación del mal no puede ser intrahistórica”.

El cristiano envuelve todo mal y todo sufrimiento en la acción eucarística. La fe piensa el mal y el sufrimiento en lucha de razones, de voluntades, pero sobre todo en lucha de fe. Una lucha entre la oscuridad fáctica del mundo y la tenue luminosidad de la cruz de Cristo. Este acontecimiento de Cristo como eucaristía tiene lugar en la celebración de la eucaristía.

La liturgia, lugar de resurrección

Francisco García continuó diciendo que “la liturgia, tal y como la comprende la fe cristiana (aunque la vivamos de forma vulgar, instrumentalizada, degradada, retirada de los ámbitos orantes…), tal y como la quiere vivir la Iglesia, es la actualización del misterio pascual, la actualización de este tránsito del lamento y la muerte de Cristo a la acción de gracias y resurrección”.

Es un acontecimiento dialogal entre Jesús y el Padre: mutuo ofrecimiento de Cristo y total receptividad de la vida dada por el Padre. “En la liturgia eucarística se actualiza la entrega total de Cristo que se da en la muerte y la receptividad radical que se da en la resurrección. Y este acontecimiento está abierto a la participación de los fieles, en el movimiento del Hijo al Padre. Se ponen sobre el altar, donde estará la corporalidad de Cristo, todos los sufrimientos y anhelos de los hombres. El cristiano se va a saber allí en trance de resurrección, se va a saber habitado por la vida en resurrección”.

En la liturgia sacramental habita el sheol, la muerte de la carne humana; “el Hijo ya no es sin la carne de la historia, y el memorial de su muerte incluye nuestra muerte, con la que se unió en la encarnación, y con la que se sigue uniendo en el misterio eucarístico. Pero esta muerte está atravesada por una nueva vida. Por eso celebramos una muerte resucitada, y nosotros estamos en trance de resurrección”.

Es celebración de resurrección en el mismo momento de la muerte de Cristo, que es descenso y ascenso. Cristo aparece en los iconos orientales de la Anástasis, cogiéndoles la mano a Adán y Eva. “La eucaristía es la resurrección de Cristo en expansión. El pan y el vino tienen la plenitud de vida, ya no hay espacio para la muerte. Y ya no hay espacio para la muerte en el que toma el pan y el vino. El mal y el sufrimiento aparecen en el corazón del misterio pascual, no desaparecen, sino que son lugar de la creatividad originaria y nunca parada de Dios. Nada puede arrancar al mundo del fluir del amor eterno entre el Padre y el Hijo”.

El mal activo está derrotado por una sobreabundancia de gracia en la eucaristía. “No hay explicación para el mal: el mal se llora en la eucaristía. Pero existe una confesión que permite habitar el mundo en acción de gracias”. Nuestros funerales por eso están rodeados de la acción de gracias de la eucaristía. El cristiano ha sido sepultado con Cristo para resucitar con él. Pero ¿qué se ve? Como en los relatos pascuales, “un fluir de dudas y confesiones, llantos y cantos, alrededor de la acción de gracias de Cristo. En un claroscuro, entre el final del séptimo día y el inicio del octavo día de la nueva creación. No se ve, pero no se está en la oscuridad absoluta. Reconocen a Cristo vivo en la fracción del pan. La eucaristía no explica el mal ni justifica a Dios, sino que convierte nuestra mirada en nueva, para reconocer la compañía de Cristo, que se responde con alabanza y acción de gracias”.

“La eucaristía es el lugar de constitución de lo humano, porque ante el don de Dios aparece el tránsito del lamento y la súplica a la acción de gracias y la alabanza. Dios es quien constituye al hombre”. En este espacio todos los esfuerzos que pide Dios en el compromiso contra el mal, no se agotan, para escuchar la última palabra de la historia.

“La eucaristía es el centro de toda la historia humana, y el universo quebrado de nuestra vida cobra nuevos contornos en nuestra relación con Cristo. No hay otro camino para vivir el sufrimiento que el de injertarlo en el misterio pascual que celebramos en la liturgia. Es en esta actualización del amor crucificado donde el hombre se realiza”. Francisco García recordó como en la epíclesis se solicita el Espíritu Santo para que podamos injertarnos en este misterio. No sólo se puede afrontar el dolor propio, sino también el de los hermanos.

“Todo amor, servicio y compromiso terminará necesariamente crucificado, por la finitud y el pecado”. Siempre habrá que ir hacia Jerusalén. “Vayamos y muramos con él”, dice el apóstol Tomás, como si lo hubiera comprendido. “La cruz aparece como una realidad incómoda, asusta y repele, porque es crucificante. Sólo así aparece como espacio de salvación. La eucaristía por eso no puede dar nada a quien busca en ella el valor sustitutivo de su propia cruz. Es un ámbito mortal, pero de esperanza radical, porque se oye la acción de gracias del Cuerpo resucitado de Cristo”.

“Hay que luchar con todas nuestras fuerzas contra el mal y el sufrimiento, pero con Cristo, que nos invita a cargar con la cruz en fe y amor. El caos, el mal y el sufrimiento tendrán la última palabra en la historia; es Satán el príncipe de este mundo. Todos moriremos incompletos, heridos y vencidos. Pero esto está recogido por Cristo, y transformado para nosotros en acción de gracias. Por eso podemos estar envueltos en esta alabanza. La lucha contra el mal es la lucha interior del amor contra el odio, la lucha de la fe contra las dudas suscitadas por el poder inmenso del mal en el mundo. Si vencemos –y esto ha prometido Cristo a los suyos– nosotros mismos seremos un himno de alabanza a Dios. Precisamente lo que buscábamos: dar gracias. Las heridas del mal serán sólo cicatrices de salvación”.

Francisco García terminó su ponencia, la que clausuró las Jornadas de Teología, diciendo que quizás ahora, desde ahí, se pueden interpretar y entender las palabras de Santa Teresa de Jesús en uno de sus poemas: “En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo”.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Un Dios presente en el pensamiento, en el mundo del trabajo y en el arte


Tres expertos presentan en Zamora la dimensión creyente de la filósofa Edith Stein, la activista Dorothy Day y la pintora Teresa Peña

Zamora, 16/09/10. En la recta final de las XLIII Jornadas de Teología organizadas por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) en colaboración con el Centro Teológico “San Ildefonso” de la Diócesis de Zamora, ha tenido lugar la segunda mesa redonda de presentación de diversas figuras contemporáneas y su acceso a Dios a través de diversas actividades humanas. En este caso, el pensamiento, el trabajo y la creación artística.

Edith Stein: una mujer de pensamiento valiente

Jesús García Rojo, sacerdote carmelita descalzo, doctor en Teología y profesor del área de Antropología Teológica en la UPSA, expuso la figura de Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz), como ejemplo de acceso a Dios a través del pensamiento. Comenzó diciendo que el pensamiento es lo que caracteriza y lo que dignifica al ser humano. La persona que piensa merece ser tomada en serio, y Edith Stein fue una de las personas que pensó, con un pensamiento que dio fruto.

“Su vida fue una apasionante aventura donde el pensamiento va a jugar un papel fundamental. Es una mujer que piensa, y cuyas decisiones han sido siempre muy pensadas. Nunca fueron tomadas a la ligera, y las llevó a cabo aunque tuviera que ir contracorriente”. Da muestras de una gran reciedumbre, y ante las incomprensiones familiares y las dificultades políticas de la Alemania de aquella época, responde sin desistir.

García Rojo destacó la coherencia entre el pensamiento y su vida. “Forman un todo inseparable. Piensa lo que hace y está dispuesta a cargar con las consecuencias de su decisión. En ella, pensamiento y vida están entrelazados”. Y por eso el ponente señaló seis hitos principales de su trayectoria. El primer hito lo situó en Göttingen, cuando se plantea la pregunta por la verdad en su entrada en la Universidad para estudiar Filosofía. Allí Stein conoció a Max Scheler, “un encuentro que la impactó, que le puso en contacto con un mundo hasta entonces desconocido para ella, y que incluía el hecho religioso. Allí aprendió a respetar el mundo de la fe, aunque no había descubierto aún ese camino para ella”.

El segundo hito: Frankfurt, un recuerdo inolvidable. En su catedral, sucedió algo muy significativo para ella, cuando le impresionó una mujer que entró para orar, y que no pudo olvidar nunca. Después defendió su tesis doctoral en Friburgo, bajo la dirección de Husserl. Parece que fue entonces cuando comenzó a pensar más en torno a la fe.

Tercer hito: cuando la familia del filósofo Adolf Reinach la invita a abrazar el cristianismo. “Ella fue sintiendo un interés creciente hacia lo religioso, y tras una larga reflexión decidió dar el paso de su conversión”. Entró en la política para defender el sufragio femenino, y la dejó poco después. Su salud no iba bien debido al combate interior que estaba librando. Sintió la necesidad de abandonar su casa para tomar la decisión más importante de su vida, que es el cuarto hito de esta trayectoria: el ingreso en 1922 en la Iglesia católica, después de haber leído la vida de Santa Teresa de Jesús.

Desde entonces, su actividad se amplió más allá de lo meramente intelectual, “convencida de que la religión no es algo para vivir en un rincón tranquilo, sino que ha de determinar la vida entera del creyente”. Y descubrió que es posible concebir la ciencia como un tipo de culto divino. Leyendo al Pseudo Dionisio, percibió la experiencia mística como cumbre de la experiencia de Dios, más allá de la teología afirmativa y de la teología negativa.

El último hito de su vida fue el encuentro con San Juan de la Cruz. “En él descubrió lo que nadie le había dicho: una visión clara del proceso espiritual. Encontró la respuesta a su búsqueda existencial, una verdad real y operante que va acercando al hombre al Crucificado. La cruz no es una teoría, sino un misterio que hay que vivir, y que ella vive asociándose a los sufrimientos del pueblo judío bajo la persecución nazi”. Su familia fue perseguida, y ella misma tuvo que abandonar el Carmelo de Colonia. “Una ciencia de la cruz sólo se puede adquirir si se llega a experimentar de fondo la cruz”, escribió Edith Stein.

Como conclusión, el profesor García Rojo señaló a la santa alemana como “un ejemplo de enfrentamiento al pensamiento único. Ella nos enseña a pensar, a reflexionar, para que no se estrechen las posibilidades del ser humano”. Además, “Edith Stein fue una mujer de horizontes abiertos, no se encerró en nada, y su talante abierto le brindó la posibilidad de conocer otros autores y realidades, desde el diálogo y no desde la confrontación”. De hecho, el mismo Juan Pablo II no dudó en citarla en la encíclica Fides et ratio.

Dorothy Day: la soledad en busca del amor verdadero

María Teresa Compte, profesora en la UPSA en su campus madrileño y coordinadora allí del Máster de Doctrina Social de la Iglesia, presentó la figura de Dorothy Day. Nacida en Nueva York y en proceso de beatificación. En resumen, “fue activista social, fundadora de un periódico y de una comunidad de vida, y concluyó su trayectoria con el encuentro con el Amor verdadero. Jamás vivió sola, siempre estuvo en compañía”. Fue periodista, y por eso al escribir sobre la razón de su fe no perdió tiempo.

Para Compte, Day “fue una mujer orgullosa de ser mujer. Y una mujer de síntesis, capaz de integrar lo natural y lo sobrenatural, equilibrada en todas sus áreas personales”. Cuando se casó, experimentó una felicidad natural, una paz en pugna consigo misma, con un ansia mayor de felicidad. Entonces comenzó a rezar más.

“Fue una mujer católica, que amó profundamente a la Iglesia porque conoció a Cristo. Porque la Iglesia le hacía visible a Jesucristo, a través de los sacramentos, la comunión de los santos, el rezo del rosario, la confesión, etc. Su pertenencia a la Iglesia católica fue un proceso de conversión, creciendo como creyente encarnada en la realidad”. Anhelaba salir de sí en busca del amor. Amó al mundo, a su familia, a sus amigos, a los hombres y a Dios. Anheló el amor humano, y deseó fervientemente despertar al lado de un hombre.

La ponente también subrayó que “fue una mujer de familia, con esposo e hija. Se sentía, sobre todo, madre. Pagó el precio de abandonar a su marido porque se hizo católica, y por eso sufrió. Anheló y buscó la plenitud. Quería encontrar a Dios. Amó la tradición porque amó la familia como comunidad de relación. Y comprendió que hacerse católica supondría dejar a su marido, viviéndolo como una desgracia”.

Fue una mujer necesitada de instrucción, sobre todo católica, y aceptó con humildad su formación. Sus encuentros con creyentes le enseñaron a descubrir que sus apetencias lo eran del Dios verdadero. No creía que lo sagrado de la vida pudiera sostenerse sin una vida de fe. Fue una mujer empeñada en la trascendencia, y entendió la socialidad del amor. Padeció el sufrimiento, pero esperó la alegría.

Su conversión al amor la llevó a amar al prójimo. Gracias a Peter Maurin, “formó parte de una comunidad al servicio de los trabajadores y de los pobres”. Vivió una teología del trabajo, encarnada en las obras de misericordia. Vivir en comunidad es la respuesta a la larga soledad, decía. Una de sus últimas afirmaciones: “todos hemos conocido la larga soledad, todos hemos aprendido que la única solución es el amor, y que el amor sólo llega en la comunidad”.

Teresa Peña: la mística sobre el lienzo

El último en intervenir fue Edorta Kortadi, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Deusto en San Sebastián, y crítico de arte en diversos medios de comunicación vascos. Entre sus trabajos, ha sido comisario de varias exposiciones. Expuso la figura de la pintora contemporánea Teresa Peña.

“¿Toda experiencia artística no es ya de por sí una experiencia religiosa?”, se preguntó al inicio de su intervención. Teresa Peña fue una mujer religiosa, y explicitó los contenidos religiosos en su obra. “¿Por qué unos artistas ven claro el tema espiritual y otros lo ven oscuro? Es el eterno enigma de por qué a algunos creadores les cuesta plantearse la cuestión religiosa”, según el ponente.

Kortadi conoció a la pintora en los últimos años de su vida, y expuso ante el auditorio zamorano los datos principales de su biografía. “Buscó la experiencia mística y estética unidas. Fue una exquisita sensibilidad adiestrada mediante el trabajo pertinaz, en la búsqueda de los demás y de la trascendencia. Quería expresar sus más profundos sentimientos. Hablaba de cinemática, es decir, imágenes en movimiento. Tenía claro que toda actividad artística debe estar entroncada con las cuestiones del espíritu”.

Sus repertorios de pintura parten del humanismo cristiano. “Me interesa dar existencia a los seres que pinto”, decía Peña. Le interesaba pictóricamente el ser humano, y en torno a él giraba toda su plástica. “El hombre como centro del mundo puesto a sus pies. Un hombre que es producto de dos cosas: materia y espíritu. Sobre el vacío del negro, trata de iluminar con luz las figuras que emergen, con una luz hecha de amor trascendente, una luz esperanzadora que disipa las tinieblas, que es la luz de Dios. Sus cuadros son una lucha entre el blanco y el negro, aunque algunos no sean estrictamente religiosos, pero siempre tienen un trasfondo simbólico. Siempre deja una puerta abierta a la interpretación del contemplador”. Aparecen también los pobres y los obreros, como seres anónimos.