jueves, 29 de diciembre de 2011

El Seminario organiza unos talleres de Navidad para niños


El Seminario San Atilano de Zamora convoca a los niños y niñas de 3º a 6º de Primaria para unos talleres navideños del 2 al 4 de enero, y también abre sus puertas para mostrar una exposición de belenes realizados por los escolares zamoranos.

Zamora, 29/12/11. El Seminario Menor San Atilano ha organizado unos talleres navideños que se celebrarán en las mañanas del 2 al 4 de enero, y que están abiertos para niños y niñas que cursen entre 3º y 6º de Primaria. Este centro diocesano de formación abrirá sus puertas de 10 a 14 horas para una actividad que pone a disposición de los zamoranos de forma gratuita.

Los niños que se inscriban para estos talleres en la portería del Seminario podrán participar en diversas actividades lúdicas y educativas relacionadas con la celebración de la Navidad. Entre otras cosas, habrá manualidades, prácticas de teatro, dinámicas de conocimiento y juegos, visitas a belenes y otras muchas más.

Además, durante los días laborables y en horario comercial, estará abierta al público la muestra de misterios y nacimientos que el Seminario San Atilano ha reunido, de los estilos más variopintos, y que proceden de diversos centros educativos de la Diócesis que han participado en un concurso escolar. El claustro del Seminario podrá visitarse para contemplar belenes realizados con distintos materiales.

martes, 27 de diciembre de 2011

Cáritas Diocesana presenta su Campaña de Navidad


Zamora, 27/12/11. “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”. Éste es el lema bajo el que se ha presentado la nueva campaña de Navidad de Cáritas Diocesana de Zamora. El delegado episcopal, Antonio Jesús Martín, ha explicado esta mañana en rueda de prensa que la pérdida de valores ha sido otro de los problemas que ha puesto de relieve la crisis económica. Ahora con la nueva campaña de Cáritas se pretende alcanzar una nueva sociedad “más humana y más justa”.

El delegado episcopal de Cáritas ha invitado a la sociedad a vivir estos días “con sencillez” porque en la humildad “se hace presente el Señor”. Además, a través de la sencillez en nuestros hábitos “daremos pasos para marcar la salida de la crisis y seremos capaces de compartir con los demás para que ellos puedan, sencillamente, vivir”. La colecta especial de Navidad se celebrará en todas las parroquias de la Diócesis el próximo 8 de enero, domingo con el que se finaliza el tiempo de Navidad.

La directora de Cáritas Diocesana, Mercedes Morán, ha aprovechado la presentación de la campaña de Navidad para esgrimir algunas preocupaciones: “con la actual situación es triste y amargo observar como familias que habían salido adelante de situaciones complicadas, vuelven otra vez a caer”.  Antonio Martín ha subrayado que la demanda de ayuda a Cáritas se ha incrementado en 2011 una media del 15% en todos sus programas, en comparación con 2010. Unos datos relativos a la capital, ya que en Toro y Benavente las cifras apenas han variado con respecto al año anterior. Bien es cierto que el programa de empleo de Cáritas es el que ha sufrido un mayor aumento con un 25%.

El perfil del demandante también se ha diversificado en este último año: si antes las personas que acudían en busca de ayuda pertenecían a colectivos en riesgo de exclusión, actualmente solicitan estos servicios parejas jóvenes, autónomos, mujeres con hijos a su cargo, inmigrantes y divorciados.

Cáritas Diocesana hizo especial hincapié en 2011 en los programas de acogida, inmigración, empleo y reclusos. Éste último suele ser uno de los apartados más olvidados por la sociedad. Antonio Martín ha afirmado que en este año que termina también se ha elevado notablemente la solicitud de productos de primera necesidad: “no hay más que ver que hace tres años era raro que en las parroquias se hicieran colectas de comida, y ahora en los medios de comunicación podéis ver que se vuelve a eso”. Una circunstancia que pone de relieve las necesidades más urgentes que padecen algunos zamoranos.

A pesar de los recortes presupuestarios que han sufrido las subvenciones recibidas por Cáritas de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de Zamora en el apartado de drogodependencias, el delegado episcopal ha apuntado que “gracias a Dios vamos teniendo recursos que nos permiten socorrer y ayudar, y ha habido un incremento en donativos particulares”. Ante este panorama, Antonio Martín y Mercedes Morán han finalizado diciendo que no se puede perder la esperanza ni perder la ilusión “de que las cosas sean de otra manera”.

Para más información:

lunes, 26 de diciembre de 2011

Fallece Francisco Fernández Matellán, párroco emérito de Morales del Vino


Hoy ha muerto en Zamora a los 85 años el sacerdote Francisco Fernández Matellán, que fue párroco de Morales del Vino durante 44 años. El funeral se celebrará mañana a las 11 horas en la parroquia de Coreses.

Zamora, 26/12/11. Esta mañana ha fallecido en Zamora el sacerdote diocesano Francisco Fernández Matellán, a los 85 años de edad y 51 de ministerio. Desde 2002, año en el que se jubiló, era párroco emérito de Morales del Vino y residía en la capital, donde colaboraba en la parroquia de Cristo Rey.

Francisco Fernández Matellán nació en Coreses en 1926 y fue ordenado presbítero en 1950. Su primer destino fue Aliste, donde desempeñó los cargos de ecónomo de San Vicente de la Cabeza y encargado de Villarino de Cebal, hasta que en 1952 fue trasladado a Pedrosa del Rey –entonces perteneciente a la Diócesis de Zamora, y ahora a Valladolid–, y en 1955 se incorporó a Argujillo y El Maderal, como ecónomo y encargado respectivamente.

Por el Concurso General de 1956 accedió a Morales del Vino como párroco, ministerio que desempeñó desde 1957 hasta su jubilación. Fue arcipreste de El Vino entre 1980 y 1999, y cura encargado de Peleas de abajo entre 1984 y 1987.

La Misa de funeral se celebrará mañana, martes 27, en la iglesia parroquial de Coreses, su pueblo natal, a las 11 horas.

Descanse en paz. Descanse en Dios.

Fiesta de la Sagrada Familia: homenaje a los matrimonios


El próximo 30 de diciembre la Diócesis de Zamora celebra la fiesta de la Sagrada Familia, con unas vísperas en la iglesia de Santiago del Burgo a las 20 horas. En este encuentro de oración se homenajeará a los matrimonios que cumplen sus bodas de oro y plata.

Zamora, 25/12/11. El próximo 30 de diciembre la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Aunque habitualmente esta festividad litúrgica tiene lugar en el domingo siguiente al día de Navidad, pero al no haber este año ningún domingo entre l 25 de diciembre y el 1 de enero, la celebración se traslada al viernes 30.

La celebración diocesana en Zamora tendrá lugar el viernes 30 a las 20 horas en la iglesia de Santiago del Burgo, donde se llevará a cabo el rezo de Vísperas solemnes, al que se unirán algunos testimonios familiares. Como en años anteriores, en este acto litúrgico se homenajeará a los matrimonios de la Diócesis que hayan cumplido en este año 2011 sus bodas de oro o de plata.

Los matrimonios que quieran participar en este reconocimiento deben inscribirse en el siguiente número de teléfono que proporciona la Delegación Diocesana para la Familia y Defensa de la Vida: 980 523 449.

La Iglesia en España celebra este día con el lema “Familia cristiana, arraigada en Cristo”, que resulta ser un eco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada el pasado mes de agosto en Madrid. Por eso, el delegado diocesano para la Familia y Defensa de la Vida de Zamora, Florencio Gago, invita a que “en este día participen de una manera significativa los jóvenes que colaboraron y participaron en la JMJ”.

Encuentro europeo en Madrid

Por otro lado, la Diócesis de Zamora también ofrece la posibilidad de participar en el Encuentro Europeo de Familias que tendrá lugar en la capital de España, organizado por la Archidiócesis de Madrid (en la Plaza de Colón en la tarde del viernes 30). Saldrá un autobús desde Zamora, y quienes deseen participar tienen que inscribirse en la agencia de viajes Zavitur (Candelaria Ruiz del Árbol, 22).

Para más información: 

La fe


Mª BELÉN SÁNCHEZ DE ANTA

Estamos en unas fechas muy señaladas y significativas para los cristianos que no debemos nunca olvidar: la Navidad, representando el nacimiento de Jesús en la ciudad de Belén. Este acontecimiento es entendible para los cristianos por los ojos de la fe.

La fe es confiar en alguien, es fiarse de alguien por sus obras, por su autenticidad y por su amor a la verdad. Supone saber que podemos contar con esa persona para todo, de forma incondicional, y que no nos va a fallar porque es leal. Ciertamente no todas las personas con las que convivimos a nuestro alrededor son leales aunque parezca que lo son, pero por eso no vamos a dejar de comportarnos como auténticos cristianos.

Fe significa creer, saber de dónde venimos, hacia dónde vamos, para encontrar sentido a nuestra vida desde el interior, que es lo que nos aporta la máxima felicidad. A este respecto voy a proponer la lectura de un libro que me recomendó un magnífico sacerdote, se titula “Creer”, de Bernard Sesboüé, y supone una invitación a la fe católica para las mujeres y los hombres del siglo XXI.

Parece que hoy día la fe cristiana ha dejado de ser protagonista en el sentido de que a veces es ridiculizada; aunque más bien creo que hay personas que pasan de ella aceptando a aquellas que sí tienen fe, aunque no compartan la fe cristiana. Y esto, ¿por qué? Hoy palpamos continuamente desconfianza y mentiras disfrazadas de verdad. Antes la fe cristiana se enseñaba y practicaba en las familias y en los colegios, ahora esa práctica se ha perdido porque la sociedad no tiene unos valores como los de antes, que probablemente eran más radicales, pero se sabía lo que era bueno o malo, lo que era ético y moral y lo que no, y hoy día existen leyes que no son morales o éticas aunque sean legales.

A pesar de este confusionismo existente hoy en día en cuanto a los valores, la bondad y la maldad existen desde el origen de los tiempos aunque se interpreten de distinta forma, al igual que la justicia y la injusticia, la verdad y la mentira.

Por ello, para tener fe se ha de comprometer uno consigo mismo y con los demás, pero es una opción a la que tenemos que llegar libremente, practicando las costumbres de Jesús, como la generosidad, el servicio a los demás y el amor al prójimo.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Desconcertada y fiel


FRANCISCO GARCÍA MARTÍNEZ

Domingo IV de Adviento – Ciclo B

“Llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1, 28)

El evangelio de la anunciación habla del desconcierto de María y creo que esto nos puede ayudar a comprender el misterio de esperanza del Adviento. No se le anuncia solo un nacimiento, sino el nacimiento de alguien «grande», del «Hijo del Altísimo», que se «sentará en el trono de David», o lo que es lo mismo, que traerá la paz y la justicia a su pueblo, y que «reinará para siempre», es decir, que nada ni nadie podrá nunca malograr su reino de vida. En presencia del ángel María dice: «¿cómo será esto, pues no conozco varón?», pero en presencia de la vida de Jesús, María pudo seguir preguntándose «¿cómo será esto?», porque lo que va a ver es que su hijo es uno más entre los niños del pueblo, uno más entre los trabajadores de la aldea, uno más?, tanto es así que, cuando empieza su misión mesiánica, los mismos de su familia no terminarán de ver claro que sea el enviado de Dios. Además, sin que pase mucho tiempo, cuando ya es admirado y seguido por muchos, empieza un conflicto con las autoridades que lo dejará sin aliento, que lo llevará a la muerte y una muerte terrible, humillante?

El desconcierto de María pertenece a su vida de fe y va más allá de un embarazo sin padre. Es el desconcierto de todo creyente que en un momento dado escuchó las promesas de vida de Dios para él, para los suyos o para el mundo y se confió, y empieza a ver cómo nada queda en pie, que vienen enfermedades, desgracias e injusticias? que hacen que la palabra que anunció el Señor sobre cada uno («llena de gracia, el Señor está contigo») suene a hueco. Pero en ella el desconcierto se agrava porque había escuchado en su corazón que el fruto de su vientre era la bendición del mundo y lo contempla maldecido por este mismo mundo.

María sin embargo espera, confía, persevera en la soledad de la oración y la discreción de un segundo plano en la historia. Y es ahí donde va a nacer la fe verdadera, que para muchos será solo una enajenación creada por los que no soportan las contradicciones de la vida y se inventan mundos irreales. Pero María tenía razón, se puede esperar en medio del desconcierto y la contradicción, porque Dios es fiel a su palabra.

Mientras nos acompaña en estos últimos días de Adviento recordemos que dará a luz en la noche del mundo, pues el que llega quiere vestirse de nuestras sombras para llenarlas de luz. Quizá algunos estéis en ese momento de desconcierto que fue casi toda la vida de María. Ella con su vida nos dice: «confía, el Señor es fiel, Yo lo sé. La luz vence a las tinieblas». Y nos repite las palabras del ángel: «llenos de gracia, el Señor está con vosotros».

Infinitomasuno: ¡te puede pasar a ti!


JOSÉ ALBERTO SUTIL

La productora Infinito+1, dirigida por Juan Manuel Cotelo, ya dio la campanada con la película «La última cima», sobre la vida del sacerdote madrileño Pablo Domínguez. A caballo entre el largometraje y el documental, la cinta da ahora el salto a EE UU y sigue provocando numerosas conversiones entre sus espectadores. Quizás por eso, Cotelo ha decidido ahora embarcarse en otro proyecto titulado «¡Te puede pasar a ti!». ¿Qué tienen en común un pandillero, una secretaria, una santera masona, una modelo, un prostituto homosexual, una escritora, un terrorista, una actriz, un escultor y un boxeador por ejemplo? Pues que antes ninguno creía en Dios, pero se encontraron con él y su vida cambió ¡radicalmente! Son testimonios procedentes de todas partes del mundo. Pero es que, además, Cotelo tiene el arrojo de abrir las puertas de su caravana a gente similar a cada uno de estos conversos para ¡visionar con ellos su reportaje! El crítico de cine José Luis Panero le ha hecho a Juan Manuel Cotelo la siguiente pregunta: «¿Los conversos son santos en vida?». Y la respuesta no tiene desperdicio: «Son personas que han descubierto un sentido más hermoso para sus vidas y se han puesto en camino hacia ese rumbo diferente, atraídos por una receta que hasta entonces desconocían o no habían practicado, aunque la conocieran: el amor a quien tengas delante y el amor a Dios, a quien ahora reconocen como su Creador y Señor. Ninguno de ellos tiene garantizada la victoria. Es más, podríamos decir que tienen garantizada la derrota el día en que confíen en sus propias fuerzas, en sus méritos. La autosuficiencia arruina todo, aunque siempre puedes volver a empezar de nuevo, una y otra vez. Todo el secreto de la vida religiosa se reduce a dejarse amar por Dios, a dejar de caminar a solas, con tu propio esfuerzo, para ponerte en brazos de tu Padre Dios. Esto puede sonar a un cuento de hadas para quien no lo haya intentado nunca, como podría resultarle absurdo creer que se puede flotar en el agua a una persona que jamás haya recibido clases de natación. Pero es posible y no depende de la suerte. Es un contrato entre dos partes, donde la firma de Dios ya está en el papel, y falta añadir la nuestra, sin que nadie pueda obligarnos a ello, ni el propio Dios, que se limita a invitarnos, poniéndose a nuestro servicio». O sea que no solo el Adviento sino todo tiempo vivido en cristiano es tiempo de conversión para encontrarnos con aquel a quien esperamos? Infinito más uno, Dios y tú, te puede pasar a ti, ¿que no te lo crees? De momento, visita infinitomasuno.org.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Zamora celebró la Fiesta de los Hispanos


Zamora, 12/12/11. Hoy es la festividad de la Virgen de Guadalupe, advocación mexicana de honda raigambre en la Iglesia en Hispanoamérica. Con este motivo, la Diócesis de Zamora celebró ayer la Fiesta de los Hispanos, junto con la población hispanoamericana asentada en Zamora. La iglesia parroquial de San Vicente se quedó pequeña para acoger a los feligreses zamoranos e hispanoamericanos que se unieron para honrar a la Madre: Nuestra Señora de Guadalupe.

La eucaristía fue presidida por el sacerdote zamorano Mateo Alejandro (nacido en Casaseca de las Chanas), misionero del Verbo Divino que lleva tiempo desempeñando su ministerio en Colombia, y concelebraron, entre otros, Volusiano Calzada, también religioso verbita y vicario parroquial del templo, y Javier Fresno, delegado diocesano para la Religiosidad Popular.

Durante la homilía el sacerdote recordó a los asistentes que en este tercer domingo de Adviento “Jesús nos invita a dar testimonio, pero siempre con alegría; siempre tenemos que estar contentos”. Además, animó a aprovechar este tiempo para preparar su llegada: “he visto que en Zamora ya se han iluminado las calles, se han colocado los alumbrados y en poco tiempo en las iglesias se pondrán los pesebres”, pero estos gestos tan habituales aquí no fueron posible en Colombia hace un año. “En la selva colombiana donde yo vivo ahora nos llegaba el agua por las rodillas y la iglesia estaba inundada, por eso no pudimos poner luces ni belenes”, recordó el presbítero. Sin embargo, lo importante es “testimoniar que Jesús está vivo y presente entre nosotros, en las circunstancias que sean”.

En el presbiterio, como es habitual en este día, estaba situado ante el altar el cuadro de la Virgen de Guadalupe que se venera en la iglesia de San Vicente. Tras la eucaristía, los inmigrantes sudamericanos residente en nuestra Diócesis y los feligreses zamoranos compartieron un pequeño ágape en el salón parroquial.

Álbum fotográfico en:

https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/FiestaDeLosHispanos

domingo, 11 de diciembre de 2011

Voz y testigo


AGUSTÍN MONTALVO FERNÁNDEZ

Domingo III de Adviento – Ciclo B

“Juan venía como testigo para dar testimonio de la luz” (Jn 1, 6-8. 19-28)

Se dice que en este momento nuestra sociedad necesita testigos más que maestros, aunque seguramente no se pueda ser maestro si no se es testigo al mismo tiempo. Para la trasmisión de la fe hoy esto es indudable, no sólo porque así fue el encargo del Señor: «seréis mis testigos», sino porque cualquier otro camino es inútil. En otros tiempos, en los que la fe se trasmitía por contagio porque el ambiente era «cristiano», el testimonio tal vez fuera menos necesario; hoy, en cambio, es imprescindible.

Como Juan, «que venía como testigo para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe», los seguidores de Jesús están llamados a ser luz, no escondida bajo el celemín, sino puesta sobre el candelero. En tiempos difíciles existe la tentación de replegarse al interior de la comunidad o del templo por miedo o por cobardía. Entonces, acaso sin saberlo, muchos nos dirán como la judía ciega de «El padre humillado» de Claudel a su amigo cristiano: «Vosotros los que veis, ¿qué habéis hecho de la luz?».

Juan es también «la voz que grita en el desierto». Entre tantas voces que gritan desde todas partes y que invitan a gozar, a votar, a comprar, a indignarse, a firmar, a evadirse… hoy también el Salvador necesita que su voz sea escuchada, y son sus discípulos quienes tienen que prestarle la propia para hacerlo posible. Testimonio y voz son el medio a través del que hoy el que es Luz y Vida se ha de hacer presente en nuestro mundo, escaso de ambas realidades. Testimonio y voz que no son otra cosa sino la vida coherente de los cristianos, su palabra oportuna y su presencia visible.

Es probable que muchas veces esta voz sea voz que grita en el desierto de la indiferencia o del prejuicio hostil, y experimente el cansancio y la tentación de abandonar, pero el testigo tiene que responder no del éxito, sino de la fidelidad al mensaje y a quien lo encomienda.

¿Tú quién eres?, le preguntan al Bautista. Y él responde con humildad: «yo no soy el Mesías ni Elías; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, al que no soy digno de desatarle la correa de la sandalia». El testigo tiene que tener su misma modestia. Sabe, y lo manifiesta con claridad, que no se anuncia a sí mismo, sino a Otro, y que ha de dejar espacio a la libertad de los otros. La Iglesia y cada uno de sus miembros deben cuidar mucho el evitar que su protagonismo impida la trasparencia de quien es realmente la Luz. Y esto no siempre es fácil.

La Opinión-El Correo de Zamora, 11/12/11.

Anudar extremos


ÁNGEL CARRETERO MARTÍN

En las últimas semanas presenciamos desenfrenados maratones en los templos del consumismo que son los grandes centros comerciales. Ya sé que esto no es nuevo; se repite siempre y sin demora por estas fechas. Pero este año me sorprende un poco más porque parece que la gravedad de la crisis económica no nos corta mucho, y conste que no pretendo aguar la fiesta a nadie. El caso es que casi todo el mundo se provee de un sinfín de cosas como si se hubiera anunciado la llegada apocalíptica de una glaciación que nos fuera a dejar a todos atrapados en nuestras casas.

Quienes tratamos de llenar nuestra vida no de cosas sino de Dios y de solidaridad con todos sabemos que estos días que llamamos Adviento son una excelente vacuna contra toda despersonalización e ideologización de nuestra esperanza cristiana. No esperamos algo abstracto sino a alguien concreto: la persona de Cristo. Pero ¿cómo puede esperarse a alguien que ya ha venido? Pues precisamente porque rememoramos la Navidad podemos esperar la Parusía; es decir, Cristo ha venido como niño para venir también como Señor; y tenemos la certeza de que vendrá como Señor porque vino como niño. Así es como la tensión de nuestra esperanza se mantiene en esos dos polos: Navidad y Parusía.

En realidad, más que de una venida tendríamos que hablar de una vuelta, ya que desde que Dios se hizo hombre permanece con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Sólo que cuando llegue ese final se manifestará en poder y gloria, se correrá totalmente el velo corroborándose que el nacido de María en la humildad de Belén es el Señor de la historia. Hasta entonces somos muchos quienes «ya» lo afirmamos en la fe, «todavía no» en la visión. De ahí que para los creyentes el tiempo cristiano sea genuinamente humano; un tiempo estructurado, no desparramado en fragmentos inconexos, sino armónicamente entretejidos; un tiempo que anuda el extremo inicial de un proceso inaugurado en Palestina con el extremo último que afectará a toda la creación, transformada en los cielos nuevos y la tierra nueva.

De este modo lo que esperamos de Cristo es, ante todo, la salvación. Lo decimos sabiendo que a no pocos les suena extraño o no se sientan necesitados de ella. Pero la salvación del hombre no se reduce a tener lleno su estómago, también necesita reconciliarse consigo mismo, con los demás, con el misterio de la vida y de la muerte... No ha habido ni habrá sistema o sociedad capaz de lograrnos plenitud de sentido, de ser y de realidad. Sólo la esperanza cristiana nos revela que «ya» hay salida y salvación para todo y para todos, por muy oscuras que veamos las cosas a nuestro alrededor, sólo que «todavía no» no la disfrutamos totalmente.

La Opinión-El Correo de Zamora, 11/12/11.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Bodas de oro de una religiosa de Jesús Redentor en Fariza


Fariza, 9/12/11. El pasado martes 6 de diciembre, las Religiosas de Jesús Redentor, residentes en Fariza, celebraron los 50 años de profesión religiosa de una de sus integrantes, la hermana Elena.

Para ello tuvieron una Eucaristía en acción de gracias, presidida por el párroco de Fariza, Manuel Benito García, y con el cual llevan a cabo el trabajo pastoral de estas nueve parroquias de Sayago: Argañín, Badilla, Cozcurrita, Fariza, Mámoles, Palazuelo, Tudera, Villar del Buey y Zafara. La ceremonia fue concelebrada por otros tres sacerdotes del arciprestazgo: Rufino de Castro, Isaac Prieto y Javier Fresno.

A la celebración acudieron también hermanas de la misma congregación de Valladolid, y otras religiosas que trabajan en las parroquias rurales de la Diócesis de Zamora: las Religiosas del Amor de Dios de Alcañices, las Franciscanas del Sagrado Corazón de Manzanal del Barco y las Misioneras de la Inmaculada Concepción de Fermoselle. Asimismo, acudió la gente de los pueblos, no sólo de las parroquias donde las hermanas están presentes en la acción pastoral, sino también de otros pueblos cercanos.

Según explica la hermana Mª Ángeles Antolín, “fue una ceremonia sencilla, donde nuestra hermana renovó su ‘sí’ al Señor dado hace 50 años, acogiendo el proyecto que Dios tenía para ella. A lo largo de todos estos años ha ido viviendo la consagración religiosa y haciendo realidad la misión que le fue encomendada en diferentes lugares: Palencia, Valladolid, y ahora en Fariza de Sayago, como religiosa de Jesús Redentor, siguiendo las huellas de Victorine Le Dieu, nuestra Fundadora”.

Como continúa diciendo esta religiosa de Jesús Redentor, refiriéndose a la hermana que ha celebrado sus bodas de oro, “ella ha ido respondiendo día a día con su entrega y dedicación al carisma de la congregación: colaborar con Cristo en la obra de la Redención, a través de la adoración a Jesús Eucaristía, en el servicio a los pobres, los marginados, las mujeres en riesgo de exclusión y todos los que sufren las consecuencias de las injusticias y de la explotación. Teniendo como centro de la vida la Eucaristía, sacramento del amor de Dios que reconstruye la unidad en todo lo que está quebrantado, herido, roto”.

El acto terminó con un ágape fraterno con todos los que participaron en esta celebración de acción de gracias al Señor “por la vida de nuestra hermana Elena y su compromiso con la Iglesia y el mundo”, tal como señalan las religiosas, que concluyen diciendo: “damos gracias a Dios por su entrega, dedicación y generosidad y le pedimos que siga concediendo muchos años a nuestra hermana para que siga viviendo y testimoniando con gozo su entrega al Señor”.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Espera y evangelio


JESÚS GÓMEZ FERNÁNDEZ

Domingo II de Adviento – Ciclo B

“Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos” (Mc 1, 1-8)

Consolad, consolad a mi pueblo -dice Dios-, hablad al corazón, gritad que se ha cumplido la pena». Uno de los miles de judíos desterrados que penan en Babilonia, judío anónimo al que llamamos Segundo Isaías, acogió estas palabras y se convierte en pregonero. A voz en grito convoca a los desterrados: «En el desierto preparad un camino al Señor». Hablarle a un judío del «desierto» al instante le trae a la memoria el éxodo: la salida de Egipto y la travesía del desierto hacía la tierra prometida. Así, pues, un segundo éxodo es inminente y urge preparar el camino por donde pasará Dios mismo al frente de su pueblo. El pregonero está apresurado. Vuela rápido a la Tierra Prometida y desde una montaña vuelve a gritar, que lo oigan toda la Tierra: «Atención. Dios el Señor llega con fuerza», pero tan delicado con su pueblo como pastor que lleva en brazos los corderos y cuida de las madres.

Siglos más tarde Juan el Bautista coge el testigo del Segundo Isaías. Del Bautista conocemos el nombre de sus padres, las circunstancias de su nacimiento, su formación austera y su carácter intachable; sabemos dónde vivía, cómo vestía, qué comía, qué actividad lo caracterizó: la predicación de un cambio de mentalidad y conducta en tiempos de cierta corrupción, y el bautizar con agua a cuantos aceptaban su predicación. La predicación cristiana lo proclama como el precursor de Jesucristo. Con razón puede san Marcos encabezar su evangelio con estas palabras: «Principio del evangelio de Jesucristo Hijo de Dios».

La palabra evangelio ha significado propina en la «Odisea», buenas noticias en un decreto proconsular, el contenido de la predicación de Jesús en Mt/Mc y en este encabezamiento puede significar el evangelio que Jesús predica o el evangelio que predicamos de Jesús o el evangelio que es el mismo Jesús (Jesús mismo es la buena noticia). En cualquiera de los casos el punto de partida es el pregón multisecular: «Preparadle el camino al Señor».

Una estrofa del canto más bello del Adviento repite las palabras de Dios «Consolad, consolad a mi pueblo. Rápido llega tu salvación». El consuelo con que nos consuela el Bautista es el anuncio de que le está pisando los talones «quien es más fuerte que él y que nos bautizará con Espíritu Santo». Jesucristo apareció en forma de esclavo siendo Hijo de Dios. Eso fue en Belén. Dios lo enalteció. Eso fue en Jerusalén. Él es el Fuerte, todopoderoso para transformar nuestra corrupción y malicia en rectitud y honradez, para recrearnos mediante la infusión de su Espíritu Santo a través del rito bautismal. Él es nuestra salvación. Nuestro gozo y consuelo. Esto es en nuestro corazón. Es obligado, no obstante, manifestar y comunicar nuestro gozo y consuelo.

La Opinión-El Correo de Zamora, 4/12/11.

Apresurad la venida del Señor


JOSÉ ÁLVAREZ ESTEBAN

No voy a tener la oportunidad de otro comentario previo a la Navidad y no quisiera quedarme sin la satisfacción de sugerirla. «Apresurar la venida» es eso, adelantarla, avivar y abreviar los plazos. En la magistral obra «El hombre eterno» de G. K. Chesterton hay un capítulo expresamente dedicado al nacimiento de Jesús que lleva el título de «El Dios de la cueva». Lo recomiendo. «Celebramos la Navidad, dice, seguimos celebrándola, porque somos psicológicamente cristianos. Si uno busca un aspecto no controvertido del cristianismo probablemente escogería la Navidad». Este año no he leído ni un folleto de propaganda navideña. La gente no está por el consumo, ahora menos que nunca, y las grandes superficies lo saben y no se permiten excesos. En años pasados se hacía interesante revisar esa propaganda que competía y hasta se aprovechaba del mensaje religioso del Adviento y de la Navidad. Navidad es el sonido simultáneo de muchas notas: la humildad, la alegría, la gratitud, el temor sobrenatural y, al mismo tiempo, la vigilancia, el drama y la esperanza. Esperanza sobre todo.

Benedicto XVI en su ya finalizado viaje a África también ha hablado de esperanza y lo ha hecho en términos que bien nos vendría aplicar aquí. Ha hablado en Benín, pero el suyo es un mensaje sin fronteras. «No privéis a vuestros pueblos, dice, de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente. Tened un enfoque ético valiente en vuestras responsabilidades y, si sois creyentes, rogad a Dios que os conceda sabiduría. Esta sabiduría os hará entender que, siendo los promotores del futuro de vuestros pueblos, es necesario que seáis verdaderos servidores de la esperanza».

Nada parece tan urgente como el retorno a la esperanza. Esa fue la profecía de Isaías para con un pueblo servil que necesitaba levantar el ánimo. Nuestras pasadas elecciones nos han traído también una buena dosis de esperanza, augurio de nuevos tiempos y oportunidades. Esta España nuestra, tan adormecida y engañada en sus excelencias, siente miedo. La base económica sobre la que nos hemos empeñando en asentar el futuro, cruje y amenaza ruina como esa estatua con pies de barro que hemos venido leyendo en la Profecía de Daniel. El veredicto de «contado, pesado y dividido» sobre la corte babilónica es sentencia que, salvadas las distancias, suena y mucho a rechazo de quienes nos han gobernado y a prevención y guardia para quienes toman el relevo en la gestión pública. Ya decía Ana Frank que no se podía construir nada sobre la base de la muerte, la miseria y la confusión. De confusión sabemos ya bastante, de miseria, vamos aprendiendo. Pero el creyente lucha por «ese cielo nuevo y esa tierra nueva en que habite la justicia» (2P. 3,14).

La Opinión-El Correo de Zamora, 4/12/11.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El obispo de Zamora nombra nuevos canónigos


El obispo de Zamora ha realizado nombramientos en el Cabildo Catedral, resultando designado Juan González como nuevo penitenciario y José Francisco Matías y Esteban Vicente como canónigos.

Zamora, 3/12/11. El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, acaba de realizar nuevos nombramientos que afectan al Cabildo Catedral. El deán-presidente, Juan González López (Villanueva del Campo, 1934) asume ahora también la función de penitenciario.

Por otro lado, el vicario general, José Francisco Matías Sampedro (Belver de los Montes, 1956), y el secretario particular del obispo, Esteban Vicente Hernández (Fuentesaúco, 1970), han sido nombrados canónigos.

Según señala el Código de Derecho Canónico, “el cabildo de canónigos, catedralicio o colegial, es un colegio de sacerdotes, al que corresponde celebrar las funciones litúrgicas más solemnes en la iglesia central o en la colegiata; compete además al cabildo catedralicio cumplir aquellos oficios que el derecho o el Obispo diocesano le encomienden” (canon 503).