miércoles, 20 de noviembre de 2013
El domingo se clausura el Año de la Fe en Cristo Rey
viernes, 9 de agosto de 2013
En verano, vuelta a las raíces
martes, 11 de junio de 2013
Una carmelita de Toro presenta un nuevo libro
domingo, 17 de febrero de 2013
Las Carmelitas de Toro presentan su nueva repostería
viernes, 12 de octubre de 2012
14 vigilias de oración para profundizar en la fe
lunes, 6 de agosto de 2012
Se clausura en Zamora el Año Jubilar de Santa Clara
sábado, 9 de junio de 2012
Uno de cada cuatro estudiantes zamoranos, en colegios católicos
miércoles, 23 de mayo de 2012
La urna con la reliquia de San Juan Bosco estará en Zamora el 30 de mayo
jueves, 8 de marzo de 2012
Fallece el sacerdote Félix Blanco, profesor emérito del Claudio Moyano
miércoles, 1 de febrero de 2012
Los religiosos de Zamora celebran la Jornada de la Vida Consagrada
martes, 31 de enero de 2012
Fallece el historiador jesuita Quintín Aldea, de Gema del Vino
lunes, 30 de enero de 2012
Los salesianos de Zamora celebran mañana a San Juan Bosco
viernes, 9 de diciembre de 2011
Bodas de oro de una religiosa de Jesús Redentor en Fariza
Fariza, 9/12/11. El pasado martes 6 de diciembre, las Religiosas de Jesús Redentor, residentes en Fariza, celebraron los 50 años de profesión religiosa de una de sus integrantes, la hermana Elena.
Para ello tuvieron una Eucaristía en acción de gracias, presidida por el párroco de Fariza, Manuel Benito García, y con el cual llevan a cabo el trabajo pastoral de estas nueve parroquias de Sayago: Argañín, Badilla, Cozcurrita, Fariza, Mámoles, Palazuelo, Tudera, Villar del Buey y Zafara. La ceremonia fue concelebrada por otros tres sacerdotes del arciprestazgo: Rufino de Castro, Isaac Prieto y Javier Fresno.
A la celebración acudieron también hermanas de la misma congregación de Valladolid, y otras religiosas que trabajan en las parroquias rurales de la Diócesis de Zamora: las Religiosas del Amor de Dios de Alcañices, las Franciscanas del Sagrado Corazón de Manzanal del Barco y las Misioneras de la Inmaculada Concepción de Fermoselle. Asimismo, acudió la gente de los pueblos, no sólo de las parroquias donde las hermanas están presentes en la acción pastoral, sino también de otros pueblos cercanos.
Según explica la hermana Mª Ángeles Antolín, “fue una ceremonia sencilla, donde nuestra hermana renovó su ‘sí’ al Señor dado hace 50 años, acogiendo el proyecto que Dios tenía para ella. A lo largo de todos estos años ha ido viviendo la consagración religiosa y haciendo realidad la misión que le fue encomendada en diferentes lugares: Palencia, Valladolid, y ahora en Fariza de Sayago, como religiosa de Jesús Redentor, siguiendo las huellas de Victorine Le Dieu, nuestra Fundadora”.
Como continúa diciendo esta religiosa de Jesús Redentor, refiriéndose a la hermana que ha celebrado sus bodas de oro, “ella ha ido respondiendo día a día con su entrega y dedicación al carisma de la congregación: colaborar con Cristo en la obra de la Redención, a través de la adoración a Jesús Eucaristía, en el servicio a los pobres, los marginados, las mujeres en riesgo de exclusión y todos los que sufren las consecuencias de las injusticias y de la explotación. Teniendo como centro de la vida la Eucaristía, sacramento del amor de Dios que reconstruye la unidad en todo lo que está quebrantado, herido, roto”.
El acto terminó con un ágape fraterno con todos los que participaron en esta celebración de acción de gracias al Señor “por la vida de nuestra hermana Elena y su compromiso con la Iglesia y el mundo”, tal como señalan las religiosas, que concluyen diciendo: “damos gracias a Dios por su entrega, dedicación y generosidad y le pedimos que siga concediendo muchos años a nuestra hermana para que siga viviendo y testimoniando con gozo su entrega al Señor”.
lunes, 28 de noviembre de 2011
Ángel Sastre, de Villaralbo al martirio

Francisco Abad (*)
El 25 de octubre de 1992 tuve la oportunidad de asistir a la Beatificación del hermano Ángel Sastre en Roma. No me movieron en ese momento especiales motivos de devoción. Era una buena excusa para conocer parte de Italia acompañando a un grupo de gente de Villaralbo, lugar de nacimiento del beato. Claro que para la inmensa mayoría de sus habitantes pasó desapercibido aquel acontecimiento. Entonces y ahora la figura del beato es ignorada tanto en su pueblo natal como en su Diócesis de Zamora donde solo resuena su nombre de vez en cuando en las Letanías que se proclaman en las celebraciones solemnes. El ritual así lo exige.
En la Misa de Beatificación concelebraron con el Papa el Obispo de Zamora y el párroco de Villaralbo. A otro sacerdote y a mí nos situó nuestro Obispo en el lugar reservado a los familiares de los nuevos Beatos. El Obispo, sin saberlo, había acertado en el sitio que me correspondía. Mi padre me dijo más tarde que teníamos lazos familiares con el hermano Ángel por parte de mi abuela paterna. Es por mi padre, de la misma edad que él, como me enteré un poco de su vida. Lo que más recordaba era su origen humilde. Me decía: “si nosotros éramos pobres, mucho más pobres eran ellos”. En la pequeña biografía de Ángel Sastre de Vicente Bécares publicada con motivo de su Beatificación no hace otra cosa el autor que señalar lo que mi padre me contaba.
Ángel quedó huérfano de padre muy pronto, murieron dos hermanos, y a los diez años ingresa con otros tres hermanos en el Hospicio de Zamora. Parece ser que su madre, Blasa, sólo podía atender a una hija discapacitada que quedó a su lado. En el orfanato su comportamiento es reconocido como “excelente”, puede que ya vieran en él las profundas raíces cristianas a las que más tarde se mantuvo tan fiel. A los 16 ó 17 años sale y decide hacer el servicio militar. Lo destinan en Melilla. Decide al volver a Villaralbo y, cumplido el servicio militar, ser religioso. Desde Valladolid camina a pie hasta Ciempozuelos, donde solicita ser admitido en la Orden de San Juan de Dios el 12 de marzo de 1936. El 2 de junio toma el hábito de novicio. Todos sabemos que corrían malos tiempos por España en aquellos años. Ángel los iba a vivir con mucha intensidad.
La situación era difícil. Los superiores de Ángel, recibiendo malas noticias de otros lugares, ofrecen la oportunidad a los más jóvenes de buscar refugio fuera del convento. Algunos así lo hacen, pocos. La mayoría responde: “donde estén nuestros hermanos allí estaremos nosotros”. Ángel era uno de ellos. Los sucesos de aquel verano del 36 se sucedieron con rapidez. En agosto detienen a los hermanos, que son asesinados tres meses mas tarde en Paracuellos del Jarama. Ángel dio la vida por su fe en Cristo en la mañana del 28 de noviembre. Este día celebramos su fiesta litúrgica y bien pudiéramos recordarlo entre nosotros un poco más. Si su martirio hubiera sucedido en otra época y en otro lugar sobrarían méritos para honrarle como se merece, pero tuvo la mala suerte de ser en España y en el 36 y todo lo tiene en contra. Parece ser que estos hombres no merecieron ni merecen un pequeño espacio en la multitud de obras cinematográficas sobre aquellos años de nuestros grandes maestros del Cine. Y esto sólo por mencionar algo muy popular. Eso sí, eran solo unos pobres frailes inocentes que servían a los enfermos.
Todos somos responsables de este olvido. Yo mismo no me he atrevido a decir nada sobre él, incluso pienso que este escrito no me atraerá excesivas simpatías. La mayoría de los cristianos no quiere faltar a lo “políticamente correcto” y ni siquiera se pronuncia. Otros, más situados en sus ideologías, rechazan de plano a estos mártires que murieron a manos de los republicanos que supuestamente eran “amigos de los pobres”. Sería como aceptar que los que ellos consideraban “buenos” fueron injustos y asesinos. Para otros, de distinto signo, el hermano Ángel, “pobre de solemnidad”, “le falta clase para ser santo”, “era un pobre desgraciado que no merece ningún interés”. En fin, todo esto explica la falta de reconocimiento en muchos, tanto en su entorno eclesial como social. Un signo tan sólo es ver los que acuden en su pueblo a la Misa de su fiesta.
No existen santos menores y el hermano Ángel es un santo como Dios manda, y nunca mejor dicho en este caso. Su vida y su muerte son testimonio de fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Debiéramos pensar cómo responderíamos cada uno de nosotros en situaciones semejantes. Él decidió ser religioso y consagrar su juventud al servicio de los enfermos y los necesitados. Supo estar con los suyos en momentos de persecución y sobre todo entregó la vida por su fe pudiendo librarse de la muerte (ya que a los más jóvenes se les ofrecía al final apuntarse al combate de la guerra evitando la ejecución). Ángel solo tenía 20 años. Yo me pregunto: ¿un joven que decide ser religioso con honestidad es culpable de algo para ser ejecutado sin contemplaciones? A uno de los testigos de ese final le impresionaba como iban los hermanos: “no se quejan, ni gimen, sólo rezan y cantan, van a la muerte con mucho valor, perdonando, y se despiden unos a otros con el saludo ‘hasta el cielo’ y ‘ánimo, Dios nos espera’”. ¿Cómo es posible que algunos se avergüencen de estos mártires?
Debemos agradecer a Dios este don que nos ha dado en la vida y testimonio del hermano Ángel. Su corta vida estuvo llena de heroísmo, entrega y fe. Tomó a Dios en serio, sirvió a los pobres y fue testigo de la fe hasta dar la vida, ¿qué más se puede pedir? Creo de verdad que a todos nos puede ayudar su testimonio. A tantos jóvenes despistados hoy en día puede ser una luz en medio de un mundo descreído y olvidado de Dios. Es muy difícil llegar a su altura, pero su recuerdo nos puede impulsar a ser fieles a nuestros compromisos cristianos. Según algunos, aunque otros lo consideren exagerado, no estamos lejos de parecidas persecuciones como las vividas por nuestro hermano. Sin olvidar que a día de hoy esa persecución a la fe cristiana es ya real en algunos lugares de nuestro mundo. Muchos cristianos, por el hecho de serlo, son marginados, perseguidos y algunos asesinados. No es algo que sucedió en el pasado. Eso sí, sigue sin ser una preocupación importante y no sale en las primeras noticias del Telediario.
(*) Párroco de San Isidro (Benavente)
lunes, 7 de noviembre de 2011
Obispo de Zamora: “Santa Bonifacia estuvo llena de Dios”
Zamora, 7/11/11. Ayer, domingo 6 de noviembre el obispo, Gregorio Martínez Sacristán, presidió en la Catedral la eucaristía de acción de gracias por la reciente canonización de la Madre Bonifacia. El primer templo de la Diócesis volvió a abarrotarse para honrar a la fundadora de las Siervas de San José, que desempeñó en Zamora la mayor parte de su obra. Un trabajo que reconoció Martínez Sacristán en su homilía: “una pobre cordonera que estaba llena de Dios, rebosante de Dios”, y así precisamente alcanzó la santidad.
El obispo recordó que la santidad “está el alcance de todos”, pero para llegar a ella hay que estar “lleno de Dios” como le ocurrió a santa Bonifacia, “que colocó al Señor y a Nazaret en el centro de su vida”. A las Siervas de San José, presentes en la misa, también se dirigió el prelado: “no cambiéis esta joya por otras más atractivas, pero también más engañosas y mentirosas porque al final no tienen ningún futuro”.
Alentó a las hermanas de la congregación a que sigan adelante con su labor a pesar “de que la media de edad sea alta”, porque Bonifacia también se fijó en el silencio de Nazaret y allí encontró su camino. “A pesar de lo poco que se habla de Nazaret en el Evangelio, Bonifacia se dejó interpelar por él y en ese silencio vio la compasión”, resaltó el obispo.
La vivencia “profunda” de la compasión ayudó a la santa a “aguantar todo lo que aguantó”, y ese comportamiento ha de ser “un ejemplo a seguir” para todos. Nuestro obispo destacó que “no encontraremos la compasión si no somos capaces de mirar al Señor que dio la vida por nosotros sin decir nada”, al igual que hizo Bonifacia, aguantando las humillaciones por la mujer, a la que ayudó sin condiciones. Ahora hay que seguir el camino que la santa marcó
La eucaristía contó con la presencia del Consejo General de las Siervas de San José, presidido por su coordinadora general, la filipina Lillian Ocenar. Después de la celebración hubo un ágape en el Colegio Divina Providencia, justamente la casa en la que vivió Santa Bonifacia, en la Calle La Reina de la capital.
Álbum fotográfico de la celebración en:
jueves, 3 de noviembre de 2011
Zamora agradece la canonización de Santa Bonifacia con una Misa solemne en la Catedral
La Catedral de Zamora acogerá el próximo domingo 6 de noviembre a las 17,30 horas una eucaristía solemne presidida por el obispo y en la que toda la Diócesis se unirá a las Siervas de San José para dar gracias a Dios por la reciente canonización de su fundadora, Santa Bonifacia Rodríguez.
Zamora, 2/11/11. Si el pasado 23 de octubre todas las miradas se dirigieron a la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde Benedicto XVI declaró santa a la religiosa Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José, y el 30 de octubre el centro de atención estuvo en la Catedral de Salamanca, donde su Diócesis de origen agradeció la canonización, el tercer momento solemne tendrá lugar en la Catedral de Zamora, donde el próximo domingo 6 de octubre se celebrará una eucaristía solemne de acción de gracias a las 17,30 horas.
La eucaristía será presidida por el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, precisamente en la ciudad donde murió Santa Bonifacia en 1905. A ella están invitados todos los fieles zamoranos, y contará con la presencia del Consejo General de la congregación de las Siervas de San José, encabezado por su recientemente nombrada coordinadora general, la hermana Lillian Ocenar, de nacionalidad filipina.
Cerca de un centenar de zamoranos participaron el pasado 23 de octubre en los actos de la canonización de la Madre Bonifacia, comenzando la víspera con la vigilia de oración en la iglesia romana de San Ignacio y concluyendo con la Misa en la que fue declarada santa junto con los italianos Guido Maria Conforti y Luigi Guanella.
El 27 de marzo de 2010 Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto que reconocía oficialmente el milagro atribuido a la intercesión de la entonces beata Bonifacia Rodríguez de Castro (1837-1905), fundadora de las Siervas de San José, y muy vinculada a la ciudad de Zamora, donde continuó con la congregación religiosa que había iniciado en Salamanca.
La Madre Bonifacia, como se la conoce en Zamora, fue beatificada por Juan Pablo II en Roma el 9 de noviembre de 2003. Fue una mujer que luchó por la educación de la mujer durante los últimos años del siglo XIX y tuvo mucho que ver con la ciudad de Zamora donde vivió entre 1883 y 1905, año en que falleció, siendo enterrada en el Cementerio “San Atilano” de la capital. Sus restos fueron trasladados en 1945 a Salamanca donde reposan, desde 1949, en un mausoleo construido en la capilla del Colegio de la Casa Generalicia de las Siervas de San José.
Actualmente, se encuentran en Zamora dos comunidades de las Siervas de San José: el Centro educativo concertado “Divina Providencia” situado en la Calle de la Reina, 9, en el mismo emplazamiento en el que la Madre Bonifacia tuvo su casa taller, y el Colegio “San José”, ubicado en la Avenida de Requejo, 5.
domingo, 23 de octubre de 2011
Zamora tiene una nueva santa
Benedicto XVI ha proclamado esta mañana en la Plaza de San Pedro tres nuevos santos, entre los que se encuentra la fundadora de las Siervas de San José, Bonifacia Rodríguez de Castro, nacida en Salamanca y muerta en Zamora. Ésta es la crónica de la celebración, de la que fueron testigos cerca de un centenar de zamoranos.
Roma, 23/10/11. Pasadas las 10 de esta mañana, el papa Benedicto XVI declaró santa a la religiosa salmantina Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José (SSJ), y que murió en la ciudad de Zamora en 1905. Por eso ha sido la Diócesis de Zamora el lugar donde se inició el proceso que ha culminado hoy con la solemne canonización.
En torno a las 8 de la mañana llegaban los zamoranos, repartidos en diversos grupos de toda España, a la Plaza de San Pedro, colocándose en las sillas habilitadas para la Misa presidida por el pontífice, en la que, junto a la fundadora de las SSJ, también ha canonizado a los beatos italianos Guido Maria Conforti y Luigi Guanella, también fundadores de congregaciones religiosas en el siglo XIX. Los tapices con el retrato de los tres colgaban desde hace varios días de los balcones de la fachada de la basílica que guarda los restos del principal de los apóstoles.
Como introducción a la celebración, en el tiempo de espera, se cantó el himno “Te alabamos, Trinidad” en los tres idiomas que se han utilizado (italiano, español, francés e inglés), y se leyeron los nombres de los tres beatos. Así escucharon los zamoranos el anuncio de la canonización: “Bonifacia Rodríguez de Castro, vergine, fondatrice della congregazione delle Serve di San Giuseppe”.
El esquema fue el mismo para los tres: en primer lugar, la lectura de un fragmento de los escritos. En el caso de la Madre Bonifacia, la SSJ española Sonia González, junto con un familiar de la beata y otras religiosas, leyó algunos pensamientos de la fundadora de las SSJ, encabezados por el canto su conocida frase “Anda buscando Jesús quien le ame, quien le siga. Si nosotras no seguimos sus huellas, ¿quién le seguirá?”.
En segundo lugar se rezó una oración agradeciendo a Dios el don de la Madre Bonifacia, “que, siguiendo a Jesús, trabajador de Nazaret, se encontró contigo en su trabajo cotidiano hermanado con la oración al servicio de la mujer trabajadora pobre. Que mirando a Nazaret, como ella, vivamos nuestro trabajo como un ámbito de experiencia de fe y en él tejamos relaciones humanizadoras y fraternas que potencien la dignificación de la persona, comprometiéndonos a favor de un mundo más justo y solidario”. En tercer lugar, hubo una pieza musical.
Ceremonia de canonización
Después de esta introducción, comenzó la eucaristía propiamente dicha, con el canto “Tu es Petrus”, interpretado por la escolanía, y la antífona de entrada “Laetetur cor”, cantada por todos los fieles. Muy cerca de los zamoranos pasó la procesión de entrada. Tras los acólitos y diáconos, pasaron los sacerdotes y obispos concelebrantes, entre los que se encontraban el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y el vicario episcopal para la canonización, Juan Luis Martín Barrios, únicos zamoranos que concelebraron. Cerrando la procesión, Benedicto XVI, que bendecía a los fieles que ondeaban banderas y hacían fotografías a su paso.
Tras el acto penitencial, se inició el rito de la canonización. El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, acompañado por los postuladores de los tres beatos, se dirigió al Papa pidiéndole “que inscriba a los beatos Guido Maria Conforti, Luigi Guanella y Bonifacia Rodríguez de Castro en el catálogo de los santos, y como tales sean invocados por todos los cristianos”.
Por parte de la Madre Bonifacia acudió la SSJ gallega Victoria López Luaces, que durante estos años ha coordinado el proceso de beatificación y canonización, como postuladora de la congregación religiosa. Acto seguido, el cardenal Amato leyó una breve biografía de cada uno de los beatos, destacando el “proyecto de vida religiosa inédita” de Bonifacia “en el difícil contexto del inicio de la revolución industrial española, cuando las mujeres comenzaban a trabajar fuera de sus casas”. Terminó su perfil biográfico señalando que “murió en Zamora el 8 de agosto de 1905 con fama de santidad”.
Benedicto XVI introdujo el canto de las letanías de los santos, “para que el Espíritu Santo ilumine nuestra mente y la luz de Cristo resplandezca en la Iglesia, que proclama la santidad de algunos de sus hijos”. Acto seguido, tuvo lugar el momento central del rito: el obispo de Roma pronunció la fórmula de canonización:
“Para honor de la Santísima Trinidad, la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y la nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado el auxilio divino y escuchado el parecer de muchos hermanos nuestros en el episcopado, declaramos y definimos santos a los beatos Guido Maria Conforti, Luigi Guanella y Bonifacia Rodríguez de Castro, y los inscribimos en el catálogo de los santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean honrados devotamente entre los santos”.
La asamblea contestó cantando por tres veces “Amén”, como afirmación creyente a este momento fundamental en el que la Iglesia proclama solemnemente que los nombrados gozan ya de la gloria del cielo, y representantes de las congregaciones fundadas por los ya nuevos santos se acercaron en procesión al Papa para ofrecerle sendos relicarios. También en este momento los fieles contestaron cantando “Aleluya”. Acompañado otra vez por los tres postuladores, el cardenal Amato se dirigió a Benedicto XVI para agradecerle la canonización, y para solicitar la promulgación de la Carta Apostólica de la canonización, a lo que el Papa contestó: “lo ordenamos”. Tras un abrazo al Santo Padre, continuó la eucaristía con el canto del Gloria.
Benedicto XVI: Bonifacia, “modelo en el que resuena el trabajo de Dios”
En la Liturgia de la Palabra se proclamaron las lecturas correspondientes al XXX domingo del tiempo ordinario, con la peculiaridad de cantar el evangelio en latín y en griego, por sendos diáconos de ritos católicos diversos. Tras bendecir a la asamblea con evangeliario, Benedicto XVI pronunció su homilía. En el inicio se refirió a la celebración de la jornada misionera mundial en este 23 de octubre. Ocasión a la que se unen en la alegría y acción de gracias las tres canonizaciones.
El Papa comentó las lecturas destacando el amor como centro de toda la ley de Dios, y la importancia de que Cristo ocupe el corazón de los creyentes, basándose en el “Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”, ya que “el signo visible del amor de Dios que el cristiano puede mostrar al mundo es el amor al prójimo”. Acto seguido, explicó cómo se encarnó esto en la vida concreta de los tres nuevos santos, terminando con la Madre Bonifacia, utilizando el español.
Según Benedicto XVI, la segunda lectura “puede aplicarse a las virtudes de Santa Bonifacia Rodríguez de Castro”. La fundadora “supo aunar su seguimiento de Jesucristo con el esmerado trabajo cotidiano”, y “así nacen las Siervas de San José, en medio de la humildad y sencillez evangélica”. Ella, “que se consagra con ilusión al apostolado, vive también la experiencia del abandono, del rechazo precisamente de sus discípulas, y en ella aprende una dimensión del seguimiento de Cristo: la cruz”.
El Papa continuó diciendo que “la nueva santa se nos presenta como modelo acabado en el que resuena el trabajo de Dios, un eco que llama a sus hijas, las Siervas de San José, y también a todos nosotros, a acoger su testimonio y la alegría del Espíritu Santo sin temer la contrariedad, anunciando a todos la Buena noticia del Reino de Cristo”.
El pontífice concluyó sus palabras sobre la Madre Bonifacia proponiéndola como intercesora para el mundo laboral: “Nos encomendamos a su intercesión, y encomendamos a Dios a todos los trabajadores, sobre todo a los que desempeñan los trabajos más modestos, para que en medio de su quehacer diario descubran la mano amiga de Dios y den testimonio del amor de Dios, transformando su cansancio en canto de alabanza a Dios”.
Tras la homilía continuó la eucaristía de forma ordinaria, y al término de la misma el Papa dirigió su alocución a los presentes, que ya rompieron la formalidad de la liturgia para responder a los saludos con aplausos y el ondear de banderas. “Saludo muy cordialmente a los peregrinos de lengua española”, y a continuación, “saludo en particular a las Siervas de San José, que tienen el gran gozo de ver reconocida por la Iglesia universal la santidad de su fundadora”, deseando su intercesión y terminando con un “¡muchas gracias!”.
La celebración concluyó con el rezo del Ángelus, tras el cual los zamoranos volvieron a reunirse a la salida de la Plaza de San Pedro, para dirigirse a la comida de confraternización organizada para continuar con la fiesta por la canonización de la Madre Bonifacia.
Álbum fotográfico de la Misa de canonización:
https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/CanonizacionMadreBonifaciaMisa
Vídeo de la ceremonia:
http://player.rv.va/vaticanplayer.asp?language=it&tic=VA_GMMQWAM5
Homilía de Benedicto XVI:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2011/index_sp.htm
sábado, 22 de octubre de 2011
Una vigilia de oración preparó la canonización de la Madre Bonifacia
Más de mil fieles se reunieron esta tarde en la iglesia de San Ignacio, en Roma, para la ceremonia de acogida y vigilia de oración que tuvo lugar como preparación para la canonización de la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro.
Roma, 22/10/11. Después de su llegada a Roma ayer, viernes 21, los integrantes de la Diócesis de Zamora que participarán en la canonización de la beata Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José (SSJ), han tenido tiempo para visitar algunas de las basílicas mayores de la ciudad, además de otros monumentos emblemáticos.
El primero de los actos conmemorativos fue, a primera hora de la tarde de hoy, la acogida de los peregrinos y Vigilia de oración como preparación para la Misa de canonización. Se celebró en la céntrica iglesia jesuítica de San Ignacio de Loyola, y fue cuidadosamente preparada y realizada por las SSJ. La iglesia se llenó con más de un millar de fieles, y estuvieron presentes los obispos de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y de Salamanca, Carlos López.
La Diócesis de Zamora y las SSJ estuvieron representadas por la comitiva de los zamoranos que se unió por primera vez, ya que está repartida en varios grupos de peregrinos de toda España. En la celebración, además del obispo, estuvieron presentes su secretario particular, Esteban Vicente; el delegado episcopal para la canonización, Juan Luis Martín; el delegado de Medios de Comunicación Social, Luis Santamaría; y los párrocos de la capital Jesús Campos y Plácido Isidro.
Los momentos previos al inicio de la vigilia fueron de saludos y reencuentros, ya que había muchas religiosas que hacía tiempo que no se veían, incluso años. Muchas SSJ que habían estado en Zamora y que tienen actualmente otros destinos se acercaron a saludar a los zamoranos. Y también hubo ocasión de saludar al que fuera secretario particular del obispo zamorano fallecido Eduardo Poveda, el sacerdote valenciano Ramón Fita.
Tras una monición de entrada, hubo una ofrenda de flores, una vela encendida y un recipiente con tierra traída de Zamora y Salamanca ante un cuadro de la Madre Bonifacia. A continuación, durante un rato fueron pasando, país por país, representantes de todos los lugares del mundo adonde ha llegado la obra de la fundadora, por este orden: Congo, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Perú, Filipinas, Papúa-Nueva Guinea, Vietnam, España e Italia. De cada nación se ofrecía una pequeña bandera, una vela encendida y un recipiente con tierra del país, mientras se escuchaba una pieza musical representativa y se proyectaban fotografías.
El siguiente momento introductorio fue el turno de saludos, que comenzó con un representante de los Laicos Josefinos, el movimiento seglar asociado a las SSJ, y que destacó a Bonifacia como referente de espiritualidad laical. La segunda en intervenir fue la superiora de las Hijas de San José, congregación hermana de la que está presente en Zamora, y que afirmó: “hoy la Iglesia reconoce en Bonifacia la testigo fiel de Jesús, que entregó su vida en aparente fracaso, que sólo puede vivir una persona realmente enamorada”. Por su parte, la coordinadora general de las SSJ, la filipina Lillian Ocenar, señaló que “hoy, el taller de Bonifacia se convierte para nosotros en lugar sagrado”.
Después se interpretó el canto “Así era Bonifacia”, y la vigilia se distribuyó en tres momentos. El primero, titulado “He visto al que me ve”, tuvo lugar mientras se proyectaba la imagen de Agar, esclava de Abrahán que le dio descendencia. Una meditación dialogada destacó después cómo “muchas mujeres necesitan espacios de liberación en donde encontrarse con su propia verdad y su propia palabra. Muchas mujeres claman, desde todos los desiertos del mundo, una mirada y una palabra que las recupere de la postración”.
Frente a esta situación, se destacó a continuación la figura de la Madre Bonifacia, como respuesta: “ella se hizo eco de la mirada compasiva de Dios y se comprometió con un proyecto cargado de utopía, diciendo sí a crear en su pequeño taller un espacio de dignificación y liberación para la mujer trabajadora pobre”. Un canto y una plegaria realizada por toda la asamblea concluyó este primer momento de la vigilia.
La segunda parte del encuentro, titulada “He visto al Señor y me ha dicho esto”, partió de la imagen de María Magdalena, y tras la lectura bíblica se comentó que “como Magdalena, estamos llamados a ser fuente de esperanza e impulso para otros”. Siguiendo el mismo esquema del momento anterior, se presentó a Bonifacia como “paradigma de Nazaret y arcoíris para la historia de todo hombre y mujer que quiera hacer de lo cotidiano su compromiso”.
En el tercer momento de la vigilia, como no podía ser de otra manera, la protagonista fue la Virgen María, que “nos invita a descubrir que el poder de Dios no está en el número ni su imperio en los guerreros, que es el Dios de los humildes, socorredor de los pequeños, protector de los débiles, defensor de los desanimados, salvador de los desesperados”.
Peregrinación
Un hecho importante de la peregrinación es que están presentes, junto con los zamoranos, 13 Hijas de San José, representantes de la otra congregación femenina que fundó el jesuita Francisco Butinyá en la provincia de Gerona tras haber fundado con la Madre Bonifacia las SSJ. En uno de los autobuses de la comitiva zamorana viaja la superiora de esta institución religiosa, la hermana Benita de la Cuerda, que fue la que intervino con un saludo al comienzo de la celebración vespertina.
Tras la oración, los peregrinos zamoranos volvieron a realizar algunas visitas en la ciudad eterna, para regresar después al hotel, ya que el día siguiente traerá consigo madrugar para poder acudir pronto a la Plaza de San Pedro, para el momento más esperado: la Misa en la que Benedicto XVI incluirá a Bonifacia Rodríguez de Castro en el catálogo de los santos.
Álbum fotográfico del viernes 21 (viaje de Zamora a Roma y primeras visitas):
https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/CanonizacionMadreBonifaciaViernes21
Álbum fotográfico del sábado 22 (con la vigilia):
https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/CanonizacionMadreBonifaciaSabado22
Palabras de bienvenida de la coordinadora general de las SSJ en la vigilia:
https://skydrive.live.com/?cid=3ff07972faa26064&permissionsChanged=1&id=3FF07972FAA26064%21216#