viernes, 27 de enero de 2012

Raúl Berzosa: “evangelizar es mostrar el arte de vivir”


El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, ha acudido a Zamora para participar en las X Jornadas Diocesanas, que finalizan hoy en la ciudad, dedicadas a la nueva evangelización. El prelado civitatense ha mostrado las líneas fundamentales de este reto pastoral de la Iglesia en el mundo actual.

Zamora, 27/01/12. El tercer día de las X Jornadas Diocesanas de Zamora, dedicadas este año a la nueva evangelización, ha contado con la presencia de Raúl Berzosa Martínez, obispo de Ciudad Rodrigo, que ha pronunciado la conferencia “Rasgos de la nueva evangelización”. Tras la oración inicial, que como todos los días estuvo a cargo del vicario de pastoral, Fernando Toribio, el ponente fue presentado por el vicario de asuntos económicos y sociales, Eustaquio Martínez.

Raúl Berzosa es doctor en Teología por la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), y tiene estudios de Derecho Canónico, Derecho Internacional y Diplomático, Antropología Teológica y Sociología, y Periodismo, realizados todos ellos en Roma. Fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II en 1982, y tras desempeñar diversos cargos pastorales en su Diócesis de Burgos fue nombrado obispo auxiliar de Oviedo en 2005. Posteriormente, fue nombrado obispo de Ciudad Rodrigo en 2010. Ha colaborado habitualmente con los medios de comunicación, y es autor de numerosos libros y artículos.

¿Qué es la nueva evangelización?

El obispo de Ciudad Rodrigo comenzó afirmando que “la nueva evangelización no es otra cosa que el Concilio Vaticano II actualizado”. Según monseñor Berzosa, “estamos en una sociedad post-cristiana, con restos de cristianos, mezclas de cristianismo y paganismo, y nuevas espiritualidades”.

Benedicto XVI ha llamado “a volver al espíritu misionero de la Iglesia primitiva, a estar desde dentro en la cultura de hoy, y a afianzar lo que estamos haciendo, descubriendo nuevas pastorales que nos metan de lleno allí donde ahora no estamos”. Y habló de “tres perchas fundamentales que quedan en el armario de la nueva evangelización: nuevos procesos de iniciación cristiana, patio de los gentiles y emergencia educativa”, algo que desarrolló al final de su intervención.

A continuación, el prelado definió la nueva evangelización según el pensamiento del pontífice actual. Señaló que se trata de “hacia afuera, mostrar a la gente el arte de vivir, y hacia adentro, estar atentos a lo que dice el Espíritu a la Iglesia”. También hizo un repaso de la historia del término “nueva evangelización”, remontándose a Pío XII. Según Pablo VI, la Iglesia evangeliza cuando hace todo lo que tiene que hacer. Y fue Juan Pablo II cuando empezó a hablar sistemáticamente en 1979 de este concepto, precisamente en Hispanoamérica, aunque luego se extendió a la Iglesia universal.

El cardenal Joseph Ratzinger pronunció una conferencia en 2001, en un Congreso de catequistas y profesores de religión en Roma. El obispo civitatense resumió su aportación: “evangelizar es un arte, evangelizar quiere decir mostrar el arte de vivir: llevar a Cristo, que es el camino y la felicidad. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Este arte no es objeto de ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene vida, quien es ‘Evangelio en persona’, es decir, los testigos: personas y comunidades”.

El método

Según monseñor Berzosa, “la Iglesia nunca ha dejado de evangelizar”, ya que “cada día celebra y administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, y se compromete a favor de la justicia y la caridad. Y esa evangelización produce frutos: da luz y alegría, da el sentido de la vida a muchas personas”. Sin embargo, se está dando en nuestra sociedad “un progresivo sentido de descristianización y de pérdida de los valores humanos esenciales”. Por eso, “además de la evangelización ordinaria e ininterrumpida, necesitamos una nueva evangelización para quienes no tienen acceso a la evangelización clásica y ordinaria. Todos necesitan el Evangelio y hay que buscar nuevos caminos para llevar el evangelio a todos”.

El obispo de Ciudad Rodrigo aclaró que “no se trata de rechazar la forma anterior de evangelizar, ni de hacer un acercamiento apologético a los no creyentes, sino de utilizar el método pastoral de asumir, purificar y elevar la labor de la Iglesia, como hace el Papa”. Claro que “existe una tentación: la de la impaciencia, la de buscar los grandes números. Nueva evangelización no quiere decir atraer inmediatamente con nuevos y más refinados métodos a las grandes masas que se han alejado de la Iglesia”. En nuestra situación actual, “es preciso actuar de nuevo valientemente con la humildad del grano de mostaza dejando que Dios decida cuándo y cómo crecerá”.

En cuanto al método y a la finalidad de la nueva evangelización el ponente señaló que “no buscamos, como las empresas humanas, que se nos escuche a nosotros. No pretendemos aumentar el poder y la extensión de nuestras instituciones: queremos servir al bien de las personas dando a Aquel que es la Vida. Evangelizar no es tanto una forma de hablar como una forma de vivir; vivir escuchando al Padre, en el Hijo, por el Espíritu”. Más aún, “nosotros no podemos ‘ganar’ a los hombres: debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos son ineficaces si no se fundamentan en la oración. La palabra debe ir unida a la oración”, sin olvidar tampoco que “el camino de Jesucristo fue el de la cruz”.

Contenidos de la nueva evangelización

Monseñor Berzosa resumió después los contenidos de la nueva evangelización, el primero de los cuales es la conversión, “dejar mis criterios y mi forma de vida, para que entre Dios en ella y me la cambie. Es buscar un nuevo estilo de vida”. El segundo elemento fundamental es la centralidad del Reino de Dios, que “es Dios mismo. Dios existe. Dios vive. Dios actúa y está presente en el mundo. Dios no es alguien lejano, ni el gran arquitecto”, porque “el verdadero problema de nuestro tiempo es la crisis de Dios, la ausencia de Dios, camuflada por una religiosidad vacía. Tenemos que volver a hablar de Dios y con Dios”.

El prelado civitatense también afirmó que “anunciar a Dios es también enseñar a rezar”, y por ello “necesitamos escuelas de oración”. Reconoció que “muchas veces nuestra forma de celebrar es demasiado racionalista, banal o llena de nuestras palabras. La liturgia tiene que ser enseñanza. También la moda del esoterismo (New Age) o de técnicas orientales demuestra que nuestra liturgia deja mucho que desear. En nuestro mundo, tenemos necesidad del silencio y del misterio, y de la belleza, por encima del individuo. La liturgia no es invención del sacerdote. El celebrante no es el centro”.

Un tercer contenido fundamental de la nueva evangelización, según Raúl Berzosa, es preservar a Jesucristo de “la tentación de convertirlo sólo en personaje histórico, en hombre sin más”. Frente a esto, el Cristo de la fe “no es un mito, sino alguien muy real”. El anuncio salvador de Jesucristo “no es una interpretación burguesa o anecdótica, ni siquiera revolucionaria o heroica de un rebelde: pertenece al misterio divino y es la expresión de un amor hasta el final”.

Y un cuarto elemento de la nueva evangelización es anunciar la vida eterna, ya que “el anuncio del Reino implica que Dios actúa y está presente pero, además, seremos juzgados, que no podemos hacer lo que queramos. Esto vale para los poderosos y para los pobres. Dios hace justicia y sólo Él puede hacerla a fin de cuentas”. Como explicó el ponente, “creer en la vida eterna tiene consecuencias muy reales para nuestra vida terrestre. Si la medida de nuestra vida es la eternidad, esta vida terrestre será grande y de valor inmenso”.

Aplicación diocesana concreta

En el fondo, afirmó monseñor Berzosa, “es una nueva antropología, vista desde Dios, y así la nueva evangelización hará posible la civilización del amor y de la vida”. Para concluir su conferencia, respondió a la siguiente cuestión: “¿Qué se nos pide en nuestras Iglesias diocesanas como acentos propios de la nueva evangelización para llegar adonde no llegamos con nuestra pastoral ordinaria?”. Y retomó su imagen de las tres perchas: procesos nuevos de iniciación, el atrio de los gentiles y la emergencia educativa.

Sobre el primer anuncio señaló la necesidad de: misión ad gentes, ecumenismo y diálogo interreligioso, inserción en el mundo del trabajo y sus nuevas y dramáticas realidades (como el paro), detectar y atender las viejas y nuevas pobrezas, inserción en la sociedad civil (militantes cristianos), presencia pública del cristianismo a través de personas e instituciones (cristianos de mediación y entidades de presencia), y cuidar el mundo de las peregrinaciones.

En cuanto a la emergencia educativa, destacó: gran atención a los niños y jóvenes, acompañamiento a las familias jóvenes, evangelizar desde, en y por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, unos procesos de iniciación cristiana serios y completos, con la creación de espacios de oración, y evangelizar con el arte y la cultura.

Para finalizar, se refirió al patio de los gentiles, “el lugar donde los creyentes y no creyentes se reunían, en el Templo de Jerusalén, para hablar sobre la vida”. Para ello hay que promover espacios de acogida y diálogo con los hombres de nuestro tiempo, también en el campo de la ciencia, e incidir en la pastoral de la Universidad, en el mundo de la enseñanza, la cultura y el arte.

Álbum fotográfico de la conferencia:

Ya están disponibles los audios de las Jornadas en:

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