sábado, 16 de julio de 2011

El obispo publica una carta pastoral ante la próxima canonización de la Madre Bonifacia


El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, acaba de publicar una carta pastoral con motivo de la próxima canonización de la Madre Bonifacia, fundadora de las Siervas de San José. En ella invita a conocer su vida y su carisma, la propone como ejemplo de acción social de la Iglesia e invita a participar en la ceremonia de canonización.

Zamora, 16/07/11. El próximo 23 de octubre Benedicto XVI presidirá en la Plaza de San Pedro del Vaticano la eucaristía en la que será canonizada la madre Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José, y cuyo proceso de beatificación y canonización ha sido realizado en la Diócesis de Zamora.

Con este importante motivo, el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, acaba de publicar una carta pastoral titulada Bonifacia: Evangelio según Nazaret. Editada por las Benedictinas de Zamora (editorial Monte Casino), consta de 55 páginas, y en ella pretende “ayudarnos a conocer mejor la persona, vocación y carisma de nuestra santa”, en palabras de Juan Luis Martín Barrios, vicario general.

Bonifacia, creyente y fundadora

En la introducción, monseñor Martínez Sacristán recuerda cómo en sus primeros pasos en la Diócesis de Zamora “fui conociendo los rasgos más distintivos de la vida y la obra de esta religiosa, a través de su proyecto y prolongación más destacados: la congregación de las Siervas de San José. La cual, desde su llegada a nuestra Diócesis, con la venida de su fundadora, es el reflejo de lo que Bonifacia quiso y logró hacer presente con su vida entregándose por entero a Dios”.

El fin de la carta pastoral, según el prelado, es “alentar a toda nuestra Iglesia Diocesana de Zamora a acoger, celebrar y vivir con autenticidad y entusiasmo este acontecimiento tan extraordinario de la canonización de Madre Bonifacia”, y también “una motivación para que nos decidamos a acudir personalmente en peregrinación a Roma para participar en la celebración de su canonización”.

Distribuida en cuatro capítulos, dedica el primero a desentrañar el origen y desarrollo de su vocación religiosa; el segundo abarca el itinerario de su vida como consagrada y fundadora de las Siervas de San José; en el tercero destaca los rasgos fundamentales de su experiencia creyente; y en el cuarto resume el carisma que la santa inició, vivió y aportó a la Iglesia.

En la conclusión de la carta pastoral, el obispo de Zamora relata el proceso de beatificación y canonización de la Madre Bonifacia, que culminará el próximo 23 de octubre en Roma, “lo cual nos impulsa a prepararnos con decisión y entusiasmo a este gran acontecimiento eclesial que nos ayudará a percibir la actualidad y el valor de su vida”.

De hecho, según Gregorio Martínez Sacristán, con esta canonización la Iglesia católica “proclama de modo auténtico y perdurable que esta mujer religiosa y trabajadora está participando plenamente de la gloria de Dios en el Reino de los Cielos”. Algo que debe llevar a los creyentes a descubrir “el buen hacer de Dios sobre cada hombre y mujer”, ya que eso significa el nombre de Bonifacia, “buen hacer”.

La canonización, en un momento de crisis y desempleo

Destaca también la importancia del trabajo humano, y por eso la canonización “remite a la vocación de todo hombre y mujer al trabajo”, y también “se nos invita a asimilar la aportación que Bonifacia ofrece a la Iglesia: hermanar el trabajo y la oración, y también entregarse por el bien integral de los trabajadores, de modo especial, por las mujeres jóvenes que lo necesitan”.

Esto tiene unas consecuencias prácticas en la acción cotidiana de la Iglesia en el mundo, y así “la ‘santa’ artesana Bonifacia nos alienta a afianzar el compromiso de la Iglesia por extender el Evangelio en el mundo del trabajo, así como por la promoción de una vivencia del trabajo que dignifique a la persona; y también, por ayudar a que la experiencia de los trabajadores les posibilite encontrar a Dios en sus acciones y ejercitarlas como un servicio a la sociedad, viviéndolo en justicia y caridad”.

El obispo de Zamora no olvida la crisis global que está sufriendo nuestra sociedad, y por ello señala que “celebrar su canonización en este contexto actual de precariedad y privación de trabajo para muchas personas, e incluso para familias enteras, nos implica, también a los cristianos, a favorecer y promover las condiciones y las iniciativas que generen un mayor acceso y logren la permanencia de todos, hombres y mujeres, en la vida laboral”.

Monseñor Martínez Sacristán concluye su carta pastoral recomendando el conocimiento de la vida de la Madre Bonifacia y la imitación de su ejemplo, y propone que se conozca a través de la catequesis y de la formación cristiana, además de recordar que “trabajar con Bonifacia nos implica a que acrecentemos y ejercitemos, siguiendo su ejemplar caridad, los gestos de amor servicial, sobre todo con los más débiles, olvidados y marginados de nuestra sociedad”.

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