Zamora, 11/11/09. El pasado 1 de octubre se reunió en Madrid la CCXIV Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, y entre otras cosas aprobaron un documento que expresa el sentir de los obispos del país en el 50 aniversario de la organización católica Manos Unidas, dando gracias a Dios “por estos años de esforzada labor, en los que esta organización eclesial ha sido un signo vivo y profético de su amor a las personas con cualquier clase de necesidad”.
Dicho documento, encabezado con la frase de Jesús que se recoge en el evangelio de Mateo “Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber…”, fue presentado públicamente el pasado 6 de noviembre en Madrid, con la presencia del obispo auxiliar de Madrid y Secretario General de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino; el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y obispo consiliario de Manos Unidas, Juan José Omella, y la presidenta nacional de Manos Unidas, Myriam García Abrisqueta.
Como recuerda este documento episcopal, ya ha transcurrido medio siglo desde que las Mujeres de Acción Católica Española promovieran en 1959 la I Campaña contra el hambre. En 1956 respondieron al llamamiento de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas para remediar las tres hambres que afligen el mundo: “hambre de pan, hambre de cultura y hambre de Dios”, proponiendo un día de ayuno voluntario en el primer viernes de cada Cuaresma. Lo consideraron no sólo como un gesto de solidaridad con los necesitados, sino también como un gesto para experimentar en la propia persona las penalidades de los hambrientos. A esto le siguió la colecta anual pensada para ayudar a financiar proyectos concretos de desarrollo en el Tercer Mundo que se ha incrementado progresivamente año tras año.
La reacción en Zamora
En la delegación de Manos Unidas en Zamora, situada en la planta principal de la Casa de la Iglesia (Seminario San Atilano), esta buena noticia no ha sido motivo de celebración especial ni de una pausa en su labor, pues este grupo de mujeres trabajadoras sabe que todavía queda mucho por hacer: todavía más de 850 millones de personas sufren malnutrición y padecen hambre en todo el mundo.
Según informa la delegada de Manos Unidas en Zamora, Pilar Pilo, “el voluntariado de Manos Unidas de Zamora agradece a la Conferencia Episcopal Española su mensaje de felicitación, agradecimiento y estímulo con motivo de la celebración de nuestro 50 aniversario”. Porque, como ella misma indica, “Manos Unidas lleva 50 años haciendo suyas estas palabras del Evangelio, en su lucha contra ‘las hambres’ de muchos millones de personas en los países más pobres del mundo”.
En esta Campaña nº 50 Manos Unidas de Zamora lleva financiados ya 6 Proyectos de Desarrollo en los siguientes países: Perú, India, Haití, Méjico, Togo y Mauritania. Proyectos en los que ha invertido ya un importe de 228.588 euros, gracias a las generosas aportaciones de los socios y colaboradores zamoranos.
Algunos extractos del documento
El mensaje de los obispos comienza afirmando que “la Conferencia Episcopal Española quiere enviar un mensaje de felicitación, agradecimiento y estímulo a los numerosos asociados y colaboradores que, inspirados por su conciencia cristiana, están comprometidos generosamente en la lucha contra el hambre en el mundo”.
Mirando al pasado, la Conferencia Episcopal señala que “durante estos cincuenta años, Manos Unidas ha trabajado para erradicar la miseria, la nutrición deficiente, la enfermedad y el atraso cultural en los países del Tercer Mundo, y para identificar y eliminar sus causas estructurales; ha denunciado en la sociedad española el problema del hambre y las penurias del subdesarrollo y ha reunido fondos para financiar proyectos”.
Esto ha tenido una acogida inmediata entre los católicos, pues “sus campañas contra el hambre se insertan con naturalidad en la práctica de la Iglesia por lo que la activa participación de Manos Unidas en el apostolado social de la Iglesia es digna de todo aplauso y gratitud”.
Los pastores de la Iglesia también recuerdan a la organización que “no puede descuidar su acción misionera: ha de evangelizar promocionando y promocionar evangelizando, buscando el desarrollo integral del hombre y no sólo satisfacer sus necesidades materiales”. E indica a sus miembros, voluntarios y colaboradores una serie de inspiraciones que llevaron a la fundación de Manos Unidas: “la apertura al otro, el interés por las personas, la fina sensibilidad ante el sufrimiento, la acogida y el don gratuito”.
* Puede descargarse el documento completo de los obispos en esta dirección.
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