El próximo 15 de septiembre comenzarán en Toro, donde las Hermanas del Amor de Dios tienen su Casa Fundacional, los actos conmemorativos del Bicentenario del nacimiento de su fundador, Jerónimo Usera. Esta congregación religiosa tiene sus orígenes en las tierras zamoranas, donde el Padre Usera fue monje y párroco, y de las que procede una gran parte de sus miembros.
Toro, 11/09/09. La Congregación de las Hermanas del Amor de Dios, fundada en 1864 en Toro, ha escogido esta localidad zamorana, donde tiene su Casa Fundacional, para iniciar de forma solemne los actos conmemorativos del Bicentenario del nacimiento de su fundador, el Padre Jerónimo Usera, reconocido por la Iglesia como “Venerable”. Con el lema “Nació para hacer el bien”, el Bicentenario se prolongará hasta el 15 de septiembre de 2010, cuando se cumplirán los 200 años del nacimiento del Padre Usera.
El próximo martes 15 de septiembre se inaugurará el Bicentenario con una eucaristía presidida por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, en la Casa Fundacional (Toro) a las 17 horas. En esta celebración participarán religiosas y seglares de todas las comunidades y obras del Amor de Dios de España y Portugal, así como algunas hermanas misioneras en África y América que se encuentran en la Península en visita a sus familias. Además, la Congregación prevé la asistencia de autoridades locales, provinciales y autonómicas.
Será, según la organización, una fiesta sencilla pero cálida, dando inicio a las diversas actividades que tendrán lugar en los 19 países por donde la Congregación del Amor de Dios está hoy extendida, “profundizando en la vida y obra del Padre Usera como hombre abierto a Dios y a las necesidades de los hermanos, dando juntos gracias al Señor por el don que él fue y es para la Iglesia y aprendiendo de él a comprometernos con fidelidad a favor de los hermanos más necesitados”.
La Congregación ha optado por tener la apertura oficial en Toro, como memoria agradecida a la Diócesis de Zamora y al pueblo de Toro por todo el apoyo que el Padre Usera recibió allí para llevar adelante la obra que en la Iglesia hoy da continuidad al carisma fundacional que él recibió del Espíritu Santo: la Congregación de las Hermanas del Amor de Dios.
La hermana Margarida Martins da Silva, superiora general de la congregación, ha escrito en su carta de convocatoria a estos actos: “la familia Amor de Dios celebramos el bicentenario de su nacimiento desde el gozo y la gratitud. Hemos sido atraídos por su vida y asumimos el compromiso de trabajar como él por el crecimiento espiritual y humano de nuestro mundo, especialmente en favor de los más desfavorecidos”.
A lo largo de todo este año se sucederán diversos actos para celebrar este Bicentenario, en los que nuestra geografía jugará un papel importante, debido a la vinculación de esta Congregación con Zamora. Además de la fundación de las Hermanas del Amor de Dios, que tuvo lugar en Toro, otros momentos decisivos de la vida de Jerónimo Usera se desarrollaron en la provincia de Zamora, en tierras pertenecientes a la Diócesis de Astorga.
Biografía del Padre Usera. Su relación con Zamora
El 15 de septiembre de 1810 nació en Madrid Mariano Usera y Alarcón, en una familia culta y creyente. En 1824 lo vemos en el monasterio cisterciense de Oseira (provincia de Orense), donde recibió el hábito blanco con el nuevo nombre de Jerónimo, iniciando el período del noviciado. Después de su profesión religiosa, que tuvo lugar en 1825, pasó por varias casas de formación de la Orden del Císter hasta que recaló en San Martín de Castañeda (Zamora), que era entonces el centro superior de estudios de la Congregación de Castilla, donde se enviaba a los monjes “más sobresalientes en ciencia”.
Ordenado diácono en Madrid en 1833, y sacerdote en Uclés en 1834, volvió al monasterio de San Martín de Castañeda, desde donde salía los domingos a celebrar la eucaristía en los pueblos cercanos al Lago de Sanabria. En 1835 fue nombrado párroco de Pedrazales. El decreto desamortizador de Mendizábal de ese mismo año obligó a los cistercienses a dejar la que había sido su casa desde el siglo XII, y el Padre Usera siguió su tarea pastoral en Pedrazales, un pueblo que entonces contaba con 50 habitantes, y de ahí pasó después a Pedralba de la Pradería, parroquia a la que se unían los anejos de Paradas y Rihonor de Castila.
Cinco años después, en 1840, Usera volvió a Madrid. Allí ejerció la docencia de Griego en la Universidad, e ingresó en la Academia de Ciencias Eclesiásticas y en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. En 1845 embarcó en una expedición a la colonia africana de Fernando Poo, donde fue misionero muy poco tiempo debido a la enfermedad. En 1848 se incorporó al Cabildo de la Catedral Metropolitana de Santiago de Cuba, donde fue después gobernador eclesiástico, y donde recibió más tarde al nuevo arzobispo, el santo español Antonio María Claret, fundador de los misioneros claretianos.
Doctorado en Teología en Madrid, en 1853 fue nombrado deán de Puerto Rico, donde permaneció 10 años y fundó una obra de enseñanza para los niños sin escolarizar. De vuelta en España, fue dando forma a su proyecto de “establecer un Instituto que dé maestras piadosas e instruidas para educar a las niñas pobres de nuestras posesiones de Ultramar”. Como estaba en contacto con el obispo Bernardo Conde y Corral, cuando éste pasó de Plasencia a Zamora en 1863, puso a disposición del Padre Usera el viejo Palacio del Obispo, que la mitra poseía en Toro.
Usera reformó el antiguo edificio, y solicitó la autorización del Ayuntamiento de Toro para fundar “un colegio dirigido por maestras religiosas en número bastante y que se encuentre al nivel de los mejores de España, y aun del extranjero, para la educación de las niñas, así pobres como pudientes”. En unos momentos en los que más del 90% de la población femenina española era analfabeta, el Padre Usera apostó por la formación de la mujer, llevando en 1864 las once primeras hermanas maestras. El 26 de abril de ese año el obispo de Zamora aprobó los Estatutos del Instituto de Hermanas del Amor de Dios, y al día siguiente tomaron el hábito las primeras religiosas de la congregación ante el obispo, acompañado de diversas autoridades.
Ese 27 de abril de 1864, día de la fundación del Amor de Dios, las hermanas salieron en procesión desde el monasterio de las Mercedarias –donde habían celebrado su toma de hábito– hasta la que iba a ser su casa, y al día siguiente los toresanos se agolparon para ver en la Colegiata a “sus hermanas de hábito azul”. El 16 de octubre de ese año, Jerónimo Usera recibió en nombre del obispo los votos religiosos de las once primeras hermanas.
Tuvo que regresar a Cuba, donde fue nombrado deán de la Catedral de La Habana, cargo del que tomó posesión en 1865. Allí llevó adelante diversos proyectos de educación para los pobres, y fue muy crítico con la esclavitud de los negros, siendo fiel a lo que él mismo había escrito antes: “hace tiempo que me he consagrado por entero a defender los derechos de la raza negra, a la que amo en Jesucristo, que es el mejor y más desinteresado amor”. En este tiempo no desatendió la comunidad por él fundada, puesto que visitó Toro en varias ocasiones.
En 1867, ocho hermanas de Toro abrieron el segundo colegio de la congregación, en Cádiz, un lugar más apropiado, por el clima, para la preparación de las religiosas para su futura tarea en Cuba. En 1871 el Padre Usera recibió en La Habana a las primeras hermanas del Amor de Dios que pisaban el continente americano. Ya anciano, todavía fundó la Sociedad Protectora de los Niños de la Isla de Cuba, y la Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras. En sus últimos días, fue capellán del Asilo de Mendigos de la Misericordia de la capital cubana.
Falleció en La Habana el 17 de mayo de 1891. La prensa de la época recogió testimonios sobre el Padre Usera, como éste que pudo leerse en el Diario de la Marina: “Ha muerto pobre, muy pobre, porque nunca llamó a sus puertas una necesidad que no fuera al instante socorrida”, o lo que afirmaba El Diario Español: “Era el Sr. Usera persona muy apreciada por su carácter bondadoso, caridad inagotable y sólida ciencia”.
El 27 de abril de 1981 se inició en Toro el Proceso de la Causa de Beatificación del Padre Usera. El 28 de junio de 1999, el papa Juan Pablo II promulgó el Decreto sobre la heroicidad de virtudes del Venerable Padre Usera.
Actualmente, las Hermanas del Amor de Dios están presentes en Europa (Alemania, España, Francia, Italia y Portugal), América (Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana), África (Angola, Cabo Verde y Mozambique) y Asia (Filipinas). Junto a la congregación, ha surgido el Movimiento Seglar “Amor de Dios”.