La Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE) celebra esta semana las Bodas de Oro de su existencia en Zamora. Diversos actos religiosos y culturales conmemorarán esta efeméride, con la presencia de miembros de esta asociación de fieles procedentes de toda España.
Zamora, 13/12/09. Corría el año 1959 cuando un grupo de mujeres zamoranas iniciaron las andanzas en esta ciudad de la Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE). En este año 2009, por lo tanto, se cumplen 50 años de la presencia en Zamora de esta asociación de fieles.
Con motivo de esta efeméride se han programado diversos actos para esta semana, que están abiertos a todo el público. Comenzarán el próximo miércoles 14 de octubre con el rezo de Vísperas, Eucaristía y exposición del Santísimo, que tendrán lugar en la iglesia de San Andrés a las 19 horas.
El viernes 16 habrá una conferencia, a cargo de Susana Fernández Guisasola, presidenta nacional de ANFE, en el salón de actos de la Casa de la Iglesia (Seminario San Atilano), a las 19,30 horas. La jornada concluirá con una vigilia conmemorativa presidida por el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, que tendrá lugar en la iglesia de San Andrés a las 22,30 horas.
Además, se hará coincidir con estos eventos la celebración del Pleno de Presidentas de ANFE, lo que significará la presencia en Zamora estos días de los representantes de la asociación procedentes de una treintena de ciudades españolas. Acudirán unas 45 personas. En la conferencia y la vigilia del viernes 16 participarán también las miembros de ANFE en otras localidades de nuestra provincia, donde se encuentra implantada: Fuentesaúco, Villarrín de Campos, Pajares de la Lampreana y Manganeses de la Lampreana.
Semblanza biográfica de ANFE en Zamora
En 1958, Eduardo Martínez González, que era entonces el obispo de Zamora, convocó un Congreso Eucarístico Diocesano. Entre los ponentes acudió la presidenta de ANFE en Salamanca, cuyas palabras movieron a algunas personas a hacer algo parecido en Zamora. De hecho, al año siguiente, el obispo encargó a María Teresa Pastor organizar la Adoración Nocturna Femenina en la ciudad.
El primer grupo de ANFE lo formaron 33 mujeres que querían ser adoradoras nocturnas, y 10 miembros honorarias, bajo la presidencia de María Teresa Pastor, y con la dirección espiritual del sacerdote Santiago Oliveros.
Tras su constitución oficial, se celebró la primera vigilia extraordinaria solemne en la noche del 18 al 19 de marzo en la Capilla de las Siervas de San José en la calle de la Reina, imponiendo entonces el obispo la insignia de adoradoras a 33 miembros activas, las fundadoras de ANFE en Zamora. A este acto asistieron 9 miembros de la Sección de Benavente (que ya existía entonces, y pertenecía a la Diócesis de Oviedo), que regaló a la de Zamora un cirio para que luciese en todas las vigilias con el emblema de la Adoración y la siguiente inscripción: “De la Adoración Nocturna de Benavente a la de Zamora”. También asistió una representación de la Adoración Nocturna Masculina de Zamora.
La actividad de ANFE quedó centrada en torno al Centro de Acción Católica de la capital. En aquel entonces, las vigilias comenzaban a las 11 de la noche y se prolongaban hasta las 6 de la mañana. El 21 de junio de 1959 el obispo bendijo la bandera de la Adoración Nocturna, que juraron las adoradoras.
De las miembros fundadoras continúan en la actualidad, 50 años después, las siguientes adoradoras activas: María Teresa Pastor, Manolita Ballesteros, Rafaela Gandarillas, María Chapado y Esperanza Rodríguez.
La Adoración Nocturna es una asociación cristiana de fieles, presente en toda la geografía española y en muchos otros lugares del mundo, que se dedica especialmente a la oración ante el Santísimo Sacramento durante la noche. Según explican las integrantes de ANFE en su página web, “nos encontramos una noche al mes; juntas profundizamos en el misterio eucarístico y su derivación en nuestras vidas y en la vida del mundo. Nos unimos voluntariamente al canto de alabanza de la creación, sintiéndose responsables de que Dios sea adorado ininterrumpidamente. Nos sentimos solidarias con el mundo representando a la comunidad de los hombres. Partimos de la celebración de la Eucaristía que, por medio de la comunión del Cuerpo y la Sangre del Señor, transforma al grupo reunido en comunidad de fe y amor. Prolongamos nuestra oración, turnándonos durante las horas de la noche, al ejemplo de Jesús que se retiraba a orar antes de emprender su acción apostólica”.
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