JOSÉ ALBERTO SUTIL
Tim Burton y Johnny Depp se han unido de nuevo para ofrecernos una deliciosa adaptación cinematográfica de esa fábula con mucha miga llamada «Alicia a través del Espejo». Aparte del mundo de fantasía y del derroche de imaginación, nos encontramos ante una historia con vocación de no deja indiferente al espectador. Y es una historia de vocación y con vocación, porque en el fondo pone a la protagonista, Alicia, y en ella al espectador, frente a la decisión de su vida, porque hay cosas que solo uno puede decidir. Hay dos opciones: o bien quedarse cómodamente encerrado en uno mismo mientras los demás sufren, o bien tomar partido aunque eso suponga caminar a ciegas hacia lo desconocido...
A veces los cuentos transmiten más verdad que un ensayo filosófico de muchas páginas. Por eso, ante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud el próximo año en Madrid, quizás no nos venga mal dejar que Alicia nos oriente sobre cómo «hacer» pastoral juvenil. Y pongo «hacer» entre comillas, porque ante todo se trata de dejar que el Señor «haga» a través de nosotros.
Alicia vuelve al país de las maravillas como por accidente, porque ve un conejo blanco con chaleco y reloj y no para hasta encontrarlo. ¿También nosotros somos capaces de interpretar los signos de los tiempos, de tomarnos en serio la urgencia de evangelizar el mundo juvenil? A lo largo de toda la película, Alicia se enfrenta a esa decisión de tomar partido y, al final, decide en consecuencia, y haciéndolo llega a ser la «verdadera» Alicia, forja su identidad. ¿Estamos también nosotros dispuestos a hacer opciones al respecto, individual y comunitariamente? En el país de las maravillas hay un lenguaje distinto, que a Alicia se le hace raro, pero, sin perder su propia identidad, acaba aprendiendo y hablando dicho lenguaje. ¿Estamos también nosotros haciendo el esfuerzo de escuchar el lenguaje juvenil -que, por definición, nos tiene que sonar extraño, iconoclasta, inconformista- para así intentar casarlo con el lenguaje del evangelio? Quizás no sea por casualidad que el «director espiritual» de Alicia en la película es un gusano de seda que muere para transformarse en una preciosa mariposa monarca de color azul eléctrico (¿resonancias de la resurrección?).
En un determinado momento de la película, Alicia llega a decir: «¡es imposible!». Y el sombrerero loco le responde: «solo si piensas que lo es». Alicia nos enseña que solo será imposible «hacer» pastoral juvenil si realmente pensamos que lo es. Si quieres unirte a Alicia y a todos nosotros para «hacer» pastoral juvenil, te esperamos el próximo sábado día 15, a las 23.30 horas, en la capilla del Colegio «Divina Providencia», junto a la Plaza Mayor. Tendremos una oración joven de noche e invitaremos a que se unan a cuantos jóvenes nos encontremos por el camino. ¿Imposible? Solo si piensas que lo es...
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