jueves, 12 de noviembre de 2009

Zamora celebra al mártir San Alfonso Rodríguez


El próximo 16 de noviembre es la memoria de San Alfonso de Zamora. La Delegación Diocesana de Misiones ha convocado un año más la celebración de la eucaristía en la iglesia de María Auxiliadora el domingo 15 a las 12 horas, para tener después la tradicional ofrenda floral en el Parque de Las Viñas, ante la estatua del santo. Además, el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, acudirá a la ciudad a pronunciar una conferencia el próximo martes 17.

Zamora, 13/11/09. Ante la proximidad del 16 de noviembre la Iglesia diocesana de Zamora se prepara para la celebración de la memoria de San Alfonso Rodríguez, sacerdote jesuita y primer santo mártir zamorano.

Eucaristía y ofrenda floral

Como cada año, la Delegación Diocesana de Misiones, dirigida por el misionero del Verbo Divino Luis Zurrón, es la encargada de coordinar los actos correspondientes. En concreto, el próximo domingo 15 de noviembre, a las 12 horas, se celebrará en la iglesia parroquial de María Auxiliadora una eucaristía misionera en honor al santo. A continuación tendrá lugar la ya tradicional ofrenda floral ante la estatua del santo en el parque de Las Viñas.

A dicha ofrenda han sido invitadas las autoridades civiles y religiosas. Se espera la afluencia de numerosos zamoranos. La Delegación de misiones invita a todas las parroquias, comunidades y movimientos a unirse a la celebración de la memoria de nuestro santo.

Conferencia

Los actos continuarán con una conferencia del arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González, que es el director nacional de las Obras Nacionales Pontificias. El martes 17 hablará sobre la actualidad de las misiones en la Iglesia, a las 20,15 horas en el salón de actos de Caja Duero en la Calle Santa Clara, dentro de las actividades culturales promovidas por el Club La Opinión-El Correo de Zamora.

Actualidad de San Alfonso Rodríguez

En esta celebración, según palabras de Luis Zurrón, recordamos no sólo al santo mártir jesuita, sino también a tantos zamoranos "que han llevado a Zamora muy lejos, hombres sencillos que han hecho grande a Zamora". La memoria de San Alfonso Rodríguez ayuda a que "perviva el recuerdo de este hombre tan importante para la Iglesia, un gran misionero de Zamora, reconocido por la Iglesia universal".

San Alfonso es uno de los exponentes de las Reducciones fundadas por los misioneros europeos como espacio de libertad, cultura y evangelización para los pueblos indígenas de gran parte de Latinoamérica. Precisamente en este año 2009 se celebra el IV Centenario de las Reducciones del Paraguay, que fueron iniciadas precisamente por un jesuita natural de Villalpando, Diego de Torres Bollo, en 1609. Esta localidad ha celebrado el pasado verano algunos actos en memoria de este hijo ilustre.

Este desconocido fenómeno ha sido difundido en nuestros días gracias, entre otros medios, a la película La Misión (The Mission, 1986), dirigida por Roland Joffé e interpretada por Robert de Niro, Jeremy Irons y Liam Neeson; su banda sonora original, compuesta por Ennio Morricone sigue estando entre las listas de los clásicos más vendidos. Una gran producción para una gran obra que fue la de aquellos hombres: buscar nuevos caminos para seguir anunciando el evangelio.

Un zamorano generoso e intrépido

Alfonso Rodríguez Olmedo nació en Zamora el 10 de marzo de 1598, hijo de Gonzalo Rodríguez y María de Olmedo, familia modesta y piadosa. Tras estudiar las primeras letras en su ciudad natal, ingresó en la Compañía de Jesús en 1614, en Salamanca. Tras realizar el noviciado en Villagarcía de Campos (Valladolid) iba a ser enviado a Pamplona, para hacer los estudios de Filosofía, cuando pasó por el noviciado el P. Juan de Viana, procurador de la que era entonces Provincia Jesuítica del Paraguay. Tenía permiso del P. General Mucio Vitelleschi para reclutar sujetos que fuesen a trabajar en las misiones. Su propuesta tuvo acogida en el generoso corazón de Alfonso, quien fue aceptado v embarcó en Lisboa con otros 37 compañeros, el 2 de noviembre de 1616, desembarcando en el puerto de Santa María de los Buenos Aires el 15 de febrero del año siguiente.

Pasó Alfonso al Escolasticado que la Compañía tenía en la ciudad de Córdoba (Argentina), para realizar estudios superiores eclesiásticos. A fines de 1623 o principios de 1624 fue ordenado sacerdote. Concluidos los estudios teológicos, comenzará a evangelizar entre los guacurúes, una de las reducciones más trabajosas, debido a la dificultad del dialecto indígena allí utilizado. En 1627 fue destinado a Encarnación de Itapuá, reducción fundada en 1615 por el P. Roque González. Junto con éste fundaría en 1628 una nueva reducción de Todos los Santos del Caaró. Éste sería su último destino. El 15 de noviembre de 1628, a los treinta años de edad, Alfonso es asesinado brutalmente por algunos de estos mismos indígenas azuzados por un cacique.

El 28 de enero de 1934 los mártires del Caaró e Ijuhí fueron beatificados por Pío XI. Entre ellos se encontraba Alfonso Rodríguez, que sería canonizado en Asunción junto con sus dos compañeros Roque González y Juan del Castillo por Juan Pablo II el 16 de mayo de 1988, durante su visita a Paraguay. De ellos dijo el Papa en la homilía de la misa de canonización, celebrada en el Campo "Ñu Guazu": "Sabiéndose responsables en cuanto a la necesidad de custodiar la dignidad humana en aquel momento de la historia, [...] como testigos del mandamiento nuevo de Jesús, dieron prueba con su muerte de la grandeza de su amor".

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