miércoles, 3 de octubre de 2012

La Residencia de Fermoselle cumple 25 años


Este viernes a las 13 horas el obispo presidirá la eucaristía en la Residencia de Ancianos de Fermoselle para dar gracias por las bodas de plata de este centro de Cáritas Diocesana.

Zamora, 3/10/12. El próximo viernes 5 de octubre, en el marco de la visita pastoral al arciprestazgo de Sayago, el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, presidirá la eucaristía en la Residencia de Ancianos “Conchita Regojo” de Fermoselle a las 13 horas, con motivo del XXV aniversario de este centro de Cáritas Diocesana.

La residencia, inaugurada en octubre de 1987, cuenta desde sus inicios con la presencia de una comunidad religiosa: las Misioneras de la Inmaculada Concepción, que ahora son 5. Actualmente residen allí 129 mayores, distribuidos en los dos edificios que forman el complejo asistencial, y el equipo de trabajadores asciende a más de 50 personas, incluyendo personal sanitario, gerocultores, cocina, mantenimiento y limpieza. La capellanía la lleva el párroco de Fermoselle, Isaac Prieto.

La importancia de un cuidado integral

El director de la residencia, Rubén Valle, explica que “las residencias de Cáritas son obra social, no tienen ánimo de lucro”. Y aunque ésta es una diferencia, no es la más importante: “las residencias de Cáritas y las dirigidas por instituciones religiosas cuidan el factor humano, la dimensión espiritual y el trato cercano y familiar que proporciona a los mayores, una estancia cálida, cercana y familiar, en la que se presta una atención integral e individualizada”.

La población mayor necesita estar activa, señala Valle, “muy atendida en sus interminables horas de ocio y desocupación. Les embarga el sentimiento de que no sirven para nada y ya no son necesarios, y a veces ellos mismos se ven como cargas para los suyos. En ocasiones padecen sufrimientos y dolores físicos que les deprimen  y postran, convirtiendo su vida en un lamento continuo”. Por ello, considera que “el seguimiento psicológico por profesionales se hace cada vez más necesario”.

¿Y mirando al futuro? El director, nombrado recientemente para este puesto, lo tiene claro: “nuestro pensar en meta de futuro es que a pesar del incremento de personas de edad avanzada, con deterioro físico y mental, sigamos teniendo ánimo para acompañarlos y dignificar su vida, dando testimonio de que los que vivimos con ellos, recibimos mucho más de lo que damos”.
                               
Reseña histórica

En 1986, Mª Celi Jiménez, superiora provincial de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, se puso en contacto con el entonces obispo de Zamora, Eduardo Poveda Rodríguez, comunicándole la disponibilidad de hermanas para atender residencias de mayores y la pastoral rural en la Diócesis. Él las derivó a Domingo Dacosta y Benito Peláez, director de Cáritas y vicario, respectivamente. Ellos les ofrecieron hacerse cargo de la Residencia de Fermoselle, y la congregación aceptó esta misión para colaborar en la solución de un problema tan acuciante como era la atención a los ancianos del medio rural.
  
El edificio no había sido construido para residencia, así que en mayo de 1987 comenzaron las visitas para ver qué adaptaciones eran necesarias para un mejor servicio a los mayores. La limpieza y acomodación de las dependencias se realizó con personas voluntarias de Fermoselle y un grupo de jóvenes del colegio que las religiosas tenían en Zaragoza.

El 14 de septiembre de 1987 ingresaron los primeros 25 ancianos y el 29 de octubre del mismo año se hizo la inauguración oficial, a la que asistieron, además del obispo, el párroco y Antonio Regojo y su esposa Ester, el presidente de la Junta de Castilla y León y otras autoridades provinciales. Fue todo un acontecimiento en Fermoselle, al que acudió todo el pueblo, además de varios autobuses desplazados desde Zamora capital y provincia.

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