viernes, 12 de marzo de 2010

La Diócesis de Zamora realiza su campaña anual por la vida


La Diócesis de Zamora participa en estos días de la campaña realizada a nivel nacional por la Conferencia Episcopal Española con motivo de la Jornada por la Vida, que se celebra todos los años el 25 de marzo. Con el lema “¡Es mi vida!... Está en tus manos”, se han repartido por todas las parroquias de la Diócesis más de 100 carteles y 35.000 dípticos informativos.

Zamora, 12/03/10. El pasado 9 de marzo se presentaron en Madrid los materiales de la Jornada por la Vida del año 2010. Con este motivo, la Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha una campaña de comunicación en favor del derecho a la vida de los que van a nacer.

Con el lema: “¡Es mi vida!... Está en tus manos”, tiene como objetivos principales seguir dando voz a los que van a nacer para defender su derecho a la vida y ofrecer apoyo real a las mujeres gestantes que se encuentran en dificultades. Desde el 15 al 30 de marzo, se podrán ver los anuncios en 1.300 vallas publicitarias de 37 ciudades españolas. Además, ya se han comenzado a distribuir en las diócesis un total de 6 millones de dípticos informativos y se han enviado 30.000 carteles a las parroquias y centros católicos de todo el país.

En Zamora, la Delegación Diocesana para la Familia y Defensa de la Vida ha comenzado esta misma semana a distribuir los más de 100 carteles y 35.000 dípticos informativos que corresponden a nuestra Diócesis. Según el responsable de la Delegación, Florencio Gago, “desde la Iglesia pedimos que se proteja la maternidad, que las mujeres no pierdan su trabajo a causa del embarazo”.

Cuando se observan prácticas que marginan a la mujer por el hecho de quedarse embarazada, y con la ausencia de ayudas concretas para la maternidad, Gago explica que “los empresarios deben valorar el sentido de la responsabilidad que conlleva el formar una familia. Tener hijos no debe ser un obstáculo para la mujer trabajadora, sino al contrario, un punto más a su favor. Ser madre supone una gran responsabilidad, algo que tiene que ser valorado y reconocido”.

La Iglesia no sólo defiende esto teóricamente, sino que tiene sus consecuencias prácticas. “En España hay más de cien centros o asociaciones de la Iglesia católica que ofrecen ayuda concreta a las mujeres embarazadas con problemas o a las que ya han tenido a su hijo, como los Centros de Orientación Familiar diocesanos. El Centro de Orientación Familiar de Zamora lleva diez años sirviendo a las familias zamoranas, también en este sentido”, señala Florencio Gago, que es también director del COF de Zamora.

En continuidad con la campaña realizada el año pasado “¿Y yo?... ¡Protege mi vida!” (los famosos carteles del bebé y el lince), los carteles de 2010 muestran la vida humana en sus primeros estadios. De este modo, se subraya la presencia en el vientre materno de un nuevo ser humano cuyo derecho a la vida debe ser reconocido y tutelado. Un bebé, en esta ocasión sostenido sobre las manos entrelazadas del padre y de la madre, vuelve a tomar la palabra y exclama: “¡Es mi vida!... Está en tus manos”.

La nueva ley del aborto, como han señalado los obispos, además de un serio retroceso en la protección legal de la vida de los que van a nacer, supone “un mayor abandono de las madres gestantes”. Por eso, la Campaña ofrece un sitio web donde se puede encontrar abundante información sobre instituciones de ayuda para acoger las nuevas vidas humanas en toda España.

En su mensaje para la Jornada por la Vida del próximo 25 de marzo, los obispos que forman parte de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida señalan que “la responsabilidad que está en las manos de todos, y no solo de los padres, de asegurar el derecho primero y más fundamental que es el del ser humano concebido. En esta responsabilidad compartida, la Iglesia siente la necesidad de ayudar y acompañar a los padres que experimentan angustia ante la noticia de un embarazo”.

Por eso llaman a los católicos “a transmitir una clara esperanza a los padres con dificultades para que sepan que no están solos y que en la Iglesia siempre encontrarán un hogar que les acoge”. E implican a toda la comunidad eclesial en este empeño: “las madres requieren un hogar que les acompañe en el amor y les ayude para recibir el don más precioso y sagrado: la vida de sus hijos. Y este hogar lo pueden encontrar en la Iglesia”.

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