jueves, 27 de diciembre de 2012

Más de 120 belenes, expuestos en el Seminario


El Seminario San Atilano acoge, hasta el próximo 7 de enero, una exposición de los más de 120 belenes presentados por los alumnos de la clase de Religión de Primaria de diversos centros públicos y concertados de la Diócesis de Zamora.

Zamora, 27/12/12. Desde el pasado lunes 24 de diciembre, el claustro principal del Seminario San Atilano está ocupado por más de 120 belenes realizados por alumnos de la asignatura de Religión en los centros de enseñanza públicos y concertados del territorio diocesano. La exposición está abierta de lunes a viernes en horario comercial a lo largo de todo el período de vacaciones escolares.

La muestra recoge las obras que han presentado los alumnos dentro de la segunda edición del Certamen Diocesano de Belenes, organizado por el Seminario en colaboración con la Delegación Diocesana de Enseñanza. Están elaborados con materiales variados, y hay tanto obras individuales como grupales.

Está previsto que durante el mes de enero tenga lugar el fallo del jurado y se entreguen los premios a los escolares ganadores, en sus tres categorías: 1º y 2º de Primaria, 3º y 4º de Primaria, y 5º y 6º de Primaria.

martes, 18 de diciembre de 2012

Un responsable de Cáritas de Etiopía visita Zamora


El jueves 20 estará en Zamora, invitado por Cáritas Diocesana de Zamora, el responsable de Cáritas de Meki (Etiopía), Abba Temesgen, para explicar las acciones que se llevan a cabo en su país gracias a la cooperación internacional de Cáritas.

Zamora, 18/12/12. El próximo jueves 20 de diciembre visitará Zamora el sacerdote etíope Abba Temesgen, secretario general de Cáritas Diocesana de Meki (Etiopía), para impartir una conferencia titulada “Etiopía, seguridad alimentaria tras la sequía en el cuerno de África”. Será en el salón de actos del Seminario San Atilano a las 20 horas.

El Vicariato Apostólico de Meki, al que pertenece Temesgen, está situado a 135 kilómetros de la capital del país, Addis Abeba. Este territorio cuenta con seis millones y medio de habitantes, de los que 23.000 son católicos, y está regido por el obispo Abraham Desta. Cáritas Diocesana de Meki atiende de media a un millón y medio de personas al año, y trabaja en las áreas de educación, salud, seguridad alimentaria, agua y saneamiento y emergencias.

Se trata de zonas rurales que, a pesar de beneficiarse de lluvias regulares, sufre inseguridad alimentaria. Los hogares dependen económicamente de la agricultura y ganadería a pequeña escala y sufren variaciones climáticas, dificultad de acceso a los mercados para vender los productos, dificultad de acceder a semillas de calidad, además de bajo acceso al agua potable, salud, etc.

Cáritas y la cooperación internacional

Con esta actividad, Cáritas Diocesana de Zamora quiere presentar al público su Programa de Cooperación Internacional, bastante desconocido, ya que en estos momentos de crisis, como aseguran sus responsables, “desde Cáritas Diocesana de Zamora no podemos cerrar los ojos ante los hermanos que viven en lugares más desfavorecidos y queremos sumarnos al trabajo de cooperación internacional e implicarnos en un proceso en el que se concrete el amor cristiano y su dimensión universal”.

Entre los objetivos de este Programa se encuentran sensibilizar a la población en general y a la comunidad cristiana en particular de la situación Norte-Sur, aportando una conciencia crítica, animar a las comunidades parroquiales en el desarrollo de la universalidad de la caridad y promover corresponsabilidad en la gestión de los fondos informando a los donantes del uso de los mismos y de los objetivos alcanzados.

Además, pretende coordinarse en su propio territorio con otros agentes sociales activos en el ámbito de la cooperación internacional, ser cauce de la solidaridad en las situaciones de emergencia, acercarse a las situaciones de los pueblos del Sur promoviendo proyectos concretos de colaboración y desarrollo en los países empobrecidos, y denunciar proféticamente las causas de la pobreza y la exclusión que provocan y perpetúan el empobrecimiento de los pueblos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Fallece Tomás Barrigón, párroco emérito de Moraleja de Sayago

Hoy ha fallecido en Zamora a los 86 años Tomás Barrigón, párroco emérito de Moraleja de Sayago. En esta zona desempeñó su servicio activo como sacerdote diocesano de Zamora.

Zamora, 5/12/12. Esta mañana ha fallecido en el Hogar “Reina de la Paz” de Zamora, donde residía, el sacerdote diocesano Tomás Barrigón Esteban, párroco emérito de Moraleja de Sayago, a los 86 años de edad y 60 de ministerio. Su cadáver se vela en la capilla del centro asistencial, donde se celebrará la Misa de funeral mañana, jueves 6, a las 11 de la mañana.

Tomás Barrigón nació en Santa Eufemia del Barco en 1926, y fue ordenado presbítero en 1952. Desde entonces, todo su recorrido sacerdotal estuvo vinculado al arciprestazgo de Sayago. Su primer encargo pastoral fueron las parroquias de Argusino y Salce, y después la de Villar del Buey. Tras el Concurso General de 1956 tomó posesión de Moraleja de Sayago en 1957 como párroco.

En 1982 fue nombrado cura encargado de Alfaraz de Sayago y Viñuela de Sayago, y en 1986 pasó a ser párroco de ambas localidades, a las que se añadió Santarén. En 2001 pasó a la condición de emérito, colaborando con alguna parroquia de Zamora capital.

Descanse en paz. Descanse en Dios.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El obispo realiza nombramientos en Sayago


El obispo de Zamora acaba de hacer públicos varios nombramientos parroquiales en el arciprestazgo de Sayago, que afectan a seis sacerdotes.

Zamora, 2/12/12. El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, acaba de hacer una remodelación pastoral en el arciprestazgo de Sayago, con la jubilación de uno de sus sacerdotes, Rufino de Castro Barrios, y la incorporación a la zona de Emilio-José Justo Domínguez, recién llegado de sus estudios de Teología en Alemania. Estos cambios tienen lugar tras su visita pastoral a este arciprestazgo, que comenzó el pasado mes de marzo. Los nombramientos son los siguientes:

Miguel Bártulo Cortés, salesiano (Villardiegua de la Ribera, 1955), se hace cargo a partir de ahora de Abelón, y continúa con las parroquias que tiene en la actualidad: Gamones, Moral de Sayago, Moralina, Torregamones, Villadepera y Villardiegua de la Ribera.

Francisco-Javier Fresno Campos (Valladolid, 1959) es nombrado párroco de Almeida y cura encargado de Carbellino, Escuadro, Piñuel, Roelos, Salce, Torrefrades y Villamor de Cadozos.

Emilio-José Justo Domínguez (Bretó, 1977) es el nuevo párroco de Peñausende y cura encargado de Alfaraz de Sayago, Figueruela de Sayago, Fresno de Sayago, Mayalde, Mogátar-Maniles, Moraleja de Sayago y Viñuela de Sayago

David Villalón Villalón (Aquisgrán, 1981) es ahora párroco de Bermillo de Sayago y cura encargado de Fadón, Fresnadillo, Gáname, Luelmo, Monumenta, Pasariegos y Villamor de la Ladre.

Javier Fresno y David Villalón, al recibir estos nombramientos, cesan en las otras parroquias cuya atención pastoral compartían hasta este momento, al igual que Ángel Martínez Crespo, párroco de Pereruela, que cesa como cura encargado de Mogátar-Maniles, manteniendo el resto de sus responsabilidades parroquiales.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La Iglesia diocesana contribuye a crear una sociedad mejor


El domingo 18 de noviembre se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, para concienciar a los fieles católicos, y a todos los que aprecian la acción eclesial, de la necesidad de colaborar económicamente con la Iglesia. Con este motivo la Diócesis difunde unos materiales con una carta del obispo y las cuentas del año 2011.

Zamora, 15/11/12. El próximo domingo 18 de noviembre la Diócesis de Zamora celebra el Día de la Iglesia Diocesana, con el lema “La Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor”, al que se añade una invitación directa: “Ayuda a tu parroquia, ganamos todos”.

Desde hace varios años se viene señalando el tercer domingo de noviembre como el momento para hacer hincapié en la realidad local de la Iglesia católica, llamando al compromiso y la colaboración de los fieles. Con este motivo, se hará una colecta especial en las parroquias y demás comunidades cristianas, para colaborar con las necesidades de la Diócesis de Zamora.

Obispo: repercusión positiva en Zamora

Durante estos días se están repartiendo en las parroquias de toda la Diócesis unos folletos que contienen una carta del obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, en los que recuerda que “celebrar el Día de la Iglesia Diocesana nos ayuda a reconocer, en primer lugar, que la fe la recibimos de la Iglesia”. Además, señala que “sólo integrados en la vida de la comunidad cristiana podemos alimentar, cultivar, acrecentar y celebrar la fe en el Señor Jesús, y con nuestra participación en ella ayudamos a que la fe de los otros creyentes se vaya consolidando”.

El obispo explica en su misiva que la Diócesis vive una “triple dinámica de acoger, vivir y transmitir la fe, para lo cual requiere de la participación generosa y responsable de cuantos la integramos; por eso todos los católicos zamoranos nos debemos sentir implicados en el crecimiento y la extensión de la vida de nuestra Iglesia”. Además, se hace eco del lema de la jornada reconociendo que la labor de la Iglesia en Zamora “repercute positivamente en bien nuestro y de muchos de nuestros vecinos”.

Esto tiene una concreción para el prelado: “celebrar el Día de la Iglesia Diocesana constituye una llamada para que los católicos nos esforcemos, a pesar de las difíciles circunstancias del presente, en ayudar con nuestra persona y también con nuestros bienes a nuestra parroquia”. De esta manera, “ayudando a nuestra comunidad parroquial estaremos apoyando eficazmente al conjunto de nuestra Diócesis, para que prosiga contribuyendo a renovar la vida social”. Porque, en definitiva, “la fe en el Señor Jesús genera un hombre y una sociedad mejores”.

Datos numéricos y económicos

En los mismos materiales difundidos estos días en las parroquias zamoranas se detallan algunos datos actuales de la Diócesis, que tiene 303 parroquias, y un total de 187 sacerdotes, incluyendo los jubilados y los que se encuentran en países de misión. Se destacan también las labores de catequesis, la atención a los necesitados sobre todo a través de Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales, la ayuda internacional prestada por Manos Unidas, la tarea de la enseñanza de miles de niños y jóvenes y la vida contemplativa de los monasterios.

Además, el folleto incluye el balance de ingresos y gastos de la Diócesis de Zamora en el año 2011. En el capítulo de ingresos están, por un lado, los correspondientes a las cuentas diocesanas, que incluyen las aportaciones de los fieles a través de colectas y suscripciones (68.590,65 €), la asignación tributaria (procedente del Fondo Común Interdiocesano: 2.114.025 €), los ingresos del patrimonio y otras actividades (315.999,93 €) y otros ingresos corrientes (353.091,77 €); y, por otro lado, los ingresos en las cuentas parroquiales (1.925.867,44 €), lo que hace un total de 4.777.575,16 €.

En cuanto a los gastos del año 2011, se resumen en los apartados de acciones pastorales y asistenciales (incluyendo la ayuda a la Iglesia universal: 223.091,61 €), la retribución del clero (926.967,37 €), la retribución del personal seglar (223.600,42 €) y la conservación de edificios y gastos de funcionamiento (707.458,53 €). Por otra parte, los gastos en las cuentas parroquiales fueron de 1.767.804,96 €, y la capacidad de financiación es de 928.652,27 €. En total, unos gastos que ascienden a 4.777.575,16 €.

El folleto incluye un formulario para que cualquier persona pueda realizar una domiciliación bancaria para colaborar periódicamente con la Diócesis de Zamora en general o con alguna parroquia en particular, ya que, como se afirma en los materiales, “la colaboración periódica, con una cuota familiar o personal, abonada a través de domiciliación bancaria, es el mejor sistema para contribuir al sostenimiento económico de la Iglesia”.

Para más información: www.portantos.es

jueves, 1 de noviembre de 2012

La incineración de los cadáveres ante el hecho cristiano de la muerte


Nos acercamos a la celebración del Día de los difuntos, que nos recuerda, a los cristianos, nuestra condición de seres finitos y caducos, llamados a desaparecer, pero, a su vez, alentados por la fe en la resurrección al final de los tiempos. La fe cristiana nos dice que la muerte no es el final del camino. El hombre vive y muere para Dios. Nos sentimos en las manos de Dios, tanto en el vivir como en el momento de la muerte. Es Dios quien actúa en nosotros y a través nuestro, y quiere que busquemos el bien, en el cumplimiento de la voluntad del Padre.

La realidad de la muerte es un hecho biológico, que, para el cristiano, tiene su significado en el contexto de la Muerte y Resurrección de Jesús. Con la muerte, el hombre pasa a participar de otra realidad, en la creencia en la resurrección de Jesús. Jesús nos anticipa el camino, y nos pide fe en el proyecto de un futuro prometedor después de la muerte. De ahí, el sentido cristiano de la muerte, más allá de cualquier valoración de ésta como una realidad meramente natural. El cristiano no puede quedarse en la apreciación de la muerte como un hecho meramente biológico: nacemos, crecemos y morimos. Esta realidad, que humanamente es así, tiene para los cristianos una exigencia de fe en el más allá de la muerte.

Por otro lado, es cierto que también los cristianos arrinconamos, en muchos casos, la realidad de la muerte, o la concebimos sin el horizonte de la resurrección; y eso nos lleva a desdibujar el momento final. La Iglesia nos dice que la Pascua definitiva del cristiano es la que, a través de la muerte, hace entrar al creyente en la vida del Reino. Rezamos en el Credo: “Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”. Y, en este contexto, hay que valorar el respeto que se merece nuestro cuerpo en el momento de la muerte.

La Iglesia cuida de la sepultura digna y cristiana de los difuntos, y pide que se honren sus cuerpos después de la muerte. La forma tradicional de realizar las exequias en Occidente ha sido la inhumación, porque es signo de esperanza en la resurrección futura. Aunque, por diversos motivos, la Iglesia ha aceptado también la cremación. Para muchos, el problema que se suscita es: ¿qué hacer con las cenizas fruto de la incineración del cadáver? El respeto cristiano por el cuerpo ha de llevarnos, desde el recuerdo agradecido del difunto, a depositarlas en el campo santo, lugar sagrado, donde reposan los cuerpos de los finados. No es de alabar el que las mismas se coloquen en cualquier lugar, se tengan como objeto de veneración o se las eche al viento. La presencia, de otra forma, del difunto ha de ser desde la oración y no desde el sentimentalismo o la nostalgia de su presencia física antes de la muerte.

El fin del hombre es gozar de la presencia de Dios. Se nos pide a los cristianos que hagamos posible que los despojos humanos, fruto de la muerte, tengan el respeto que se merecen, más allá de emotividades y sentimentalismos, y que tengamos en cuenta que, sin prohibir la cremación, la Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; y que cadáver o cenizas se depositen en los cementerios, dormitorios donde descansan los fieles en espera de la resurrección y lugares de oración por ellos.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice en el nº 1683: “La Iglesia ofrece el Padre, en Cristo, al Hijo de su gracia, y deposita en la tierra, con esperanza, el germen del cuerpo que resucitará en la gloria (cf. 1 Co 15, 42-44)”.

José-Francisco Matías Sampedro
Vicario General de la Diócesis de Zamora

miércoles, 31 de octubre de 2012

Centro de Escucha “San Camilo”: aprender a vivir sin la persona querida


La próxima semana comienza el nuevo curso de actividades el Centro de Escucha “San Camilo”, un servicio gratuito de la Diócesis de Zamora para ayudar a personas que están viviendo el duelo por la muerte de algún ser querido.

Zamora, 31/10/12. El próximo miércoles 5 de noviembre retomará su actividad, con una convocatoria a las 19 horas en el Seminario San Atilano, el Centro de Escucha “San Camilo”, un servicio que ofrece la Diócesis de Zamora a través de la Delegación para la Familia y Defensa de la Vida, y que se coordina mediante el Centro de Orientación Familiar.

Esta realidad diocesana surgió de la mano del Centro de Escucha San Camilo de Madrid, en el Centro Humanización de la Salud, con José Carlos Bermejo como director, en octubre de 2008, a raíz de la inquietud que surgió en el sacerdote y director del Centro Florencio Gago Rodríguez en el acompañamiento a personas en duelo que realizó en pueblos de Aliste y Alba y durante su estancia en Perú.

En el Centro de Escucha se ofrece atención individual, familiar y grupal a personas con dificultades para afrontar el fallecimiento de algún ser querido, es decir, para realizar el duro trabajo que conlleva el duelo. “No se trata de olvidar ni quitar el dolor, sino de aprender a vivir sin esa persona querida, aprender a vivir con mayor paz ese dolor, y que así el sufrimiento desgarrador se convierta poco a poco en una tristeza con la que se pueda continuar viviendo”, explican desde el Centro.

Para ello, añaden, “se necesita tiempo, pero no sólo eso, sino también un gran esfuerzo personal, por eso el duelo no es una tarea fácil, ya que tenemos que poner mucho de nuestra parte cuando menos fuerzas tenemos. Igual que aprendemos a vivir, también tenemos que aprender a morir, y eso mismo nos ayudará a vivir con mayor plenitud”.

En la actividad del Centro de Escucha “San Camilo” de Zamora destaca la atención grupal, pues “ningún lazo une tan estrechamente dos corazones humanos como la compañía en el dolor”. En los grupos de ayuda mutua en el duelo, la persona podrá encontrar, en un ambiente de respeto y confidencialidad, la comprensión por personas que están pasando por situaciones similares, el apoyo y la motivación para retomar las riendas de su vida, la orientación por un profesional especializado en el tema, la sensibilidad y el respeto necesarios para que pueda liberar sus sentimientos y así enfrentarse a ellos y a sus consecuencias, etc.

Para participar en estos grupos, es necesario haber tenido previamente una entrevista con la psicóloga del Centro. Los grupos se realizan con una frecuencia quincenal y tienen una duración aproximada de una hora y media. En ellos se van trabajando diversos aspectos del duelo: los sentimientos más comunes como son la rabia, la culpa, la tristeza..., la adaptación a la vida diaria y a los nuevos roles o papeles, el cuidado de uno mismo, etc.

Tanto la atención individual, como la familiar o la grupal, se realiza de forma gratuita a nivel económico, ya que el esfuerzo personal es la moneda de cambio para poder disfrutar de este servicio. El Centro también dispone de un valioso grupo de voluntarios, que realizan acompañamientos a personas que no se puedan desplazar o que solicitan un tipo de atención más personalizado.

Va dirigido a personas de todas las edades: niños, adolescentes, jóvenes, personas adultas y mayores (los grupos se realizarán según las características y circunstancias de las personas que los compongan). Se respeta cualquier tipo de creencia, ideología, sistema de valores e incluso tipo de relación con Dios (“ya que en el duelo muchas veces Dios sirve para que descarguemos toda la rabia que tenemos por el fallecimiento de nuestro ser querido, y si estamos enfadados con Él, también hay que respetar ese tipo de relación”).

Para poder concertar una cita es necesario dejar un mensaje en el contestador del Centro de Orientación Familiar (980 511 065) o en el correo electrónico cofzamora@hotmail.com, diciendo nombre y teléfono, y lo antes posible sus responsables se ponen en contacto con la persona que lo haya solicitado.

Este curso el Centro de Escucha “San Camilo” de Zamora estrena logo (corazón y oreja-escucha unidos) y folletos y carteles de publicidad (dos manos, de diferentes edades, que se apoyan). Según José Carlos Bermejo, “la escucha contiene un inmenso poder terapéutico. La experiencia permite constatar que el encuentro en la verdad, la escucha serena y personalizada, son uno de los mejores fármacos para aliviar el sufrimiento”.

El Centro de Escucha también realiza formación y seguimiento permanente a los voluntarios del Centro, charlas de sensibilización en institutos, colegios y población en general sobre cómo afrontar de forma saludable el duelo, y cursos de formación a profesionales y voluntarios de otras instituciones relacionadas con la atención en los últimos días de la vida.