lunes, 22 de abril de 2013

El obispo inauguró la visita pastoral a El Pan bajo la mirada de la Virgen del Templo


Zamora, 22/04/13. Ayer, domingo del Buen Pastor, el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, inauguró la visita pastoral al arciprestazgo de El Pan con una eucaristía que presidió en la ermita de la Virgen del Templo, en la localidad de Pajares de la Lampreana, un enclave mariano muy significativo en la comarca. 

El prelado fue recibido a su llegada por representantes de la parroquia de Pajares y por las mayordomas de la Virgen del Templo junto con su párroco, que es también el arcipreste de El Pan, Santiago Alonso. En la eucaristía concelebraron los párrocos del arciprestazgo y otros sacerdotes naturales de la zona, tanto diocesanos como religiosos.

En la celebración participaron fieles de varias parroquias y de todas las edades, además de contar con la presencia de las Hijas de Cristo Rey, comunidad religiosa que reside en Aspariegos y colabora en la acción pastoral del arciprestazgo. Antes de la homilía del obispo, el arcipreste lo presentó y agradeció su visita, que constituye para los cristianos de estos pueblos “una ilusión y una esperanza”. Porque, señaló, “caminamos todos detrás de un mismo pastor, que es Cristo”.

En sus palabras a los fieles, monseñor Martínez Sacristán manifestó su deseo de visitar uno a uno todos los pueblos del arciprestazgo: “la visita pastoral consiste en el encuentro directo del obispo, pastor de esta Iglesia local, con todos los cristianos esparcidos por estos pueblos, para conoceros, escucharos, rezar con vosotros, predicaros la Palabra de Dios, visitar vuestros enfermos y las situaciones de debilidad y sufrimiento”.

Saludó de forma especial a los niños y jóvenes presentes en la eucaristía, a los que preguntó su procedencia, y manifestó su interés por encontrarse “con los escasos jóvenes que hay en estos pueblos”. Además, enmarcó la visita pastoral en el Año de la Fe, con el deseo de “que sirva para expresar con orgullo y satisfacción nuestra fe, la fe de la Iglesia en la que hemos sido bautizados, una fe vivida con gozo y entusiasmo, no para dejarla en la cuneta de la vida, sino para vivirla y transmitirla a las generaciones jóvenes”.

Según D. Gregorio, “a través de la visita pastoral queremos que se edifique la Iglesia en el contacto con el obispo”, y llamó a “expresar la comunión, sin la cual no puede haber Iglesia de Cristo”. También recordó a los sacerdotes del arciprestazgo que tienen que ser “pastores con olor a oveja, como ha dicho el Papa Francisco”, y les dijo a los fieles presentes que “tienen que estar con vosotros, como uno más, con una presencia como la de Jesucristo, que se hizo uno de tantos y entregó la vida hasta morir”.

Invitó a rezar por el éxito y los buenos frutos de la visita pastoral, y a fijarse en María, la Madre del Señor, ante cuya imagen, en su advocación de la Virgen del Templo, se celebró la eucaristía. “Que le pidamos para que este recorrido del obispo por esta tierra sea a imagen de Jesucristo. Que ella nos guíe y nos lleve de la mano en el camino de la vida”. Al finalizar la Misa, y antes de que se entonara el himno a la Virgen del Templo, hizo una petición a los asistentes: “deseo que con esta visita pastoral surja una vocación sacerdotal, que algún chico de estos pueblos entre en nuestro Seminario”.

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