domingo, 5 de febrero de 2012

Apuesta inteligente


ÁNGEL CARRETERO MARTÍN

Cualquier padre o madre de familia que se precie se desvivirá siempre por ofrecer lo mejor a sus hijos en todas las dimensiones de la vida. Si esos padres, además, tratan de ejercer su responsabilidad desde la inspiración cristiana les procurarán también una educación en los valores fundamentales del Evangelio; y no sólo en el hogar sino también fuera del ámbito familiar. En este sentido nuestra Diócesis cuenta con una docena de colegios de enseñanza que están prestando un gran servicio a miles de alumnos zamoranos desde distintos carismas de la vida religiosa. No olvido tampoco la labor, más callada pero no menos valiosa, de tantos profesores de religión católica en la enseñanza pública. A ello hay que sumar igualmente la aportación de otros muchos profesores cristianos «anónimos» a los que no sería difícil delatar por su calidad humana, buen hacer y, llegado el caso, valiente testimonio explícito. Desde aquí mi sincera enhorabuena por la labor docente en todos esos centros concertados católicos y públicos.

Pero hoy me gustaría tener en particular consideración al centro educativo más antiguo de la provincia, con más de doscientos años a sus espaldas: el Seminario Diocesano «San Atilano». Un centro académico privado y gratuito donde se cursa la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Un espacio académico libre de la «guerra» por los números y las líneas en cada curso escolar. De hecho cualquier otra empresa civil lo hubiera cerrado hace años a juzgar por sus treinta y cinco alumnos a día de hoy y el fuerte déficit económico que ha sufrido desde siempre. Pero como esta «empresa» tiene bastante más de divino que de humano ahí continúa cada día con sus grandes puertas abiertas de par en par, en el centro de la ciudad y como corazón de esta Iglesia de Zamora. El joven y competente equipo directivo y la cariñosa entrega del profesorado son el mejor botón de muestra para todos aquellos padres que barajan la posibilidad de regalar a sus hijos un segundo hogar. Aquí se garantiza la ayuda que se les presta para madurar como personas, no sólo intelectualmente, sino también como cristianos, aprendiendo a afinar el oído a la voz de Dios en medio de tantos ruidos.

Poco importa que hoy «lo cristiano» no esté de moda si uno está convencido de que la autenticidad y la libertad nunca han estado sujetas a «lo políticamente correcto» del momento. Hoy más que nunca no nos la podemos jugar con la educación de los hijos. La calidad y calidez de una enseñanza personalizada, la convivencia solidaria, el sentido crítico, el esfuerzo, la responsabilidad y la amplia oferta de actividades (para padres e hijos de dentro y fuera del Seminario) es, a todas luces, la apuesta más inteligente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario