Esta mañana han comenzado las Jornadas Diocesanas 2010, dedicadas a la familia, y que ha inaugurado el obispo, Gregorio Martínez Sacristán. En su conferencia sobre las dificultades en el matrimonio y sus posibles soluciones, la orientadora familiar Franca Tonini expuso el magisterio católico sobre la familia, los desafíos a los que está expuesta, y la ayuda que brinda la Iglesia a través de los Centros de Orientación Familiar.
Zamora, 26/01/10. El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, ha inaugurado esta mañana las Jornadas Diocesanas, dedicadas este año al tema de la familia. En el acto inicial, dedicado principalmente a la formación del clero –ya que las conferencias de la tarde están dirigidas al público en general–, el prelado dio la bienvenida a los asistentes.
En su intervención, Gregorio Martínez Sacristán subrayó la importancia de estas jornadas, “orientadas a uno de los objetivos básicos de la pastoral de la Iglesia en estos momentos: el matrimonio y la familia. Todos sabéis las dificultades por las que pasan hoy estas dos instituciones”.
Florencio Gago, Delegado Diocesano para la Familia y Defensa de la Vida, y responsable de la organización de las Jornadas Diocesanas 2010, fue el encargado de hacer la presentación. En ella declaró que “aquí estamos, dispuestos a aportar nuestro granito de arena a esta gran empresa personal, social y eclesial a la que llamamos familia”.
Para el responsable del área de familia en la Diócesis, “estas jornadas quieren ser propuesta, invitación al diálogo con todos los hombres de buena voluntad con los que caminamos y que buscan al igual que nosotros respuestas a tantos interrogantes que nos plantea la vida”. Al presentar a la ponente, señaló que a la familia “tal vez la amamos mucho pero la cuidamos poco, tal vez nos sintamos acomplejados a la hora de defenderla frente a otros proyectos familiares que pretenden negar la identidad de la familia en su concepción cristiana”.
Florencio Gago añadió, para introducir el tema de la conferencia, que “la familia, nacida del matrimonio heterosexual y monógamo que se presenta como célula básica de la sociedad, pese al bien que ofrece, encuentra serias dificultades en la realización de sus funciones. El matrimonio en que ésta se basa, pasa hoy por una serie de dificultades, auténticas cordilleras que tiene que sortear, montaña tras montaña, hasta llegar a la cima con éxito”.
Los desafíos que afronta la familia
La experta de la Universidad Pontificia de Salamanca, Franca Tonini, comenzó recordando lo que dicen sobre la familia los documentos del Magisterio de la Iglesia, que la consideran una “institución divina, prototipo de toda sociedad”, basada “en la entrega recíproca del hombre y la mujer”. Por eso el Estado debe “garantizar y favorecer la genuina identidad de la institución familiar”, ya que es previa a la sociedad y al Estado, “su condición de posibilidad”.
“A mayor disgregación familiar, mayor disgregación y pobreza social”, porque “la familia es el lugar en el que se quiere a la persona por lo que es, no por lo que vale, por lo que hace o por lo que tiene”, y hay un “afecto desinteresado y gratuito”. Es el lugar donde “se aprende la solidaridad, la capacidad de compartir en todos los sentidos”.
Algunos de los desafíos que afectan a la familia son, según Tonini, el magisterio de la televisión sobre el matrimonio y la familia, la homosexualidad, la ingeniería genética, las dificultades para reconciliar la vida familiar y laboral (“que la mujer con hijos pueda percibir un sueldo para cuidarlos, sobre todo en las primeras etapas de la infancia y adolescencia, algo que ya hacen algunos países… esto sí que sería promoción de la mujer”), etc.
Los Centros de Orientación Familiar
“La Iglesia ofrece su ayuda a los matrimonios que se encuentran en dificultad”, señaló Tonini. No sólo en la teoría, sino con hechos concretos, a través de los Centros de Orientación Familiar (COF), como el que tiene la Diócesis de Zamora. Según esta profesora, experta en estos centros y coordinadora de uno, “en los años 80 se reconocieron en la Unión Europea los COF de iniciativa privada (también los católicos) como entidades necesarias. El Consejo de Europa señaló entonces en un documento que, si bien su financiación era costosa, más cara resultaba a largo plazo para la sociedad la disgregación familiar”.
La finalidad es la “superación positiva de los conflictos conyugales y familiares”, y debe hacerse “desde una perspectiva multidisciplinar, ofreciendo ayuda al matrimonio y a todo el núcleo familiar”. La intervención ha de hacerse con empatía y afecto, con respeto y comprensión por parte de la Iglesia. Tonini informó de que “hace 30 años no había ningún COF en España, y ahora los hay en todas las diócesis; hay unos 80 COF católicos actualmente en nuestro país”, lo que constituye “un gran servicio que está prestando la Iglesia a la institución familiar”.
Etapas en el matrimonio
Franca Tonini también abordó la evolución natural del matrimonio, que tiene varias etapas, que detalló ante los asistentes. La primera es “la transición de la filiación a la conyugalidad, los jóvenes pasan de ser hijos a ser cónyuges, con nuevas responsabilidades, y ha de hacerse un proyecto de vida compartido por los dos, con un sentido de reciprocidad a largo plazo, basado en la comunión y la fidelidad”. Uno de los objetivos principales de esta etapa inicial es “mantener y afianzar el vínculo y el compromiso entre los dos”.
Una segunda transición importante es “el paso a la parentalidad, que trae consigo un nuevo gozo y unos nuevos compromisos, con la llegada de los hijos”. Las funciones paterna y materna son diferentes para la constitución de una persona madura y feliz. “La relación con la madre constituye una reserva psíquica de confianza y de esperanza a la que habrá referencia durante toda la vida”, señaló la orientadora, mientras que “la figura paterna hace referencia a la vertiente ética, al respeto de la justicia y de la lealtad en las relaciones”. A veces el padre “es una figura en peligro de extinción, y tiene que estar, sin embargo, implicado directamente en la educación de los hijos; hoy hacen falta más ‘no’ que ‘sí’”.
Además, Franca Tonini afirmó que “la formación permanente de los matrimonios es una tarea urgente en la Iglesia y en la sociedad. Las estadísticas alarmantes referidas a los datos relativos a las separaciones y a los divorcios nos invitan a elaborar nuevos programas y nuevas estrategias para el fortalecimiento y la consolidación de la relación matrimonial con el fin de conseguir una vida conyugal y familiar feliz, equilibrada y armónica”.
Sobre la ponente
Franca Tonini Zaccarini, de nacionalidad italiana, es consagrada en la Sociedad de Vida Apostólica “Servicio Social Misionero”, fundada por el cardenal Ernesto Ruffini. Tiene el doctorado de investigación en “Servizio Sociale” por la Libera Universitá Maria Assunta de Roma (LUMSA), y es diplomada en Trabajo Social por la Universidad de León. Además, tiene el Máster en Ciencias del Matrimonio y Familia por el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense de Roma.
Orientadora y terapeuta familiar, ha obtenido el Premio de Investigación del Ministerio de la Universidad y de Investigación Científica y Tecnológica de Italia. Ha sido miembro del Consejo de la Subcomisión de Familia de la Conferencia Episcopal Española. Actualmente es la coordinadora del Centro de Orientación Familiar de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Tiene varias publicaciones en libros y revistas especializadas sobre temas de familia, orientación familiar, derecho a la vida, etc. Es autora de los libros La Familia. Fundamentos teóricos y Políticas de los Servicios Sociales; y El Centro de Orientación Familiar. Fundamentos, Organización, Metodología (en prensa), publicados por la Universidad Pontificia de Salamanca.
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