viernes, 7 de octubre de 2011

Vuelve, tras el verano, Peregrinos por un Día


Los participantes en la actividad diocesana “Peregrinos por un Día” caminarán el próximo 15 de octubre los 12 kilómetros que recorre el Camino Portugués de la Vía de la Plata entre Muelas del Pan y Cerezal de Aliste.

Zamora, 7/10/11. Tras la última edición de la iniciativa jacobea “Peregrinos por un Día”, que tuvo lugar el pasado 19 de agosto con motivo del Vía Crucis con Benedicto XVI en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), vuelve a la geografía zamorana, organizada, una vez más, por la Delegación Diocesana para la Religiosidad Popular, que dirige el sacerdote Javier Fresno.

El próximo sábado 15 de octubre se recorrerá a pie el tramo del Camino de Santiago que hay entre las localidades de Muelas del Pan y Cerezal de Aliste, de aproximadamente 12 kilómetros. Se trata de una parte del Camino Portugués de la Vía de la Plata.

La actividad comenzará a las 8,30 horas en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de Muelas del Pan, donde se concentrarán los peregrinos para iniciar la jornada con una oración y una charla introductoria. En torno a las 12 horas está previsto que lleguen a su destino, la iglesia parroquial de los Santos Justo y Pastor de Cerezal de Aliste, donde se celebrará la eucaristía, presidida por su párroco, Fernando Ruiz.

Después de la eucaristía habrá un aperitivo y tiempo de convivencia, para regresar después al lugar de salida en autobús. Las personas que quieran acudir desde Zamora pueden inscribirse en el Seminario San Atilano (tel. 980 514 998) hasta el próximo jueves 13. El autobús saldrá a las 8 horas del día 15 de la Plaza de la Marina.

La parroquia de Muelas del Pan, muy vinculada al hecho jacobeo por su dedicación al Apóstol Santiago, ya participó en una de las primeras ediciones de “Peregrinos por un Día” en el año 2010, cuando se recorrió el tramo entre la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave (El Campillo) y Muelas.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Los sacerdotes de Zamora inician de nuevo la formación permanente


El 7 de octubre el clero de la Diócesis de Zamora inicia su curso de formación permanente con una conferencia sobre la lectura de la Biblia en la Iglesia a cargo de Jacinto Núñez, profesor de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Zamora, 5/10/11. El próximo viernes 7 de octubre el Seminario San Atilano acogerá el inicio de curso de la Formación Permanente del Clero. El acto comenzará a las 11 horas con una oración presidida por el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, y continuará con la conferencia “La exhortación Verbum Domini: algunas claves de interpretación”, a cargo del experto Jacinto Núñez Regodón, sacerdote de Plasencia y profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Al finalizar el acto, se les presentarán a los sacerdotes de la Diócesis los materiales que emplearán a lo largo del curso en sus reuniones mensuales de formación por arciprestazgos, y que versarán precisamente sobre “La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia”, que es el objetivo diocesano para el curso pastoral 2011-12. Éste es el motivo también de la ponencia en la jornada inaugural, que analizará las claves de la exhortación apostólica Verbum Domini, publicada por Benedicto XVI en 2010.

Perfil del ponente

Jacinto Núñez Regodón (Santa Ana [Cáceres], 1955) es sacerdote de la diócesis de Plasencia desde 1980. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), licenciado en Ciencias Bíblicas por el Istituto Biblico de Roma y doctor en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA). Es canónigo Lectoral de la Catedral de Plasencia y fue durante 10 años rector del Seminario de Plasencia.

Actualmente es miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores de la Diócesis de Plasencia. Profesor de Sagrada Escritura del Seminario de Plasencia. Profesor de Cartas Apóstolicas, Orígenes del Cristianismo e Introducción general a la Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la UPSA. Director del Colegio Mayor Santa María, residencia de sacerdotes profesores y alumnos de la UPSA, y director del Curso de la Formación Permanente del Clero de la Facultad de Teología de la misma Universidad.

lunes, 3 de octubre de 2011

La fiesta de San Atilano marca el inicio del curso pastoral


El miércoles 5 el obispo presidirá la eucaristía en la fiesta de San Atilano para inaugurar el curso pastoral 2011-12, a las 20 horas en la iglesia de San Ildefonso.

Zamora, 3/10/11. El próximo miércoles 5 de octubre, festividad de San Atilano, primer obispo y patrono de la Diócesis de Zamora, se celebrará de forma solemne el inicio del curso pastoral 2011-12 con una eucaristía presidida por el obispo, Gregorio Martínez Sacristán, en la iglesia parroquial de San Ildefonso de la capital a las 20 horas. Este templo custodia los restos del primer prelado zamorano junto a los de San Ildefonso de Toledo.

En una carta dirigida a los sacerdotes, consagrados y laicos, el obispo ha convocado a toda la Diócesis a sentirse invitada a esta celebración, que constituye la inauguración oficial del curso apostólico. Un curso cuyo objetivo pastoral será “La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia”, basándose en la exhortación apostólica postsinodal de Benedicto XVI Verbum Domini, publicada en 2010, y en el congreso que se celebró en Madrid en febrero de 2011, “La Sagrada Escritura en la Iglesia”.

Si el curso pastoral anterior vino marcado, sobre todo, por la preparación y la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid y sus días previos, los Días en la Diócesis (DED), el curso 2011-12 comienza con el importante acontecimiento de la canonización de la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, que tendrá lugar el próximo 23 de octubre en Roma.

La eucaristía del 5 de octubre contará con la presencia de sacerdotes de todos los arciprestazgos de la Diócesis, así como con la representación de los institutos de vida consagrada, asociaciones de fieles y cofradías.

domingo, 2 de octubre de 2011

Érase una vez una viña


JESÚS GÓMEZ FERNÁNDEZ

Domingo XXVII del tiempo ordinario – Ciclo A

“Agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron” (Mateo 21, 33-43)

Esta es la historia de un hombre indudablemente rico y un poco aventurero. Dueño de una gran propiedad, decide plantar un viñedo. Lo planta él mismo con mucho esmero y con todos los requisitos. Selecciona las mejores vides, lo cerca para evitar robos y alimañas, construye una vivienda para el guarda, lagar y bodega. Cuando la viña está a punto de producir la primera cosecha, la deja en manos de unos arrendatarios. Extenso y de óptima calidad debía de ser el viñedo que no sólo permitirá a su señor viajar mundo adelante con toda su familia, sino también satisfacer las aspiraciones de los arrendatarios. Hasta ahora todo muy bien. Pero a la hora de cobrar la renta, los colonos se negaron a pagar, maltrataron a los recaudadores e incluso al hijo del dueño. Querían quedarse con la propiedad; pero el amo del viñedo montó en cólera y los barrió.

Esta parábola me sospecho que tiene segundas intenciones. Señor tan rico, tan rico, que planta un viñedo de óptima calidad, acto seguido lo pone en manos de unos arrendatarios y él desaparece, esto me suena a Dios creador. Él mismo, con el infinito poder de su palabra, plantó el mundo; un mundo de hermosa y muy variada vegetación, repleto de toda clase de animales. Cuando todo está a punto, aparece el hombre y en manos del hombre puso Dios toda la creación. «Multiplicaos y llenad la tierra. Ved que os he dado todo para alimento». Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que todo estaba pero que muy bien. Un mundo, pues, en el que cabían todos los arrendatarios; en el que cabíamos holgadamente todos los hombres. Y el Hacendado se fue. Dios desaparece.

Ahora todo queda en manos de los hombres. Las consecuencias las estamos pagando. En cuanto los hombres pusieron manos a la obra, unos porque eran más hábiles, otros porque eran mejores trabajadores, otros porque eran más fuertes, al instante surgieron las diferencias, los desniveles, las clases, las castas, las peleas, la riqueza y la pobreza, las marrullerías de los más variados marrulleros. Basta recordar la Exxon, el Congo, la Amazonia… La mayor parte de la tierra está en manos de unos pocos, que no quieren soltarla.

La tierra es un don de Dios, una gracia, y gracia y don por excelencia es su Hijo Jesucristo, manifestación suprema de su amor misericordioso. Ser cristiano implica recibir el Don y Gracia de Dios con el correspondiente amor misericordioso. Considerando de esta manera a la tierra, nadie razonablemente la posee como propia, sino que la comparte. No es de cristianos ser marrulleros. ¿Qué elevada rectitud se le debe exigir hoy a los cristianos dedicados profesionalmente a la cosa pública?

La Opinión-El Correo de Zamora, 2/10/11.

La amistad y la religión


Mª BELÉN SÁNCHEZ DE ANTA

La base de la verdadera amistad está en la sinceridad, la generosidad y el afecto mutuo; de poco valdría si lo basáramos en la mentira o engaño y en el egoísmo, ya que es necesario vivir dando, compartiendo, manifestando nuestros sentimientos o afectos a otros seres humanos, pues el valor de la amistad que nos alegra nuestra existencia, nos lleva a un trato y a una comunicación con los demás afable, cariñosa, cordial y confiada. Ahora bien la amistad se tiene que dar de uno para el otro y del otro para el uno ya que si uno da todo y no recibe nada, no habría una amistad; la auténtica amistad sucede de parte de dos no de uno sólo. Hay personas para las que no es fácil entablar amistades, bien por educación; bien por baja autoestima pensando que los demás no van a ver cosas positivas en ellos; bien por timidez; pero también creo que se requiere una destreza especial en el arte de hacer amigos.

Hay que cultivar una personalidad comunicativa que se pueda lograr trabajándola, siendo sinceros, buenas personas, alegrándonos por las cosas buenas que nos pasan y entristeciéndonos por las malas; siendo desinteresados; pero la amistad hay que cuidarla como todo lo bueno en esta vida; si queremos que sea duradero hay que mimarlo, alentarlo, animarlo; hay que respetar a las personas y aceptarlas tal y como son y procurar su bien; es una forma de amor puro y desinteresado. No hay que traicionar ni hablar mal a sus espaldas, hay que tener armonía entre las dos personas y por eso decimos: «quien tiene un amigo tiene un tesoro». Un buen amigo es para toda la vida, esto supone ser elegido entre los demás y ser merecedores de una atención especial viendo lo mejor de nosotros mismos.

Como dijo Lacordaire: La amistad es el más perfecto de los sentimientos del hombre, pues es el más libre, el más puro y el más profundo.

Este sentimiento que nos proporciona la amistad también es aplicable a nuestra amistad con Dios. ¿Cómo? La satisfacción vital que encuentran los creyentes a diferencia de los no creyentes en la amistad con Dios está en el sentido de pertenencia a una comunidad no en las creencias. Sentarse sólo en un banco de la iglesia o tener una actitud fraternal abstracta no mejora nuestro bienestar, hemos de estar integrados o al menos sentirnos integrados de pertenecer a un grupo y esto nos lleva a mejorar la vida de los fieles predicando una auténtica felicidad y bienestar psicológico ya que repercute en nuestra salud. Cuándo nos sentimos cerca de Dios, ¿no somos más felices?

La Opinión-El Correo de Zamora, 2/10/11.

sábado, 1 de octubre de 2011

“Zamora fue una etapa de gozos y sombras para la Madre Bonifacia”


La sierva de San José salmantina María Burrieza dio una conferencia esta mañana sobre la Madre Bonifacia, que será canonizada en unos días, y destacó su paso por Zamora y las claves de su espiritualidad ante los catequistas y profesores de Religión de la Diócesis.

Zamora, 1/10/11. En el marco del encuentro diocesano de catequistas y de profesores de religión, que se ha celebrado esta mañana en el Colegio “Divina Providencia” de las Siervas de San José, la religiosa salmantina María Burrieza, experta en la figura de la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, ha pronunciado una conferencia titulada “Madre Bonifacia o el encuentro de Dios en lo cotidiano”.

En ella, Burrieza comenzó resumiendo la biografía de la beata Bonifacia, que será canonizada el próximo 23 de octubre por Benedicto XVI, y afirmó que la fundadora salmantina “pertenece a la gente sencilla, y por eso su espiritualidad nos vale a todos”. Destacó el oficio de Bonifacia, que desde muy joven trabajó como cordonera con su madre, y en su taller se fue juntando un grupo de mujeres, que originaron la Asociación Josefina, y que con la dirección espiritual del jesuita catalán Francisco Butinyà llevaría a la fundación de la congregación de las Siervas de San José.

La conferenciante apuntó a la actualidad de una fundación que surgió en un contexto de riesgo de exclusión social y de pobreza en las mujeres trabajadoras. El clima de calumnias que hubo en torno a la Madre Bonifacia llegó al extremo de deponerla como superiora de la nueva comunidad, y al final decide solicitar un cambio de lugar al obispo de Salamanca.

“Zamora fue una etapa de gozos y de sombras para Bonifacia, porque por un lado la ciudad la acoge bien, pero recibió el gran dolor de conocer que la congregación había sido aprobada por el Papa, pero sin reconocer la comunidad de Zamora”, explicó Burrieza. Cuando la fundadora viajó a Salamanca para intentar ese reconocimiento y la reconciliación, sus propias hermanas no le abrieron la puerta. “Hasta que yo no muera no se hará la unión”, reconoció.

La Madre Bonifacia murió en 1905 en Zamora, con 68 años. “El mayor milagro para nosotras es que la hayan reconocido y, al final, sea canonizada, porque ha habido una intención clara de ocultamiento de su memoria”, explicó la experta en la fundadora. Socorro, la confidente de Bonifacia, escribió en un cuaderno todo lo relativo a los orígenes de la congregación, y junto con dos hermanas, lo escondió con unas fotos en un agujero que hicieron en la capilla de Zamora, haciéndoles jurar secreto.

Tuvo que esperarse hasta el año 1936 cuando la hermana Rosario Ferreiro, una de las conocedoras del escondite, es obligada por la superiora de la congregación para que revele el lugar. En 1941 se reconoce oficialmente a la Madre Bonifacia como fundadora de las Siervas de San José.

Lo primero que destacó María Burrieza de la espiritualidad de la Madre Bonifacia fue la centralidad de Dios, lo que le dio tanta fortaleza como demostró ante las adversidades. “Dios y su servicio, para ella están las dos cosas unidas, como aprendió de la espiritualidad ignaciana de ‘amar y servir’”, afirmó la ponente. Junto a esto, “Dios en todas las cosas, y todas las cosas en Dios, algo válido para cualquier laico… pasaba del fervor de la oración a la labor en el taller”.

La Madre Bonifacia vivió de la contemplación de la Sagrada Familia de Nazaret, y de ahí aprendió el cómo actuar con las chicas a las que servía. María Burrieza entresacó los ejemplos que pueden tomar los educadores de la vida de su fundadora para su labor actual. Y preguntó a los asistentes: “¿vosotros creéis que un trabajo enfocado como lo entendía la Madre Bonifacia habría permitido que cayéramos en la crisis que estamos viviendo?”.

El trabajo es un bien si se usa bien, y esto lo entendió y lo vivió la Madre Bonifacia, haciéndolo realidad en los Talleres de Nazaret. “La casa de Zamora hizo real la utopía que habían planteado los grandes filósofos, de trabajo compartido y de reparto de los bienes; de que el trabajo es un bien al que todos tenemos derecho a acceder”, señaló Burrieza.

¿Cómo miraba la Madre Bonifacia la realidad? Como la miraba Jesús de Nazaret, y por eso “cuando veía a las chicas, las veía transformadas. Nosotros, que tenemos a veces niños difíciles en nuestras clases, estamos tentados de tirar la toalla… cuando tendríamos que tener una mirada esperanzadora y creativa, con capacidad de transformación”.

“La Madre Bonifacia pertenecerá, a partir de su canonización, a toda la Iglesia universal, no sólo a la congregación que fundó, pero más particularmente a esta ciudad de Zamora que la acogió y la quiso”, fueron las últimas palabras de la ponencia.

Álbum fotográfico del rito de envío y de la conferencia:

https://picasaweb.google.com/115137003494754343816/EnvioDeCatequistasYProfesoresConferenciaSobreMadreBonifacia

La Diócesis de Zamora acudirá a la canonización de la Madre Bonifacia


Un grupo de la Diócesis de Zamora viajará a Roma con las Siervas de San José para asistir, el próximo 23 de octubre, a la canonización de su fundadora, la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, que será presidida por el Papa en la Plaza de San Pedro. Los actos en los que participarán los zamoranos, presididos por el obispo, comenzarán con una vigilia el sábado 22 en la iglesia romana de San Ignacio de Loyola.

Zamora, 1/10/11. El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, presidirá el grupo de zamoranos que acudirán a Roma el próximo domingo 23 de octubre para participar en la ceremonia de canonización de la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José, cuyo proceso de beatificación y canonización se ha realizado en Zamora, por ser la Diócesis en la que murió, en 1905.

Junto al prelado, otros muchos zamoranos viajarán a la ciudad eterna para celebrar este acontecimiento que presidirá Benedicto XVI, con la eucaristía en la Plaza de San Pedro. Entre ellos se encuentran, por supuesto, las Siervas de San José, y antiguos alumnos de sus colegios en la capital. También viajarán el delegado de Catequesis, Juan Luis Martín Barrios, y el delegado de Medios de Comunicación Social, Luis Santamaría, además del párroco de San Juan y San Vicente, Plácido Isidro, y otros sacerdotes diocesanos.

El desplazamiento a Roma, organizado por la Agencia de Viajes El Corte Inglés, tendrá lugar el viernes 21. Habrá varias visitas por la ciudad, con especial hincapié en las basílicas mayores de Santa María la Mayor y de San Juan de Letrán (catedral de la urbe). El sábado 22 se celebrará una vigilia de oración con motivo de la canonización en la iglesia de San Ignacio de Loyola, tras la acogida de los peregrinos, a las 16 horas.

Por fin, el domingo 23 será el gran día de la canonización de la Madre Bonifacia. A las 10 horas comenzará la eucaristía solemne, presidida por Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro, delante de la fachada realizada por Maderno para la basílica que guarda los restos del principal de los apóstoles. En la misma celebración serán declarados santos, junto a la Madre Bonifacia, los beatos italianos Luigi Guanella, fundador de dos congregaciones que trabajan con marginados, y Guido Maria Conforti, fundador de los Misioneros Javerianos.

Con la canonización, la ahora beata Bonifacia Rodríguez de Castro será incluida en la lista o canon de los santos de la Iglesia (de allí el nombre de canonización). Para este paso ha sido necesario el reconocimiento de un milagro ocurrido después de su beatificación, como así ha sucedido con una curación inexplicable en el Congo. La canonización compromete la infalibilidad pontificia. Mediante la canonización se concede el culto público en la Iglesia universal. Se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar iglesias y santuarios.

Tras la eucaristía de la canonización, el grupo de zamoranos se reunirá con peregrinos de otros lugares que también participan de este viaje colectivo para celebrar la canonización de la fundadora de las Siervas de San José, y tendrá lugar un almuerzo de confraternidad. Por último, el lunes 24 está previsto el regreso en avión de los fieles zamoranos.