domingo, 17 de enero de 2010

¡Nos casamos!


JOSÉ ALBERTO SUTIL

En medio de su noviazgo, una pareja amiga me comentaba que no les parecía lógico que para prepararme para el sacerdocio tuviera que estar tantos años en el Seminario mientras que a ellos, ante algo tan serio como el matrimonio, les despachábamos con un cursillo de una semana... Se hace lo que se puede, pero la puntualización da qué pensar.

Mañana, en el Seminario Menor San Atilano-Casa de la Iglesia, echará a andar un nuevo cursillo prematrimonial, el primero de todos cuantos la Delegación para la Familia organiza para este año 2010, en su doble modalidad (de lunes a viernes, o en fin de semana). Todos ellos se complementan con una oferta similar en los diferentes arciprestazgos de nuestra diócesis. En definitiva, se trata de poner todos los medios para que nunca nos falte el vino de Caná de Galilea, sino que podamos seguir haciendo visible la belleza del evangelio del amor y de la familia.

Desde que soy sacerdote, acompañar alguno de estos cursillos ha sido una de las experiencias más gratificantes. El contacto cercano con parejas jóvenes e ilusionadas y abiertas al misterio del amor en sus vidas, el trabajo en equipo con matrimonios experimentados, la propuesta de una vivencia comunitaria y actual de la fe, la celebración del sacramento del perdón en ocasiones olvidado muchos años antes, o la misma celebración emocionante del enlace sacramental son algunas de las perlas con las que el Señor nos regala a todos los que andamos directamente tras esta tarea. Pero es que además, todos estamos implicados en ella, porque nadie se decidiría hoy por el matrimonio católico si antes no hubiera comprobado en testimonios reales que es posible «casarse en el Señor», como les gustaba decir a los primeros cristianos.

Al abrir la Biblia, en ese primer relato del Génesis -precioso relato, por cierto- vemos a Dios creando no al hombre y a la mujer por separado, sino juntos: Creó Dios al ser humano a su imagen, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer lo creó... ¡Y vio Dios que era muy bueno! Un escritor contemporáneo resumía en la siguiente frase puesta en boca de Adán: «allí donde Eva estuviera, estaba el paraíso» (Mark Twain). Quisiera dedicar estas líneas a tantas parejas y matrimonios jóvenes que hoy se siguen empeñando en correr esta aventura del matrimonio católico: Queridos amigos, vuestro paraíso particular no será sólo un sitio físico, vuestro paraíso es la otra persona, a la que os entregáis para siempre; y ese jardín, esa entrega, es fuente de vida. ¿Qué más se os puede pedir? ¿Qué más podéis pedir?

La Opinión-El Correo de Zamora, 17/01/10.

sábado, 16 de enero de 2010

La Diócesis celebra el domingo 17 el Día de las Migraciones


La Diócesis de Zamora se une mañana, domingo 17 de enero, a toda la Iglesia universal para celebrar la Jornada Mundial de las Migraciones. Desde Cáritas Diocesana se ha preparado un día que este año tiene por lema “Hoy acogemos, mañana compartimos”.

Zamora, 16/01/10. Cáritas Diocesana es el organismo eclesial que ha asumido la preparación y animación de la Jornada Mundial de las Migraciones en Zamora. Con este motivo, se ha dirigido a todas las parroquias de la Diócesis para enviarles material con el que sensibilizar a los fieles católicos en torno al creciente fenómeno de la inmigración entre nosotros.

Según explica el Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana, Antonio Jesús Martín, “queremos iniciar este año haciendo presente en nuestras comunidades cristianas la realidad de la inmigración. La Conferencia Episcopal celebra el domingo 17 de enero el día de las migraciones, y desde Cáritas Diocesana de Zamora nos sumamos a esta campaña de sensibilización, conocimiento de la realidad y oración”.

Las parroquias de la Diócesis de Zamora exhibirán un cartel, distribuido por el organismo que lleva este tema en la Conferencia Episcopal Española, en el que puede leerse el lema de la jornada: “Hoy acogemos, mañana compartimos”. Además, se ha distribuido material para que los sacerdotes puedan aludir al fenómeno de la inmigración en la liturgia del domingo. Se trata de una campaña de sensibilización, no de colecta.

“Se nos invita a acoger a los inmigrantes como hermanos nuestros, con la misma dignidad de hijos de Dios, y en muchos casos como hermanos que compartimos la misma fe”, señala el responsable de Cáritas Diocesana. Y recuerda a los católicos que “acoger al necesitado y al inmigrante es una exigencia de nuestra fe y un enriquecimiento personal y comunitario”.

viernes, 15 de enero de 2010

Cáritas Diocesana se moviliza para ayudar a los afectados por el terremoto de Haití


Cáritas Diocesana llama a la solidaridad de los zamoranos ante el terremoto que acaba de sufrir Haití, el país más pobre de Iberoamérica. Además de informar de las acciones que está llevando a cabo esta organización sobre el terreno, ofrecen un teléfono y varios números de cuenta para poder ingresar donativos en esta situación de emergencia.

Zamora, 15/01/10. “Este es el peor desastre que ha vivido Haití. Muchas personas han muerto en Puerto Príncipe. Sus cuerpos yacen por todas partes sobre las calles de la capital. Mucha gente sigue aún debajo de los escombros. Los hospitales están desbordados con los fallecidos y los heridos. El riesgo de epidemia es máximo”. Con esta información casi telegráfica, aunque sumamente elocuente, ha descrito Joseph Jonides Villarson, jefe de emergencias de Cáritas Haití, la situación que vive el país tras el devastador terremoto.

La red Cáritas en Haití ha puesto en marcha una respuesta de emergencia tras el terremoto ocurrido en ese país el 12 de enero. El seísmo de 7´3 grados en la escala Richter sacudió la capital haitiana con 3 réplicas destruyendo cientos de edificios. La respuesta de la red Cáritas está siendo para dar apoyo a las víctimas de la catástrofe. Entre las acciones de emergencia se incluyen albergues temporales, distribución de alimentos y kits de higiene y apoyo espiritual.

Tal como señala el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora, Antonio Jesús Martín, “en una segunda fase se contempla la reconstrucción y rehabilitación. Tarea esta tan importante como la ayuda inmediata y que se nos olvida fácilmente cuando este tipo de catástrofes dejan de ser noticia de telediarios”.

Cáritas Española desarrolla desde hace años una acción preferente de ayuda humanitaria y de cooperación al desarrollo con Cáritas Haitiana, a la que durante el último ejercicio ha apoyado con ayudas por un importe total de 340.000 euros, que se destinaron, principalmente, a impulsar proyectos centrados en la cobertura de necesidades sociales básicas, como acceso al agua, alimentos, atención sanitaria y educación.

Cáritas Española acaba de anunciar, el envío urgente de una partida de 175.000 euros para apoyar las operaciones de emergencia de la Cáritas Haitiana para auxiliar a las víctimas del terremoto registrado en la isla. Se informó también de la partida inmediata hacia Haití de un grupo de siete expertos de la red internacional de Cáritas para participar en el terreno en el operativo de respuesta a la emergencia.

Cáritas Española trabaja en Haití desde hace más de 15 años en apoyo de la población más vulnerable. El año pasado se realizó una fuerte intervención en apoyo a las víctimas de los huracanes “Gustav” y “Hanna” (2008), y actualmente se trabaja en las provincias fronterizas con la República Dominicana, la región más deprimida del país, promoviendo la salud, el acceso al agua potable y agricultura sostenible con un convenio binacional financiado por la AECID. Asimismo, en noviembre se puso en marcha un proyecto de agua y saneamiento en la provincia de Hinche (zona centro), que se suma a otro programa de salud y de microcréditos de ámbito estatal.

Según explica el responsable de la entidad en Zamora, “Cáritas Diocesana de Zamora se quiere volcar en dar respuesta urgente con la misma intensidad que habitualmente responde a los llamamientos de ayuda a las Cáritas hermanas de todo el mundo. Cáritas manifiesta su compromiso inequívoco con los últimos y no atendidos allí donde se encuentren. Ahora son nuestros hermanos haitianos los que necesitan de toda nuestra cercanía, oración y solidaridad”.

Las personas que estén interesadas en realizar un donativo para éste fin lo pueden realizar en la Sede Central de Cáritas Diocesana de Zamora con domicilio en Plaza de Viriato, 1, o bien en las Entidades Bancarias siguientes:

Campaña «CÁRITAS CON HAITÍ»

Teléfono de donaciones: 980 50 99 95

CAJA RURAL 3085-0058-07-1403186818

CAJA DUERO 2104-0093-97-9111638804

CAJA ESPAÑA 2096-0404-07-3249762700


domingo, 10 de enero de 2010

Un gesto sorprendente


AGUSTÍN MONTALVO FERNÁNDEZ

Domingo del Bautismo del Señor – Ciclo C

“En un bautismo general, Jesús también se bautizó” (Lc 3, 15-16. 21-22)

Desde que se hizo realidad, la encarnación ha sido un hecho que siempre ha sorprendido, incluso confundido a los hombres. Que el Hijo de Dios se haya hecho hombre, haya tomado «forma de esclavo», ha resultado y sigue resultando difícil de aceptar. Por eso desde el principio surgieron doctrinas que negaron, o minimizaron al menos, una de las dos dimensiones: la humanidad o la divinidad, doctrinas que de una u otra forma perduran aún.

A lo largo de toda la vida de Jesús aparecen manifestaciones concretas de esa difícilmente comprensible acción divina que transforma la historia. El evangelio de hoy ofrece una de ellas. Por un lado su «epifanía» como Hijo de Dios: Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto, por otro esto tiene lugar cuando Jesús acaba de ser bautizado por Juan. Se muestra como uno cualquiera. «El que no conoció pecado» recibe el bautismo de conversión y penitencia para el perdón de los pecados como uno de tantos pecadores.

Con frecuencia nos preguntamos los creyentes por qué Jesús quiso pasar por ese gesto que no necesitaba, y la respuesta se encuentra observando toda su vida, en la que el bautismo realmente no resulta un gesto extraño: busca encontrarse con los pecadores y solidarizarse con ellos, ha querido compartir nuestra condición. Su venida inaugura el tiempo de la misericordia y no del castigo, los pecadores pueden tener esperanza porque cuentan con la proximidad del Hijo de Dios. Un rasgo importante de la vida del Nazareno es su capacidad de acogida a los hombres y mujeres a quienes la sociedad judía consideraba pecadores, comparte mesa con los pecadores públicos a los que ningún judío «de bien» habría osado acercarse. Por ello lo señalan con desprecio como «amigo de pecadores». Y se acerca a ellos no como juez que da sentencia ni como moralista que adoctrina, sino como hermano que ayuda a descubrir el perdón de Dios, el Hijo amado de Dios que en su persona les posibilita sentirse también hijos amados de Dios, que necesitan y son capaces de buscar en su interior lo mejor de sí mismos y rehacer sus vidas.

Y no es que Jesús sea complaciente con el pecado. Sorprende la fuerza con la que condena el pecado y la injusticia y cómo, al mismo tiempo, acoge con misericordia a los pecadores.

Junto con el asombro el gesto sorprendente de Jesús provoca contemplación agradecida y frecuentemente un cambio de actitud en sus seguidores. La denuncia del pecado ha de ser compatible con la cercanía al pecador. Muchas veces las personas a las que tan fácilmente condenamos necesitan comprensión y ayuda que les anime a renovar sus vidas.

La Opinión-El Correo de Zamora, 10/01/10.

Una carta rezagada


ÁNGEL CARRETERO MARTÍN

No sé a ustedes, pero a mí en estos últimos días me han bombardeado preguntando si puse los zapatos en el balcón y qué regalos me han dejado los Reyes. Siempre he respondido diciendo más o menos lo mismo: que eso lo hacía de crío, que ahora ya no tengo edad para la magia de esos rituales infantiles o que en ese día los protagonistas son los más pequeños de la casa. Ahora bien, dos amigos míos que no se conocen entre sí han coincidido en decirme que soy un racionalista, que la ilusión no debe perderse con la edad y que es necesario hacerse como niños tal y como ya se nos advirtió hace mucho tiempo. Confieso que me han dejado un poco descolocado. A eso se añade que otra persona del alma, un familiar, me dijo el mismo día que debería escribir una carta a los Reyes Magos sin más pérdida de tiempo.

Comprenderán, amigos lectores, que para mí esos toques al corazón han sido como si se iluminaran tres estrellas en la oscuridad. Quién sabe si no habrán tenido algo que ver Melchor, Gaspar y Baltasar quienes desde lo alto me pueden estar diciendo, y posiblemente también a otros muchos como yo, que ya va siendo hora de recuperar la confianza en ellos. Reconozco que me siento un poco avergonzado por mi indiferencia. No merecen el trato pasota que les he dado. Así que no voy a esperar más. Cogeré papel y bolígrafo, nada de ordenador, y como en mi más tierna infancia, me pondré manos a la obra con esa carta. Comenzaré pidiendo disculpas a sus Majestades por haber estado tantos años sin ponerme en contacto con ellos. Les pondré al día de mi situación personal y les daré alguna pincelada del momento social que estamos viviendo en nuestro país y en esta tierra zamorana ya que en Oriente las cosas deben ser bastante distintas.

En esa carta les diré que me preocupa ver personas alejadas de Dios cuando Él ahora está más cerca del hombre que nunca. Les pediré que ese Niño pobre de Belén nos cure de nuestras cegueras, que siga teniendo mucha paciencia con los escépticos y con aquellos que desean firmar el certificado de defunción a la Iglesia. Les pediré que el Niño del pesebre siga ahí, esperándonos a todos, sin forzar a nadie para ir a adorarle, respetando nuestra libertad como sólo Él sabe hacer, dándonos ejemplo de humildad y generosidad, aumentando nuestra capacidad de querer a todos y de creer en Él. A estos Sabios más que regalos les voy a pedir que nos regalen parte de su fe, de su estar abiertos a las sorpresas de Dios, de su dejarse llevar por las corazonadas, de su desapego y capacidad de riesgo a pesar de las dificultades del camino, de su perseverancia en medio de la noche oscura, de su capacidad de adoración y alegría por encontrarse con quien tanto habían buscado. Hasta aquí el borrador de esta carta rezagada.

La Opinión-El Correo de Zamora, 10/01/10.

sábado, 2 de enero de 2010

El misterio de un rechazo


LUIS SANTAMARÍA DEL RÍO

Domingo II después de Navidad – Ciclo C

“La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria” (Jn 1, 1-18)

Al igual que se hacía el día de Navidad, hoy en la liturgia católica se lee el prólogo del evangelio según san Juan. Eco de aquel 25 de diciembre, de la primera Navidad de la historia. Un texto profundo y elevado, que nos parece difícil de entender. Un texto que nos dice que el Dios en el que creen los judíos (y creemos los cristianos) no es un ser encerrado en soledad, sino que se encarna. La palabra de Dios, engendrada por el Padre desde siempre, baja a este mundo, para habitar. O, más bien, si hacemos caso al texto griego original, para poner su tienda entre nosotros, para «acampar». Sí, porque la Palabra de Dios se hace peregrina en medio de un pueblo peregrino, se hace nómada en un mundo que camina a veces sin mucha orientación.

Y ante esto, la Creación entera estalla en fiesta. Se alegra el cielo y se goza la tierra, como dice un salmo, al recibir a su rey. Pero miremos con atención al plano humano, al nuestro. «No hay sitio en la posada» para una pareja de desharrapados, y la pobre chica embarazada tiene que dar a luz en un establo. La Palabra de Dios nace como un Niño sin casa. Con mayúsculas, pero sin techo. Éste es el misterio que celebramos en Navidad: aparece la gracia de Dios, que es salvación para todos los hombres. Pero, ante ella, aparece también el misterio del pecado, del rechazo de los hombres. La Palabra «vino a su casa, pero los suyos no la recibieron». Los suyos, no unos extraños. Los suyos: su familia, el pueblo escogido por Dios para ser testigo de su gloria ante todo el mundo.

Pero siempre hay un «pero». Siempre hay algunos que acogen la gloria de Dios, aunque sea una gloria tan rara, presente en un Niño sin techo. A los que sí recibieron a la Palabra hecha carne, «les da poder para ser hijos de Dios». Hijos en el Hijo, que dirá san Pablo. Hijos en aquel pobre Niño que tuvo que nacer rechazado, y que fue acogido por los rechazados. Un pobre que será el Buen Pastor de los hombres, recibido tan sólo por un puñado de pobres pastores que dicen haber visto y oído ángeles que proclamaban gloria en el cielo y paz en la tierra. El elevado texto leído hoy en las iglesias es más evangelio (buena noticia) que nunca: la Palabra de Dios no sólo se hace hombre, no sólo se hace «uno de tantos», sino que escoge hacerse excluido. ¿No es una clara llamada a un cambio de vida? ¿No está Dios apuntando a quiénes tenemos que mirar, en quiénes tenemos que fijarnos? «Hemos visto su gloria», dice san Juan. ¿Seguro? El rechazo del otro es rechazo de Dios. Que la Palabra no vuelva a estar entre nosotros, un año más, rechazada y sin techo.

La Opinión-El Correo de Zamora, 3/01/10.

Navidad de luces y sombras


JOSÉ ÁLVAREZ ESTEBAN

Hemos transpuesto la frontera del Año Nuevo y presumo que nos ha cogido el paso hablando del aprovisionamiento material, del precio de los artículos de uso corriente, de los salarios y del estado de nuestras finanzas. Complicado introducir otro tema, otro lenguaje que hable al corazón y no a la bolsa, complicado ofrecer otra válvula de escape y sumidero para ese buen número de euros que se nos irá en caprichos.

El número de «Iglesia en Zamora» del pasado diciembre incluía una doble hoja informativa de Cáritas Diocesana, como quien esconde algo de valor, parte central y más jugosa, de esta que llamamos Navidad. «Iglesia en Zamora» se distribuye en los templos, allí donde por estos días los creyentes cristianos celebramos la irrupción de Dios en la historia humana y besamos las manos desvalidas de un Niño que asoma a la vida, manos que sirvieron para modelar el mundo. Cáritas anuncia la colecta especial de Navidad para este primer domingo de enero bajo el lema «Una sociedad con valores es una sociedad con futuro». Aun con todas las necesidades del mundo llamando a su puerta, Cáritas entiende que su función no empieza y termina en lo asistencial; es una institución encarnada en la Iglesia, portadora de valores compartidos, que son el fundamento sólido sobre el cual construir un futuro mejor para todos.

Entre la cohetería callejera de la Nochevieja y el «chin, chin» y las felicitaciones del Año Nuevo más de uno habrá que se haya hecho sus planes para el futuro. Por más que sobrevivamos en un sistema económico montado sobre el gasto y el consumo, una pizca de sentido habrá quedado para entender que el cuerpo no resiste la permanente solicitación del mercado. El alma se nos está quedando atravesada, paralizado y encogido el corazón, a la puerta del «Super» donde nos reciben manos tendidas, a las entradas de las iglesias materialmente ocupadas, en las inmediaciones de Cáritas donde recala buena parte de ese contingente consumido, más que consumidor, por esta nuestra «sociedad de consumo».

«Navidad de luces y sombras» la del 2009 en la que celebramos el nacimiento de Jesús, «punto de partida en la construcción de otro mundo posible teniéndole a Él como maestro de obras». Lejos de Cáritas el pensamiento de que la respuesta a esta campaña, que confía sea generosa, se haga más en premio a su labor que a la evidente razón de su llamada. «Cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana». Me atrevo a añadir «del corazón». Ya lo decía Jesús: «Donde está tu tesoro allí está tu corazón». ¿Y si nuestro tesoro, al menos este domingo, lo hubiéramos transferido a esa otra «sociedad de valores», expresión y signo de solidaridad fraterna?

La Opinión-El Correo de Zamora, 3/01/10.