Una treintena de misioneros, religiosos y sacerdotes naturales de
Aliste y de Alba se han dado cita hoy en Fonfría en su XXIII encuentro de
verano.
Fonfría, 9/08/13. La localidad de Fonfría ha acogido hoy el XXIII
encuentro de misioneros, religiosos y sacerdotes naturales de los pueblos de
Alba y Aliste, que se viene celebrando de forma ininterrumpida en los veranos,
tiempo en el que muchos de los consagrados aprovechan las vacaciones para
regresar a sus lugares de origen.
A partir de las 11 de la mañana
comenzaron a llegar los participantes en el encuentro, hasta una treintena –el año
de menor asistencia porque muchos consagrados no tienen ahora sus vacaciones–,
y después de los saludos de rigor entraron en la iglesia parroquial, dedicada a
Santa María Magdalena, para celebrar la eucaristía, que presidió el párroco
local, Fernando Ruiz, y en la que
también participaron feligreses de Fonfría.
En su homilía, el sacerdote llamó
a los consagrados “fruto exquisito de la
fe en estos pueblos”, y dijo que “en
nuestra situación actual, el testimonio más importante que tienen que dar los
religiosos es el del gozo, la alegría”. Fernando Ruiz afirmó que “el mayor bien que nos dejaron nuestros
antepasados fue el tesoro de la fe”, y abundó en la identidad de buena
parte de los presentes al señalar que “la
alegría de la salvación, que tienen que manifestar los consagrados, no es un
bien para el consumo privado, sino que hay que compartirla testimoniándola”.
El párroco de Fonfría subrayó que
“lo que más necesita nuestra sociedad
española es un testimonio de esperanza y alegría”. No con una actitud
cualquiera, sino con “un gozo profundo y
una alegría oxigenante que nacen de un corazón convertido al Señor, por grandes
que sean los problemas que nos puedan afectar”. Llamó a los religiosos y
sacerdotes a “ser hombres y mujeres
vacíos de sí mismos, humildes, abiertos a los hermanos, sin egoísmos,
dispuestos a ser enriquecidos incluso por los más pobres”.
Antes de finalizar la celebración
litúrgica, Fernando Ruiz leyó dos cartas significativas de entre las que había
recibido de misioneros que no pudieron asistir: la de Bernardo Blanco, conocido claretiano natural de Ceadea, desde
Filipinas, y la de Félix Manjón,
claretiano natural de Pobladura de Aliste, desde Bolivia.
En la cita de este año se han
congregado religiosas del Amor de Dios, Hijas de la Caridad, claretianos,
mercedarios, franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús y trinitarias. En cuanto a las procedencias geográficas, una religiosa de las asistentes vive en los Estados Unidos, otra en Huelva, y un sacerdote vino desde Gerona. En el
encuentro estuvo presente también Héctor
Galán, párroco de Alcañices y arcipreste de Aliste-Alba, además de otros
sacerdotes que sirven en la zona.
Después de la eucaristía, los
participantes pudieron disfrutar de una visita guiada por Fonfría, con las
explicaciones de su párroco, buen conocedor de la historia de la zona. Acto
seguido se desplazaron a Moveros para compartir la mesa, y de vuelta a Fonfría
tuvieron una tertulia para compartir testimonios y experiencias. El día concluyó con un encuentro festivo, al que
acudieron feligreses de Fonfría y de otras localidades, compartiendo unas
pastas y los bailes tradicionales.
El origen de estos encuentros hay
que buscarlo en Grisuela, pueblo que acogió hace 23 años la primera reunión de
este tipo, promovida, entre otros, por varios sacerdotes diocesanos, párrocos
en Aliste, junto con algunos religiosos naturales de este arciprestazgo, una
idea que se había fraguado en Tola.
El álbum fotográfico del encuentro puede verse en: https://plus.google.com/photos/115137003494754343816/albums/5910101881114273889
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