Los 41 jóvenes zamoranos que han viajado hasta Inglaterra para
participar en el Brightlights Festival, con la Jornada Mundial de la Juventud
(JMJ) de Río de Janeiro en el horizonte de su encuentro, continuaron ayer con
su convivencia, oración y adoración. Nos lo cuenta nuestro enviado especial,
Pablo Rodríguez.
Aylesford Priory, 26/07/13. En estos días, el monasterio ingles de
The Friars es un hervidero de gente. No somos los únicos españoles que estamos
aquí, hoy han llegado un grupo que están de voluntarios en Londres. Estamos
conociendo mucha gente. Mañana os hablaré de Álvaro, un chico de Madrid que está en este monasterio como
voluntario, pero hoy quiero hablar de una persona que me ha impresionado como
pocas lo han hecho.
Es Freddy. Es rapero, grafitero, dibujante y católico. Me contaba que
ha visto morir a muchos amigos por causa de las peleas de bandas, por drogas…
Por eso ha decidido crear una especie de escuela de rap para poder ayudar a
chicos de la calle a salir de ese círculo vicioso que es la calle. Ahora mismo
tiene 45 jóvenes que ya han renunciado a las drogas, a las armas y que tratan a
las mujeres como “si fueran sus madres y
sus hermanas”.
César también es colombiano y, así como el reclamo de Freddy es el
dibujo, el de César es una guitarra eléctrica que construyó con un fusil, un
kalashnikov. Junto a Freddy, tienen un proyecto llamado 24-0. Consiste en
conseguir que el día 2 de octubre no haya una sola víctima mortal por violencia
en Latinoamérica. Ellos vienen de un país donde se registran una media de 150
muertes violentas al día.
Nos contaba César que los
policías tienen una “cuento” que es que a las 6 de la tarde dicen que están
saliendo del trabajo los cadáveres que recogerán a medianoche. Todo por una
discusión que acaba mal, un paseo por donde no debe o el mismo deseo de
venganza. Me quedo con una frase de
Freddy: “No es importante competir, como
nos enseña la sociedad, es más importante compartir, como nos enseña el
corazón”.
El día fue un poco loco. Por la
mañana, 2 speakers nos dieron unas
pautas de vida. En la misa, celebrada en una iglesia al aire libre, nuestros
anfitriones tuvieron un bonito gesto con nosotros al leer el evangelio en
inglés y español y por hacernos un resumen de la homilía. En ella, nos pedían
que fuéramos muy sentidos con nuestros corazones, porque “si curamos lo débil, podríamos dañar lo fuerte”. Apareció la
lluvia, lo que a muchos nos hizo recordar aquella noche en Cuatro Vientos,
cuando, pese a la lluvia y al aire, no abandonamos nuestros sitios.
La tarde comenzó con talleres de
varios tipos: arte, deportes, comunicación, felicidad… En grupo, acudimos al
taller de Freddy y César, de los que ya os he hablado. Ya por la noche, la
lluvia no paraba de echar agua y tuvimos que hacer la celebración de la
reconciliación al interior de la carpa. Allí, de nuevo en otro gesto hacia
nosotros, nos ofrecieron la oportunidad de confesarnos en español, ya fuera con
Fernando Toribio, Florentino Pérez u otro sacerdote que
hablaba español. Tras ello, tuvo lugar la adoración del Santísimo, que quedó
expuesto en una de las capillas del monasterio.
Mañana es el fin de fiesta, con
carnaval y con la celebración de la misa en conexión en directo con Río de
Janeiro, donde el Papa Francisco celebrará también la eucaristía y anunciará la
sede de la próxima JMJ.
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