Pablo Rodríguez, nuestro enviado especial al viaje de los 41 jóvenes
zamoranos a Inglaterra para participar a distancia de la Jornada Mundial de la
Juventud (JMJ) de Río de Janeiro, relata el día después de la conclusión de
este encuentro eclesial, y el inicio de la segunda parte de la peregrinación
zamorana por tierras británicas, alojados en familias –de los mismos que fueron
acogidos en Zamora en 2011– y con diversas visitas.
Basildon, 29/07/13. Parece mentira cómo se pueden condensar las
emociones en un solo tramo del día. Ha sido una mañana muy ajetreada, entre
maletas, despedidas y agradecimientos. Se acababa el WYD@Home Brightlights
Festival y tocaba recoger saco, ropa y a la maleta, para seguir el camino de
nuestro peregrinar, que nos ha llevado a Basildon, a unos 40 minutos de
Londres.
Ya en el desayuno llegaban las
despedidas. La primera, de Álvaro,
el voluntario español que nos ha ayudado durante toda el festival. Con él, el
prior del monasterio de Aylesfort, donde
nos han acogido estas noches. El padre Michael
nos ha dado las gracias por nuestro comportamiento y por animar el festival en
todo momento. Álvaro comentaba que estaba restringido a los españoles, pero
esperamos que este comportamiento pueda ser la primera piedra para un cambio de
mentalidad.
En la despedida, los
organizadores nos han invitado de nuevo a participar del festival del año que
viene, que se celebrará del 27 al 30 de junio del 2014. Ya en la eucaristía, el
obispo Peter nos recordaba que para
hacer discípulos a todas las naciones es necesaria la oración. Nos pedía ser
fieles en la dificultad y que “debemos
tener confianza en la fe que vivimos”.
Los agradecimientos son muchos. A
los monjes de The Friars, que se han portado genial con nosotros. A la
organización, por tenernos en cuenta y abrirnos sus brazos de par en par. A los
traductores, Álvaro, Antonio y el
padre Paul, ellos nos han ayudado a
entender todo el festival. Pero ante todo, a los 40 zamoranos, sin ellos, este
festival hubiera sido un aburrimiento, como nos han dicho nuestros amigos los
irlandeses.
Nos despedimos de Aylesfort para
llegar a las familias ya a la hora de comer. En estas parroquias, los
voluntarios tenían todo preparado para nosotros, comida, bebida, etc. Acto
seguido, nos fuimos cada uno a su familia y a la casa de espiritualidad, donde
pudimos disfrutar de una tarde libre que agradecimos mucho.
Mañana toca el plato fuerte del
viaje, Londres. Saldremos a las 9,30 de la parroquia y estaremos todo el día.
Así que ahora es tiempo de acabar con esta crónica del día 29. Pero antes
quería agradeceros a todos vuestro interés y lectura. Espero que disfrutéis
tanto con mis escritos como yo disfruto escribiéndolos.
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