En el material que se reparte estos días por
las parroquias de toda España se incluye un periódico que termina con una
entrevista a la gerente económico de la Diócesis de Zamora, Pilar Ramos, donde
explica cómo se sostiene una Diócesis pequeña como ésta en tiempos de crisis.
Zamora, 20/04/13. Se acaba de empezar a distribuir en las
parroquias de la Diócesis de Zamora el material informativo sobre el
sostenimiento económico de la Iglesia católica en el tiempo en el que los
ciudadanos realizan su Declaración de la Renta anual. Además de los carteles,
se han repartido 3.500 ejemplares del periódico Por
tantos, editado por la Conferencia Episcopal Española.
El periódico se cierra
precisamente con una entrevista a la ecónoma de la Diócesis de Zamora, Pilar Ramos Guerreira, que lleva 23
años trabajando para esta institución. En 1996 fue nombrada la gerente económico,
convirtiéndose así en la primera mujer con este cargo en una Iglesia local
española.
Tiene 55 años y, como explica el
periodista José Ignacio Rivarés al
presentar la entrevista, su mensaje desde la experiencia es claro: “a las diócesis
también les está pasando factura la crisis, y la transparencia en las cuentas y
en la gestión es la seña de identidad de las finanzas de la Iglesia”.
Reproducimos a continuación la entrevista íntegra.
- La de Zamora es una diócesis pequeña (162.000 fieles, 303 parroquias y
unos 200 sacerdotes), similar a muchas otras de nuestro país: Barbastro-Monzón,
Ibiza, Guadix, Palencia, Teruel y Albarracín, Huesca, Osma-Soria… ¿Cómo se
financia?
- Como el resto. El modo es
similar en todas, aunque los porcentajes de cada una de las formas de llevarla
a cabo varía. Generalmente las diócesis se financian por tres vías: la primera,
a través del Fondo Común Interdiocesano, una vez se distribuye el dinero
procedente de marcar la “X” en la Declaración de la Renta; la segunda, con los
donativos, cuotas, colectas, legados, etc. que se reciben; y la tercera,
mediante el rendimiento de recursos propios diocesanos o parroquiales.
Resumiendo: se financian a través de las aportaciones que hacen los católicos y
quienes, sin serlo, apoyan la tarea que realiza la Iglesia católica en general
y la diocesana en particular.
- Cuentan ustedes, por tanto, con recursos propios. ¿Cómo los
administran?
- Sí, contamos con bienes
inmuebles, patrimonio artístico y económico. En el caso de los inmuebles,
tratamos de incentivar el alquiler en todos aquellos bienes que no son
necesarios para el desarrollo de las actividades pastorales; procuramos también
conservar y difundir nuestro patrimonio artístico; y los recursos económicos
los administramos según las directrices marcadas por el Consejo Diocesano de
Asuntos Económicos. Procuramos actuar siempre con prudencia y cautela, pero procurando
también obtener un rendimiento que nos permita desarrollar las actividades de nuestra
Iglesia, que no son otras que los objetivos pastorales fijados y que se llevan
a cabo a través de las distintas vicarías, delegaciones y secretariados.
- ¿Cuáles son los programas pastorales más importantes de la diócesis?
- Se fijan cada año. En 2012/13
toda la programación pastoral se desarrolla dentro del Año de la fe. Como
aportación particular de la Iglesia de Zamora, estamos trabajando en la puesta
en marcha y potenciación de la pastoral de adolescencia, como instrumento para acompañar
el crecimiento y maduración de los adolescentes en su ser cristiano. No
obstante, me gustaría citar también, en el ámbito de la gestión económica de la
diócesis, el Plan Diocesano de Reforma Económica que se desarrolló de 1996 a
2002 y marcó un antes y un después. Propuso, entre otros, el objetivo particular
de reestructurar la economía diocesana y conseguir que fuera “más
racionalizada, más corresponsable, más solidaria” y caminase hacia la autofinanciación.
- ¿Han notado también las cuentas diocesanas la crisis?
- Por supuesto. Una fuente
importante de financiación es la aportación económica de los fieles. En un
momento tan delicado como el actual, en el que en cada familia hay un problema
que atender, es habitual que se rebajen o supriman las cuotas y donativos.
- Hay gente que desconfía cuando se habla de dinero. ¿Hay transparencia
en las cuentas?
- Sin ninguna duda. Hay
transparencia tanto en las cuentas como en la gestión. Es algo que se tiene muy
en cuenta. Tanto para mí, en tanto que gerente económico, como para el resto de
los miembros del Consejo Diocesano de Asuntos Económicos, este aspecto tiene
una tremenda importancia. Las cuentas son presentadas, estudiadas y aprobadas
cada año por el Consejo competente y, posteriormente, se presentan también al Consejo
Presbiteral. Somos especialmente sensibles en las donaciones, herencias y
legados a la hora de mantener intacta la voluntad del donante, respetando
fielmente el destino de los bienes recibidos. La gestión, de igual forma, se
aprueba también en los distintos Consejos.
- ¿Qué les diría a aquellas personas que, por dejadez, descuido u otros
motivos, no marcan la “X” destinada a la Iglesia católica en el impreso de
Declaración de la Renta?
- En primer lugar, que tienen que
tener muy claro que marcar la “X” no supone ninguna aportación extra. Y en
segundo, que este gesto es importante, ya que vamos a destinar la cantidad que
marca la ley a la entidad que nosotros elijamos. Yo pido, ante todo, que se marque
la casilla de la Iglesia católica por la tarea que esta realiza en favor de
millones de personas. Todos, en algún momento de la vida, necesitamos a la
Iglesia.
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