Aquí está la crónica del cuarto día de peregrinación de los jóvenes zamoranos con el resto de diócesis de Castilla y León (miércoles 4 de agosto, de Bruma a Ordes). Nos informa, como hace diariamente, Pablo Rodríguez, enviado especial a la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes (PEJ) de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación Social de Zamora.
Un paseíto por el campo. Así definen la mayoría de los peregrinos la etapa que hemos realizado hoy, de dificultad muy baja. Y es que el grupo, que salimos de Meson do Ventos a las 7,30 de la mañana, completamos los 16 km. que separan esta localidad de Ordes, en apenas 4 horas y media, llegando a las 12 a nuestro destino. “Ha sido una etapa muy llana, fácil, muy corta y relajada. Prácticamente, un paseo por el campo”, dice María del Puy Calvo, una de las peregrinas zamoranas.
Tras la comida, en la que ya estaba Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, que se ha unido hoy a la peregrinación regional (ya que caminan con nosotros los jóvenes de Valladolid), y el descanso correspondiente, la catequesis ha invitado a mirar los “cruceiros” que nos salen al paso en los caminos de Galicia, a admirarlos y contemplarlos como representaciones del misterio de la Cruz de Jesús, en la que revela el amor de Dios, que amó tanto al mundo que entregó a su Hijo para nuestra salvación.
El cruceiro nos recuerda que Jesús está presente en todos nuestros caminos y en sus difíciles encrucijadas; nos acompaña como peregrino, camina siempre personalmente con nosotros, nos alienta con su palabra y se nos da a conocer en la eucaristía. El relato evangélico sobre el camino de Jesús resucitado con los discípulos de Emaús ha ofrecido la base para esta reflexión compartida.
Después de la catequesis ha tenido lugar una celebración del sacramento de la reconciliación, en la que los dos obispos presentes y una veintena de sacerdotes han recibido las confesiones de los jóvenes y los han absuelto de sus pecados en nombre de Jesucristo y de la Iglesia. La exhortación a la confesión tuvo como guía le meditación de la parábola del hijo pródigo o, más exactamente, del padre bueno y misericordioso.
Terminadas las confesiones, todos los sacerdotes con los obispos concelebraron la eucaristía con asistencia de la mayoría de los peregrinos, haciendo la memoria del cura de Ars, San Juan María Vianney, pidiendo especialmente por los sacerdotes y las vocaciones sacerdotales.
La velada ha sido una de las divertidas de toda la PEJ, amenizada por el dulzainero de Segovia, tocando canciones populares de toda la región. La etapa de mañana entre Ordes, donde dormimos hoy, y Sigüeiro, ya más cerca de Santiago, es de 13 km., pero con subidas y bajadas.
Pablo Rodríguez Romo
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