Segunda crónica de la participación de la Diócesis de Zamora en la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes, a lo largo del Camino Inglés, con las otras Iglesias locales de Castilla y León. Tramo entre Miño y Abegondo.
Una etapa muy dura. Así es como hemos definido los representantes zamoranos la etapa de hoy, 2 de agosto. Finalmente, los 24 km. de recorrido entre Miño y Abegondo fueron un autentico suplicio para los casi 500 jóvenes que recorremos estos días el Camino Inglés hacia Santiago.
Hoy, la jornada comenzó a las 6 de la mañana, con el desayuno y la oración inicial. Comenzamos a caminar a las 7 de la mañana, cuando apenas el sol empezaba a despuntar por el cielo gallego. En los primeros kilómetros ya se vio una carretera que picaba para arriba. En los 3 primeros kilómetros, los desniveles del camino llegaron a ser del 20% y el 30%.
Algunos fallos humanos contribuyeron a los contratiempos. “Aparte de la dificultad y las ampollas producidas por la etapa –comenta Javier Enríquez, uno de los peregrinos zamoranos, de 19 años– los fallos humanos fueron determinantes en la dureza de la etapa. Cuando te propongan dos caminos, uno de 4 km. y otro de 10 km., haz lo que te dicte el sentido común”.
Los primeros peregrinos llegaron a las 2 de la tarde, aunque el grueso del grupo no llego hasta las 3, bajo una intensa lluvia. Aquí no acabaron los contratiempos, pues el pabellón donde nos hospedábamos no estaba preparado para la gran afluencia de jóvenes de Castilla y León, lo cual llevo a la organización a retrasar la entrada al pabellón a las 11 de la noche. A pesar de todo, los zamoranos nos quedamos quedan con la parte buena.
En la catequesis de la tarde, se valoró la etapa con sus pros y sus contras, y finalmente resultó una valoración positiva. “Los chavales se quedan con cosas como ayudar a los demás, caminar juntos, conocer jóvenes. Y eso siempre es bueno”, comenta José Alberto Sutil, vicario parroquial de Cristo Rey.
Tras un merecido descanso, en el que algunos disfrutaron de la piscina contigua al pabellón, tuvo lugar la catequesis. Después celebramos la eucaristía, presidida por Carlos López, obispo de Salamanca, en los aledaños del polideportivo, en plena naturaleza. Don Carlos aprovechó la parábola del Buen Samaritano para decir que “el camino ya es lo suficientemente duro como para encima no ayudarnos”.
La etapa de mañana se presupone la más dura de todas. Son apenas 20 km., pero la dureza es extrema. Los organizadores, viendo la dificultad de la etapa, han decidido proporcionar un camión para que todo el que lo necesite deje su mochila allí, y así se le haga más llevadero el camino.
Pablo Rodríguez Romo
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