Zamora, 27/04/10. El próximo sábado 1 de mayo el Seminario San Atilano acogerá el primer encuentro diocesano de estas asociaciones de fieles, que en total son unas 50 cofradías, que suman en torno a los 2.000 cofrades.
El encuentro, organizado por la Delegación Diocesana de Religiosidad Popular y por la Delegación Episcopal para Cofradías y Hermandades, comenzará a las 11 de la mañana del día 1 con un momento de oración y presentación, para pasar a abordar la situación actual de las cofradías sacramentales, y elaborar unas propuestas para la celebración del Corpus Christi y del Sagrado Corazón de Jesús, así como una serie de pistas para el futuro.
Las cofradías eucarísticas en la Diócesis de Zamora no son un grupo muy numeroso, pero sí relevante: uno de los tres tipos básicos de hermandades según la denominación clásica (de pasión, de gloria y sacramentales). Con diversos nombres (Cofradía del Santísimo Sacramento, del Señor, del Corpus) y un tamaño muy desigual, desde los 3 cofrades en algún caso, a las potentes hermandades de Villafáfila o de la parroquia de San Lorenzo en la capital.
Antes existentes en casi cada parroquia, junto con la cofradía de Ánimas, se encargaban no sólo de solemnizar los cultos del Corpus parroquial, sino de mantener permanentemente encendida la lámpara del Santísimo, una luz que debía ser continuamente provista del correspondiente aceite de excelente calidad.
Estas sencillas tareas, a veces acompañadas de una participación en Semana santa, en torno al Monumento del Jueves Santo, de la práctica de la Minerva (un pequeño Corpus mensual) y en ocasiones de festejos de más calado.
Lo cierto es que poco a poco se han ido extinguiendo, especialmente en la segunda mitad del XX, y muchas de las subsistentes presentan grandes problemas de continuidad. En cuántas parroquias se conservan, arrinconadas, las varas del Santísimo, o subsisten los mayordomos elegidos anualmente sin ningún cuerpo de cofradía.
Este curso en que la Diócesis se ha marcado como el objetivo pastoral diocesano “La Eucaristía, fuente y culmen de toda la vida cristiana”, se incluye como objetivo específico dentro de la programación “ofrecer una atención especializada a las cofradías eucarísticas y dar orientaciones para la implicación de las hermandades en las procesiones del Corpus Christi que se celebren en cada localidad”.
Según explica el delegado diocesano de Religiosidad Popular, Javier Fresno, “pretendemos analizar su situación actual: vitalidad, funcionamiento interno, número y tipo de actos, etc. Y desde ahí plantear conjuntamente con sus directivos unas líneas directrices para asegurar su pervivencia, incluso un necesario crecimiento, desde la revisión de su misión y su forma de funcionamiento”.
Como indica Fresno, “un ejemplo de esta actualización ha sido recientemente, en la ciudad de Zamora, la revitalización experimentada por la Procesión del Corpus, con implicación de muchas hermandades. Puede ser una buena referencia para otros lugares”.
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